tan negro como la noche... (Amaltea)

Peso en mi conciencia... 4 muertes... habían dos que no me causaban mucho remordimiento... pero las ultimas... quedarían en mi memoria por toda la eternidad... esos pequeños ojos azules relampagueantes, esa mirada canina, una voz dulce y delicada, ese efluvio que ni aunque oliera los más deliciosos manjares podría sacarlo de mis recuerdos...

Aun así tenia que darme el valor suficiente para hacer como si nada hubiera pasado, necesitaba desahogarme y contarle a alguien todo esto pero no tenia a nadie... me daba miedo contarles a Laurent y a Brody... todo se estaba tornando negro... varios días sin ver a André y no sabia si tenia cara para verlo... no sabia nada solo quería desaparecer, o dormir... pero ni eso podía hacer...

Me senté bajo el mismo árbol que esa noche... quería que las sombras me invadieran... quería sentir a mi madre cerca, quería que nada de esto hubiera ocurrido realmente... cerré los ojos... y deje que la noche cayera... tratando de no pensar... pero era inevitable.

Habían pasado un par de días desde la trágica muerte de Catalina. Ni bien me había enterado me hospitalisaron en el hospital psiquiatrico de Forks. Nada podía quitarme la imagen de mi niña sin vida, muerta... para siempre.
Mis ojos no dejaban de mirar el vació sin fijarse realmente en ningún objeto, mis ojeras eran de un color morado rojizo irritadas por las lagrimas y la falta de sueño. Todo mi cuerpo lucía de la peor manera. Desarreglada, palida, despeinada...

Ya me habían dicho que era mejor que viviera una vida tranquila junto a alguien que me cuidara, que era una persona pscologicamente inestable y debil....¿Debil?...
Sin embargo jamas deje de ponerme en problemas, en lios, de caminar "sobre la soga". No hubiera muerto si hubiera perdido mi vida. Estaba muerta porque ella había sido arrebatada de la suya.

Una enfermera me hizo bajar con cuidado de una camioneta, las lagrimas volvieron a resbalar por mis mejillas, en los pocos metros que caminé de la ambulancia al hospital de la universidad reconocí el jardin... un jardin lleno de horrorosos recuerdos ahora.

Un efluvio en particular capturo mi atención e hizo que me despertara de mi descanso mental... Tea... hacia más de una semana que no la veía, casi el mismo tiempo en que le había dado el fin a esa pequeña niña que me había dicho ser su sobrina... no lo tenia claro... ahora me preguntaba que hacia Tea bajando de una ambulancia, miro hacia el campo donde quedo el cuerpo de la niña.

Me levante... sentí una punzada en mi pecho... de su rostro descendían lagrimas, al igual que en los ojos de la pequeña cuando moría entre mis brazos... malditos recuerdos, pensé.
Caminé a paso humano hasta Tea... a pesar de todo podía ser que solo era una confusión... podían haber más Teas en la universidad... y esa jovencita no guardaba relación alguna con la empleada de pyzco.

Caminé hasta ella y lleve mi gélida mano hasta su rostro y seque sus lagrimas con la yema de mis dedos.
-¿que te pasa Tea?, ¿estas bien?- pregunté con la voz arrastrada, y llena de ansiedad... necesitaba saber...

Estaba a punto de entrar al hospital cuando alguien se interpuso en el camino, extendió su mano y tocó mi rostro. Apartó mis lagrimas y dijo con una voz aterciopelada y algo perturbada "¿que te pasa Tea?, ¿estas bien?".

Me estremecí, una piel tan fría y un tacto tan duro... esa voz tan sepulcralmente atrayente...
Levanté mi vista, Freda Blanc, mi jefa, mi compañera de universidad...de fraternidad... una asquerosa vampira en la que confiaba.

Mi cuerpo tembló de nervios, de rabia, de tristeza y despecho. Sabía y apostaba a mi vida a que uno de los suyos había acabado con la vida de Catalina y no importaba cuanto lo gritara, cuanto sufriera o cuanto quisiera demostrarlo, cada palabra que decia era un paso mas cercano a la sala de aislamiento de un manicomio.

No salían palabras de mi boca, no tenía que decir, mis ojos se clavaron en Freda como si quisiera atravesarle la cabeza con ellos. La enfermera me tomó de un brazo con fuerza. Era todo culpa de ella, el solo hecho de ser vampira la culpaba! Levanté las manos como si la estubiera a punto de ahorcar en camara lenta y entonces dos hombres vestidos de blanco tomaron mis brazos por detras de mi espalda. Tenía el cuerpo bastante amoretonado por aquellos tratos.

