Sed y Caza

Asentí. Y puedes notar en una de mis manos la sortija que llevo.
-Hace dos años. Me enamoré con la mujer más bella para mis ojos. Le prometí amor, lealtad y cuidado. Y ahota tenemos a Freda.

Susurré a Freda
-iremos a Paris en vacaciones...
Como extrañaba Francia, Tolouse... el mar.

- Magnifico, Laurent. mis felicitaciones de Corazon, veo que la adorable Freda podra, despues de todo, conocer Paris.

Me sente en un tronco que estaba a un costado. si bien estaba cubierto de musgo, no se encontraba humedo. Casi la gran mayoria de los arboles estaban cubiertos por el musgo, dandoles asi un agradable tono verde.

-Paris!- grite alegre.

Le di un abrazo tierno a laurent en señal de agradecimiento.

-gracias- susurre tratando de disimular mi euforia.

-tendré que aprender a hablar francés, ese será mi gran desafió ahora- le dije a laurent mientras me sentaba al lado de Dante para que no se sintiera alejado de la conversación.

Me senté en el suelo y no me imporaba ensuciarme, siempre había sido así.
Sabía que la noticia no le cayó muy bien a mi amigo.
-Gracias por sus palabras Dante, en verdad se lo agradezco.

Vi a freda revolotear de alegria y eso me shizo sonreír, esperaba que se le olvidara el tema de Clarise por ahora.

Debia admitir que me decepciono un poco la noticia, aunque no se notara.

- Me gustaría conocer a la afortunada que robó el corazon del rebelde blanc

Imite una risa falsa, pero lo suficientemente creible.

-La conocerás pronto te lo aseguro Dante… Es una bella persona.

Sonreí al escuchar ese tono de voz sabía que fingía y sabía bien que esta situación no le agradó del todo, pero ya habrá oportunidad de hablar sin que esté Freda de por medio. La historia que habíamos pasado juntos era muy diferente a la de Brody y el cariño que sentía por Dante era muy ligado a mis recuerdos con mi familia.

-Ella es encantadora, inteligente y hermosa- agregué a las palabras de laurent.
Yo amaba mucho a mi madre, era todo para mi junto con laurent.

Me acomode en el tronco donde estaba sentada y empecé a alucinar con Paris, mirando las nubes.

Asentí ante el comentario de Freda, no pudo ser más acertada.
Observé un poco analitico a Dante y tal vez pude imaginar sus pensamientos igual que el los mios, fuimos tan amigos en una epoca que aveces adivinabamos lo que pensabamos. Los recuerdos invadieron mi mente y en verdad era un gusto volverlo a ver, habían muchas cosas que teníamos que platicar.
-Dante ¿Cuando llegó a Forks?

Una risa miserable se habia formado en mi rostro. Sin duda alguna ese dato dolia bastante. La voz de Laurent me distrajo de mis pensamientos, almenos seguiamos siendo amigos y eso nadie lo iva a cambiar.

- Hace 3 dias, mi buen amigo. ¿Ustedes hace mucho que estan en Forks?

Le pregunte intentando cambiar de tema, solo esperaba que mi intento no fuera en vano.

Lo miré como siempre, con lealtad y un brillo especial en los ojos.
-Hace más de dos años... Estaba punto de regresar a Montreal y luego ir a Francia, cuando todo cambió.

Imité un suspiro mi mirada se volvió mas suave y el brillo resplandeció de alegria al recordar aquel momento.
-Y desde ese momento mi busqueda por le mundo se detuvo, el nómada Blanc se domesticó.

Me reí tan fuerte que hasta parecia un idiota, pero era la verdad. Ahora tenía una esposa y una hija. Nunca lo imaginé ni cuando estaba vivo, aunque fue un deseo que siempre tuve latente.

Me centre en la conversación nuevamente, sonreí al escuchar a laurent, no se podía quejar, ahora era feliz con nosotras.

-porque dos personas llegaron a estropearte tus planes- bromee a laurent entre risas.

Estaba muy agradecida de haberlo conocido, eran dos años pero era como toda una eternidad para mi, nunca fui tan feliz hasta que viví con ellos.

Los acompañe en la risa, aunque esta no era fingida, por que por una parte yo queria que Laurent fuese relamente feliz.

- O vamos señorita Freda, no creo que ustedes hayan frustado planes del rebelde.

Volvi a reir mientras en mi mente seguia recordando las palabras de Laurent el nómada Blanc se domesticó.

-eso espero señor Dante, porque ahora ya no hay vuelta atrás, no puede dejar a su querida hija abandonada- sonreí y puse la mejor cara de hija consentida

Aunque ya no dependía de ellos como cuando era humana, no podía estar lejos de ambos mucho tiempo, eran como un imán para mi.

Negué con la cabeza y sonreí carimatico.
Le regalé una mirada a Dante que solo el conocía "tenemos que hablar a solas".
Imité un perfecto suspiro hasta en ocasiones parecía un hombre común.
-Nos gustaria que nos visitara a nuestro hogar, ahora ¿Donde se está quedando?

- Por el momento ando de lugar en lugar, no tengo uno fijo

Reconoci esa mirada, debia admitir que en ocaciones pasadas
esa miraba aveces intimidaba, pero ya no.

-podría quedarse en nuestra casa Dante, hay varias habitaciones vacías- le dije con una sonrisa amable.

Esperaba que no se enojara laurent por mi proposición por lo que lo mire de reojo.

-Es bienvenido en nuestro hogar Dante, lo sabe... ¿Le parece? mientras consigue un sitio...

Era una idea excelente, conocería a mi esposa y podriamos platicar largas horas en la casa. Solo esperaba que el accediera.

Dude un momento, pero era buena oportunidad de conocer a la esposa de Laurent, y tambien lo era para conocer mas a la joven Freda.

- De acuerdo, acepto. solo si se que no sere una molesta

Una sonrisa encantadora se formo en mi rostro, era una de esas sonrisas que no se podian imitar.

-Amigo, no eres una molestia, es un placer recibirte en nuestra casa, siempre eres bienvenido...
Me levanté sacudiendome el pantalon para luego ayudar ami hermosa hija a levantarse...
-Vamos por tus cosas y no se diga más...