Una tarde para festejar (Mimi - Adrian)

El viento era molesto, a pesar de las tres estufas que me rodeaban, la brisa marina era cada vez más helada. Las miradas iban y venían en todas direcciones, yo por mi parte hacia lo mismo, mi vista viajaba por el mar, la hoguera, Myhr, Adrian y el hermoso cielo estrellado que nos acompañaba esa noche. Reí con las palabras de Adrian en realidad tenia toda la razón, nosotros no podríamos emborracharlo, lo haría el alcohol.
Mire sonriente a Myhr cuando me pregunto el nombre de mi mascota, no tenia muy buena memoria con los nombres o era demasiado enredado, entorne los ojos.

-Se llama Wuashiminga!!- le contradije, me crucé de brazos –no estoy muy segura de donde lo saque, creo que fue en uno de los torneos en los que asistí a Latinoamérica, había un programa infantil donde uno de los personajes se llamaba así, o algo parecido... estaba borracha- me encogí de hombros y solté una carcajada – bueno el meollo del asunto es que cuando vi por primera vez a mi pitón le encontré cara de Wuashiminga y punto- sonreí, recibí la vara que me estaba tendiendo la cual no tenia ni la menor idea para que era, mire a mi alrededor buscando algo que le diera coherencia, y sobre la arena a mi lado se encontraba una bolsa de deliciosos malvaviscos, tome la bolsa dejando mi cigarrillo de lado, la abrí, saque un dulce y le enterré el palito, me pare con dificultad para estar más cerca de la fogata, aun me dolía el tobillo, acerque el malvavisco a las llamas. Miré a Adrian cuando lanzo su pregunta.

-fue hace poco de hecho... yo saque a pasear a Wuashiminga al bosque de la push, y me lo pillé ahí... o mejor dicho el me pillo a mi- le mostré la lengua a Myhr, habían pasado solo pocos días desde que la primera vez que lo ví, pero era obvio, cualquier persona pensaría que llevábamos miles de años de amigos por la forma en que nos tratábamos.
- y eso... fue como amor a primera vista- reí, di vuelta el malvadisco para que se dorara del otro lado –broma.... el es como el amigo que nunca tuve, no sé si tengamos muchas cosas en común, pero siempre que estoy con el, me divierto- sonreí –así como el se divierte conmigo- le mostré la lengua nuevamente a Myhr. Con el dulce ya en su punto volví a tomar mi lugar en el tronco. le dedique una amable sonrisa a Adrian.
-y ustedes como se conocieron?- pregunté llevándome el malvavisco a la boca

Que lo lanzo al mar?... siempre supe que era un animal... pero no imagine que sobrepasara esos limites.... bueno quizás se conocieron convertidos en lobito y aullaron mientras caían... Mimi!, aun no lo sabes deja de imaginar cosas tontas!, sacudí la cabeza. Adrian le dio un buen trago al vodka, abrí los ojos como plato, no tendríamos que emborracharlo, lo haría el solito, reí.

Puse atención a sus palabras, y de cómo se expresaba.... cualquiera diría que... pare mi pensamiento. Se recostó en la arena mirando las estrellas, tenia un aire de ternura y agresividad al igual que Lucrecia.

-eres muy bruto “Mir”!- le di un golpe en el brazo
-no te preocupes... mi tobillo mejorara... me sano rápidamente- dije lo ultimo con un doble sentido intencional recordando lo rápido que se recupero Lucrecia cuando se enterró la katana en el brazo, entorne los ojos, y sonreí.
-Menos mal que al menos pudiste llevarlo contigo- le dije a Adrian, reí
-no me extrañaría que te siguiera con lo freak que es!- le mostré la lengua a Myhr, puse otro malvavisco en el palito y lo dore, la música se había acabado de nuevo. Fui cojeando hasta el aparato de música comiendo el dulce, y puse la canción siguiente

Volví con una botella de ron en una mano y el palito en la otra, moviendo la cabeza de un lado para otro al ritmo de la música, tome un gran sorbo de la botella.