-Vammpppir...- Gesticulé con odio mientras me empujaban hacia adentro sin quitarle la vista de encima a Freda.
La enfermera gesticuló un leve "No de nuevo con eso..." seguido por una disculpa en voz alta hacia Freda

Spoiler:

No entendía lo que estaba pasando... ni porque esos hombres la habían tomado de esa manera, odio, irritación y locura expedía su mirada que atravesaba mi cabeza como una bala, y de nuevo estaba ahí ese maldito sentimiento... algo no andaba bien en ella, algo que yo no sabia, no la conocía lo suficiente para tener una idea de lo que le podía estar sucediendo en su vida en ese instante.... no podía ser tanta la coincidencia...

Miré de a la enfermera... cuando gesticulo esas palabras... cerré los ojos, tendría que investigarlo, ella era una de mis empleadas y no podía ser tan insensible, necesitaba saber si ella guardaba relación con aquella pequeña. Le tomé el brazo a la enfermera para que habláramos, los hombres seguían avanzando con Tea hacia el hospital.
-¿qué le sucedió?- le pregunté a la mujer con la voz encantadora
-tienes que preguntárselo tu misma, yo no puedo dar esa información- me respondió la enfermera, pestañando rápidamente, la miré con desagrado. Apuré el paso para alcanzar a Tea. Miré a los hombres

-me dan unos minutos con ella por favor... puedo controlarla se los aseguró- mi voz sonó como una dulce melodía, les guiñe un ojo, los hombres embobados aceptaron de inmediato, la soltaron... que predecibles, pensé.... sujete el brazo de Tea, ellos retrocedieron unos pasos para darnos algo de intimidad.

-Tea... dime que te paso... necesito saberlo- dije solo para que ella me escuchara, miré sus ojos lagrimosos.

Quise zafarme de las manos de aquellos dos gorilas, sin embargo mis tirones solo ayudaban a que me sujetaran con mas fuerza. Rechinaba los dientes sin dejar a ver a Freda. De un momento a otro le susurró algo a la enfermera y les pidió un tiempo conmigo a los hombres quienes embobados me soltaron y dieron un par de pasos atras sin perderme de vista.

Mantube mi vista fija en los acaramelados ojos de Freda. Quería matarla, desquitarme con ella, asesinarla de una manera brutal, alla sido quien alla sido, el que mató a Catalina era vampiro. Ningún ser de ese tipo merecía caminar entre humanos.

-La mataron...- Hablé de manera ronca y sin despegar los dientes- Alguno de tus malditos amigos mató a mi nena!!- Mis manos estaban tensas, las apretaba con fuerza

Sus ojos... llenos de odio y rencor... aun no sabia que pensar ni que decir hasta que abrió su boca.. - Alguno de tus malditos amigos mató a mi nena!!- las palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza... eso quería decir... no... no podía ser cierto... quede con el rostro inexpresivo tratando de razonar conmigo misma. Tratando de no gritar a los cuatro vientos que yo había matado a esa pequeña... pero no debía... una eternidad era mucho tiempo con el que lidiar.

-¿qué nena?¿tienes una hija?- pregunté enarcando una ceja, actuando como una completa hipócrita... yo la había matado y ahora hacia como si nada hubiera pasado.

- ¿quién la mato Tea? Dime!- casi grité... la miré fijo a los ojos, mi rostro era tenso, se podía interpretar como rabia, pero en realidad la culpa me estaba matando poco a poco, la solté lentamente porque sin querer la estaba apretando con demasiada fuerza del brazo.

La vampira me tomó de los costados preguntandome si tenía una hija o quién la había matado, haciendose la preocupada, actuando, actuando ser humana, como todos los demas horribles vampiros.

-UNO DE LOS TUYOS!!! UN VAMPIRO!!- Le grité con odio, mis palabras salían entercortadas, toscas y amargas. Me abalancé a ella para pegarle, sin embargo por mas fuerza que usara no podía si quiera moverle un dedo.

Los guardias-gorilas me tomaron con rápidez sin siquiera notar la fuerza con la que yo le pegaba a Freda y nada pasaba. Forcejeaba y gritaba de manera descomunal. La enfermera se sobresaltó y nego con la cabeza indignada.

-Inyectenle el Rivotril!!- Ordenó la enfermera, acto seguido uno de los hombres me inyecto una sustancia transparente.
Todos mis musculos se destensaron inconcientemente, me sentí sumamente cansada. Me podía mantener en pie gracias a que los dos hombres me sostenían fuertemente de cada lado. No quité mi vista de Freda

-Quien haya sido, lo mataré y no me importa que sea vampiro o inmortal, buscaré la manera..- Gesticulé con la boca sin producir practicamente sonido, sabía que ella me escucharía.

