No hay nada mejor que hacer que ahogarme en cafeina.....

Ya no asistía a la escuela, por fin había terminado mi último año (en el segundo intento....), no tenía trabajo, no quería ir a la universidad, por lo menos no hasta que terminara de acostumbrarme a toda esa locura de ser una cambia-formas, tampoco era que las calificaciones ayudaran mucho.

En casa las cosas nunca cambiaban, y por eso evitaba ir, era muy dificil discutir con mi madre sin sentir que era posible que le arrancara la garganta...Literalmente hablando.

Por eso me dedicaba a vagar por la Push, últimamente pasaba más tiempo en los bosques que en ningun otro lugar, así que pensé que un poco de civilización me haría bien, entré al café y pedí varios cafés durante la tarde...la idea de ahogar las penas en café era bastante graciosa si lo pensaba...

Estaba de malas, realmente de malas. Mi "crucé" con la tía de la pequeña Catalina me había hecho encabronarme de manera increible. No podía entender como existía una humana tan desconfiada, maleducada y cerrada como esa chica.
Tomé un colectivo turistico hasta LAPush, sin saber realmente el porque ya que no me llevaba muy bien con los de mi especie, pero por otro lado tenía ganas de alejarme un poco de ese lugar.
Entré en el café del Zar y pedí un café negro, encajaba perfecto con mi estado de animo.
Miré rapidamente todas las mesas y me dirigí hacia una chica, que a juzgar por su olor era cambiaformas.
-Te molesta si me siento contigo?- Pregunté intentando no sonar malhumorado.

Escuché como un chico me preguntaba algo, levanté la mirada de mi café, percibiendo su naturaleza y le contesté:

-¿Es un país libre no?- le señalé la silla y alcé los hombros, no era buena finjiendo cortesía, así que para qué intentarlo de todas formas...

-Si...es un pais libre, eso no indica que yo pueda irme sentando en una mesa que ya esta ocupada solo porque tengo ganas...-Contesté como si eso fuera lo mas obvio del mundo y luego sonreí para no ser descortez con la muchacha. No tenía porque agarrarmela con ella... pero realmente estaba encabronado.
Me senté frente a ella y le di un gran sorbo a mi café, disfrutando el sabor.

-De poder, todo es posible, el problema hubieran sido las consecuencias de no haberme pedido permiso....-le contesté encogiendo los hombros pero sonriendo, no era un insulto ni un reto...solo yo.

Bebí de mi...¿ya iba a ser como 22ª taza de café?...iba a ser dificil dormir esta noche..