-creo que llego la hora de aullar!- grite divertida – Bad boy, bad boys!!- cante fuerte mientras tomaba asiento.

La noche estaba tranquila y sumamente divertida, ya empezarían los aullidos, yo como una mala imitadora de lobos y ellos siendo unos pero en su forma humana... te lo dije!, te estas volviendo loca!...
Adrian se incorporo bruscamente, me preocupe por el pero cuando sonrió supuse que no era nada malo, le devolví la sonrisa. La canción seguía sonando, los ritmos del reggae siempre me ponían alegre y buena para la marihuana... jamaica! No problem!!!...

- Bad boys,bad boys whatcha gonna do whatcha gonna do?
When they come for you?Bad boys bad boys whatcha gonna do?
Whatcha gonna do whatcha gonna do when they come for you? – canté al mismo tiempo que la rola, desentonada, y algo gangosa, hasta a mi me parecía de mal gusto mi voz.
Mire la luna, ese noche tenia un extraño tono rojizo, quizás era el efecto de mirar mucho tiempo la fogata, o simplemente el humo.

-AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUHHHHUHHUUUU- aullé a la luna, poniéndome en cuatro patas. – AUUUUUUUUUUHUUUUUUUUUUUU- volvi a aullar muy fuerte, tosí, reí.

Y ahí estaba yo aullando como una idiota mala de la cabeza, y luego hay estaba Mir!!! Besando a Adrian???.... what??????... me calle por la impresión, no me molestaba la homosexualidad, pero no podía evitar caer en shock. Y de la nada!!!! Pero esto si que fue repentino!, MYHR DESNUDÁNDOSE!, abrí los ojos como plato!... pero que va a hacer este tipo?... que!!!!???... si, estaba en lo correcto era un lobito, como lo sospeche desde un principio. Me sujete fuertemente del tronco inconsciente de que lo hacia, unos enormes ojos de lobo se posaron en mi rostro, no sabia que cara debía tener pero estaba entre la fascinación y el terror, aulló casi destrozándome los oídos. Lleve mis manos a mis oídos aun mirando aquella escena de película.

Adrian le regaño, tapándole el hocico para callarlo, sus huesos se estiraron y el pelaje salió de su piel como mil agujas al igual que en la transformación del calefactor con patas. Dos lobos gigantescos casi del porte de dos caballos, uno marrón y otro blanco, inundaban mi vista. El lobo castaño me gruño y mostró sus afilados dientes. Un grito ahogado salió de mi boca sin poder detenerlo... me va a matar ahora?... a eso se refería Lucrecia con los lobos que no eran tan buenos como ella?... que mierda está pasando!!.... mis ojos bailaban, ahora estaba aterrada. Adrian volvió a su cuerpo humano, totalmente desnudo, no me produjo nada más que enojo.

-Eres un imbécil!- le grité a Adrian, desde donde yo me hallaba completamente aovillada en el piso, me levanté torpemente. Acaricie el pelaje del gran lobo blanco. Volví a mirar a Adrian con la mirada envenenada.
-Pensé que me matarías... casi se me sale el corazón del pecho por tu culpa!- seguí chillando.
-si vuelves a hacer algo como eso te juro que morirás mientras duermes!- levanté la mano para golpearlo, pero me detuve empuñando la mano y volviéndola a su lugar... si lo golpeas esta vez si que te mata maldita loca!... me di media vuelta y camine hacia la orilla del mar, completamente sulfurada.
-SON UNOS TARADOS- grité, me senté en la arena y escondí mi rostro con mis manos, tenia que asimilar todo lo que acababa de ver o me desmayaría en cualquier momento.