De un segundo a otro la sentí sobre mi cuerpo, intentando ¿golpeándome?.. no lo sabia, sentía sus manos como pequeñas caricias, aun sin poner resistencia, sus golpes no me causaban daño alguno. Los hombres la separaron de mi, yo ni siquiera la quise separar, no me importaba.

Los gritos de Teas retumbaban como eco en mi cabeza. Su odio era descomunal... si tan solo se enterara... eso era algo que debía evitar a toda costa... tendría que ayudarla para no sentirme tan culpable... o simplemente ignorarla... no sabia cual de las dos alternativas era la mejor... leí sus labios... ella se abalanzaría encima de el primer vampiro que viera y terminarían por matarla. Sobretodo porque andaba gritando a los cuatro vientos nuestra condición.

-esperen!- les ordene cuando nuevamente empezaban a arrastrarla hacia el hospital, ellos se detuvieron, los alcancé. Miré a Tea fijamente a los ojos y tomé una de sus manos...– Yo te ayudaré a encontrar al asesino de tu nena... solo tienes que decirme que es lo que sabes, y me encargaré de ello- más que todo necesitaba saber si había dejado huellas en el lugar, cualquier cosa me podría incriminar.... aun me quedaba decidir que hacer con Tea...

Tomé mi cabeza haciendo una mueca de dolor fuerte, rechinaba los dientes y me costaba mucho mantenerme en pie por culpa del calmante.

-No quiero tu ayuda!! ni la de ninguna de los tuyos!! eres igual que Hemera e Iliana para mi escuchaste?! Igual de sanguinaria, culpable y horrible!!- Escupí las palabras de manera bruta, todo era una horrible pesadilla, ¿realmente estaba volviendome loca?

Desde el principio había sentido un desagrado por los vampiros, pero ahora pasaba la linea de la repugnancia.. del odio y de la cordura.
Los hombres y la enfermera hacían como si cada palabra que yo dijera fuera una estupides... sin embargo también les sorprendía como Freda me "seguía el juego".

Controle mis manos para no abofetearle esa débil cara... a mi nadie me gritaba... menos esa humana... porque a pesar de sentirme culpable... seguía siendo solo una criatura abajo en mi cadena alimenticia podía destrozar esa boca de la que salían aquellos bufidos en tan solo un segundo.

Aunque tenia cierta razón en sus palabras, yo no había matado a nadie hasta el momento y no tenia derecho a referirse así de los vampiros solo por unos pocos. Humanos imperfectos, y testarudos, no hacen más que dañarse entre ellos y volverse locos por pequeñas estupideces.

Miré a los hombres que la sujetaban, ya era mucha información que habían recibido por hoy, menos mal que la tomaban por loca... aunque no sabían que en realidad ella no decía más que verdades.

Miré a Tea con los ojos envenenados, y yo que pensé en ayudarla... ahí quedarían todos mis buenos pensamientos, ahora se arrepentiría por no aceptar mi ayuda.
-denle más de lo que le inyectaron, se está poniendo peor- dije a los tipos y a la enfermera dando media vuelta – espero que te mejores Tea- mi voz sonó tosca, y volví a caminar hacia el árbol donde estaba antes... ahora tenia nueva información que procesar.

Su rostro perdió la expreción de un momento a otro.
"denle más de lo que le inyectaron, se está poniendo peor"

Hija de....
Quisé volverme a tirar sobre ella, esta vez trataría al menos banamente de ahorcarla. Sin embargo los hombres sostubieron mi debil intento de zafarme de ellos.

¿Cómo había podido ser tan tonta? Inclusive inconcientemente pese a que antes no soportaba a los vampiros habia "confiado" en ellos, al relacionarme, habia dejado que ellos me enseñaran, que ellos compartieran un techo...un aula, que me mandaran en el trabajo....¿Cómo podía haberme enciegado tanto?, no darme cuenta que no importara lo buenos o humanos que ellos quisieran parecer... ellos, todos, seguían teniendo la misma naturaleza...
¿Cómo me había permitido vivir con ellos y dejar que Catalina caminara en el mismo lugar que ellos?
Que idiota... que ingenua...

Volví a poner una mueca de dolor y frustración. Todo había sido mi culpa, desde un principio jamas tube que haberme acercado tanto a ellos...y cuando los descubrí jamas tube que haberme permitido vivir cerca de ellos...

Miré a Freda una vez mas, recorré ese rostro inmutable de porcelana ¿Porqué no era tan obvio para los otros humanos como para mi darme cuenta de lo irreal que era? Esa perfección, esos ojos miel, su gelidez... hasta su aroma