Quiero una probadita de yogurt griego (Brian)

Recostado en la cama estaba yo, leyendo el Dhammapada, cuando escuché la puerta, no tenia idea de quien podia ser hasta que aquél olor me embriagó completo.

Los ojos brillaron como de costumbre, la sonrisa se engrandeció.

Solía estar solo en boxers en mi habitación, el calor en un lugar tan reducido era insoportable, me levanté de la cama, botando el libro en una estanteria.

En cuanto abrí la puerta, mis manos fueron directo a su rostro atrayéndolo hacia mi, la besé como si fuera la primera vez, las miradas de la gente que pasaba con rapidez por el pasillo se lanzaron a nosotros morbosamente, quizas algunos sabian que ella era un profesora, la jalé hacia el interior de mi habitación, cargandola y cerrando la puerta con una ligera patada.

Parecia facil llevarla de un lugar a otro, era como mi princesa portátil, la dejé caer suavemente al piso, después de cerrar la puerta.

-Me alegra mucho que hayas venido a visitarme hermosa- estaba feliz y se notaba en mi enorme sonrisa.

-¿Cómo estás? ¿qué tal las clases de hoy?- la tomé de la mano y la dirigí hasta mi cama, nos sentamos, y yo sin poder apartar la vista de ella.

Apreté sus manos con fuerza, el tenerla conmigo me ponia bien, no me hcia falta nada.

Solté una gran bocanada de aire.

-Oh! las clases- miré hacia otro lado, aquél tema era el que tanto habia estado posponiéndo -Aun no he asistido a alguna, aun veo la manera de acomodar mis clases, tengo pensado por otra parte llevar a cabo otra de mis aficiones secretas: tatuar- abri grandes los ojos, intentaba de alguna manera desviar su atención de mis clases, aun no me decidia del todo, yo no queria ser médico como mis padres lo deseaban, pero no habia hablado con ellos, llevaba cierto tiempo posponiéndo una sarta de cosas.

Continué hablando, seguia sin mirarla.

-Sí ya he chocado con una que otra chica allá afuera, lo bueno es que casi todos aqui son fuertes y tienen algun tipo de habilidad, tu sabes- puse los ojos en blanco, el UCS estaba repleta de cambiaformas y vampiros, -allá afuera parece convencion anual de seres extraordinarios- lancé un bufido

-Ya me han cantado uno que otro pleito, pero soy un chico que no se mete en problemas-

Me atrevi a mirarla para ver la expresión de sus ojos.

La medicina, un punto delicado combinado con el tema de mis padres, calaba un poco.

-es obvio que tomaré las clases, pero hoy no, mañana quizas- me rei de manera divertida y me recosté en la cama.

-Tomé unas clases de dibujo hace mucho, en Grecia un amigo me enseñó el arte de tatuar, y la verdad es que no lo hago nada mal.

Recordé el tatuaje en mi espalda y me estremeci un poco.

-Estaria encantado de tenerte como maestra- la tomé de la cintura y jalé de ella levemente hacia atrás para que quedara recostada a mi lado.

Besé su mejilla.

-Seguido me peleo haya afuera, siempre vienen a tocarme por el escandalo que sale de mi habitación- me rei levemente.