Que mierda hacer ahora?... estos se han vuelto completamente locos, aunque quizás que cada vez que bebían les daba por transformarse... no, no podía ser eso... myhr se dejo caer a mi lado tendiéndome una cerveza, la recibí, lo miré. De un momento a otro yo estaba en el aire, Adrian había aparecido de sorpresa y me tenia sujeta del cuello a centímetros de la arena. Me asfixiaba, miré a los ojos al imbécil, patalee en un intento de que me soltara, pero no lo hacia, solo me aflojo un poco pero mi garganta aun se sentía con mucha presión, grité.

Escuche sus palabras lejanas, no me podía concentrar si me estaban intentando ahorcar!. Que no le dijera a nadie?... este parece que bebió demasiado!!!... parecía una mujer con su periodo menstrual!... golpee su pecho para que me soltara, pero no lo hizo hasta que la ultima vocal salió de sus labios a rugidos, y yo que había pensado que era amable... maldita bestia!.... me dejo caer al suelo como trapo viejo y sucio.

-MALDITO PUTO!- gruñí con fuerza, tosí un poco el cuello me había quedado delicado – esto ya lo sabia, y no pensaba contárselo a nadie, eres un I –M – B – E – S – I – L - articule las letras con suma claridad, le di una cachetada en el rostro, la cual no le movió ni un centímetro, y hizo que mis huesos sonaran.... mierda!!! Eso si que dolió!!.... me sobé la mano.
-metete tu estúpido secreto por donde te caiga!, no me importa...- una lagrima descendió de mi rostro.
-me voy de aquí – me seque la lagrima torpemente, comencé a caminar hacia el campamento para recoger mis cosas.

tirada de resistencia para ver si me rompo la mano xD

Mimi ha efectuado 1 lanzada(s) de uno D10 :

Por sorpresa ya estaba Mimi por los aires, traté de detener a Adrian que se puso muy idiota. Sus ojos me dispararon furia, lo miré de la misma manera.
-Suéltala –Jalé a Adrian para que ya se calmara, pero el solo me fulminó con la mirada y siguió intimidante. Fruncí el cejo, me había enojado su actitud. Mujer serpiente por mas loca que esté, no era una estúpida. El ambiente se puso turbio y la brisa no golpeaba de la misma manera… amenazas, gritos, insultos…Se había pasado, la pudo haber matado. Troné los huesos de ambas manos y un gruñido se escapó de mi cuerpo.

Escuché el crujir de los huesos de la mano de la chica serpiente. Sonó a fractura.
Giré a Adrian y le puse un buen puñetazo. No le dije nada, el sabía que se había pasado.
-Pudiste haberla matado… -Y esa idea no era la más grata que tenía en mente, se había aprovechado de su situación y eso me pareció despreciable- Y se ha roto la mano –murmuré al final, sabía de eso ahora tenia que llevarla al hospital-

Fuerza 8+

Myhr Aukland ha efectuado 1 lanzada(s) de uno D10 :

de que mierda tienen el rostro?... de acero??... me fui quejando hacía el campamento, no podia sentir mis dedos, mi mano me ardía, no sentia los huesos unidos, era un dolor impresionante, como aquella vez que me había fracturado la mano en el torneo en Korea... nooooo no me puedo frasturar la manoooo, en tres días tengo el camponeatooo!!!... más lagrimas caían, mi furía hacia aquel lobo castaño era demaciada, más aun despues de esto.

recogí todas mis cosas del suelo con la mano sana, las metí dentro de mi mochila, cuando ya estaba saliendo, Myhr estaba ahí, lo miré con algo de enojo, gruñí, aun que no era su culpa, la rabia me superaba... miré hacía donde debía estar Adrian, pero nada, al parecer se había marchado, no me importo en ese momento era a la ultima persona que querría ver en el mundo.

Caminé a tropezones por la arena hacia mi auto, caí al suelo.... esto es la gota que rebaso el vasoooo!!!, tobillo traicionero, tambien me lo había quebrado.
-ayudame!- estiré mis manos hacía el -no creo que podré manejar así- chille, seguía llorando no por dolor, si no por enojo.