Mani pa los carnales ((Latifa))

Nuevo día, nueva vuelta por los lares. Todavía quedaba mucho por explorar, y mucha flota por conocer. Me latía que debía darme mi rol por el zoológico, tenía una espina de que mi presencia era requerida por esa parte abandonada por el todopoderoso con la meta de darle esperanza a los que carecían de ella. Antes de cualquier cosa, me di una vuelta pa comprar unos cacahuates y ponerle más aceite a la Paty en una gasolinera local.
El sol me requemaba los ojos, pero chanzón era por andar con un toquecín encima. Chistoso fue el par de veces que tuve que virar bruscamente para no salirme del camino y desbarrancar a la Paty de paso. Changos, que mal cuete hubiese sido. Pero al final, no más me reí y seguí mi peregrinaje hasta donde la voz me indicaba ir a parar.
Dejé a la Paty en el santuario que le tenían preparado, tras lo cual me hicieron dejar un billetón de a dólar. Pagué mi entrada a la tierra de nadie y me adentré en esa prohibida jungla de fierros y esclavos que gritaban por salir de ahí. Me acerqué a un carnal, medio peludo y más chaparro que yo, encerrado tras los barrotes y un cartel tenía escrito: Mono araña. Agarré y que le digo:

-Calmantes montes, chavo, yo te saco de aqui horita, man- le ofrecí un cacahuate mientras se me ocurría como regresarle el aire de la libertad... chales, iba a estar bien cañón, pero tenía que hacer.

Ese dia habia decidido ir a dar una vuelta sola por el Zoologico, al entrar tube un pequeño deja vu, a cuando era pequeña y nos llevaban a ese lugar a mi hermano y a mi...mi hermano, ¿que pasara con el?, ¿donde estara?, lo recorde tan nitido, que hasta meparcio oir su voz,.

¡Su voz!, me gire rapidamente, y camine hacia f}donde lo habia escuchado, vi a alguien en la jaula de los monos, me acerque y toque su hombro..

¡Leandro!

Me sorprendi, no lo podia creer, aunque no sabia si el sabria quien era yo...

¡Chales! Si me hubiesen pedido que apostara a que el carnal encerrado frente a mi me iba a hablar, la neta no lo hubiera hecho ni de chiste. Pero, como si fuese brujería, a oido de buen chismoso, clarito como un gallo escuché que decía mi nombre. Me empecé a reir como si estuviese loco... tampoco era que fuese muy cuerdo, la neta. Como fuese, la onda es que después de la carcajada, le eché una mirada de amistad al Henry (porque algo me decía que se llamaba así el mastro frente a mi), extendiéndole la mano como cuates.

-Zocos, hora hasta adivino me saliste- le dije con mi voz ronca y arrastrando las palabras- Ya me caiste bien carnal, la neta, te lo confieso, de cuate a cuate, man.

Me levanté para mirar alrededor y medio me tropecé con una señorita que estaba detrás de mi. En seguidita me tallé la cabeza por mi zonzada.

-Usted perdone, no la vi. ¿Ta usted bien?

Habia cambiado micho desde la ultima vez que lo vi, al parecer no me recordaba..eso dolio un poco, si estoy bien, pero no sabes quien soy verdad, dije con un dejo de tristeza en mi voz.

Lo mire a los ojos, aun conserbaba el mismo color, pero las adicciones lo habia consumido lentamente, y mas doloroo era que no me recordara.

Las palabras de la señorita me sonaba taladrantes, medio raras a mi parecer. Chanzón y era mi imaginación, pero se me hacía dos que tres conocida. Chales, tanto andar en contacto con Gaia ya me hacía perder parte de mi consciencia, o eso aparentaba sin duda. Me rasqué la cholla, como pa desatontarme, y me quedé mirando a la señorita un rato antes de decir cualquier cosa, por si las dudas no mas.

-Mire, la verdad, hace ya un ratón me falla la memoria, pero si me da chance, hago el esfuerzo- respondí con un tono bastante ronco