¿Entre pañales....?

Mi sonrisa se ensanchó de tal manera que temi desgarrar algo en mi rostro. Besé sus manos y después las apreté con fuerza.

-Zazil ¿quieres salir conmigo? ¿quieres ser mi novia?- mis ojos brillaban y la mirada parecia la de un niño, después temi haber sonado muy anticuado, pero asi era como me habian educado mis padres, segui pendiente de su mirada la cual destellaba de una manera que no recordaba haber visto antes.

Antes de que ella contestara escuché un ligero llanto, cerré los ojos esperando que uno de los niños no se levantara, no era el momento... no ahora...

cerré los ojos completamente satisfecho por su respuesta, pude haber gritado pero no debia los niños parecian estar dormidos, pero la euforia y la felicidad estaban al tope.

Ella me jaló y cedí a eso. Aun yo no decia nada, regresamos a la habitación de los niños, habia sido una falsa alarma, sonrei mas que gustoso, la jalé de nuevo al living. La tomé de la cintura y le di un gran beso en los labios, mis manos alrededor de su estrecha figura eran ya una señal de que no la dejaria ir.

-Gracias hermosa, no sabes lo feliz que me haces- le susurré levemente y la volví a besar.

Y ahora de pronto estaba inmovil tratando de visualizarla como mi novia, no cabia del gusto, clavé mi rostro en su cuello, ahora era mia y no me importaba sonar posesivo.

Tomé sus manos y las besé con fervor, mis ojos lustrosos destellaban en un tono verde similar al agua de mar, el calor recorria mi cuerpo en pequeños espasmos que se reflejaban en la gama de sonrisas que le regalaba a mi ahora novia: Zazil.

Nos dejamos caer en uno de los sofás, sin palabras, las miradas decian mas que cualquier otra cosa. Tenia ganas de besarla y besarla todo el dia, pero mis ojos no querian cerrarse y los besos me obligaban a cerrar los ojos, no queria dejar de verla, estaba en un extraño dilema.

-Ojalá que esos niños no se despierten pronto- dije en voz baja sin dejar sus manos -Si lo hacen tendrás que enseñarme a cambiar un pañal, soy totalmente novato en eso- me rei un poco -Igual me gustaria conocer al resto de tu familia, yo te presentaré a mis padres lo mas pronto posible, les he hablado mucho de ti, estan impacientes por conocerte-

Soul guardians? sonaba tan importante, senti ganas de pertenecer a una manada, pero por ahora no tenia idea de como...

-Yo no te he invitado a mi casa, es que aun no nos instalamos por completo, pero si quieres mañana mismo cito a mis padres y cenamos en algun lugar y te presento como mi novia- me rei y la abrazé casi eufórico.

De pronto recordé las pláticas que habia tenido con ellos, no les habia dicho todo, ellos no sabian que ella era de la misma condición que yo, no sabia como iban a reaccionar, decidí no preocuparme y disfrutar lo que ahora estaba viviendo.

Estiré mis brazos para que ella viniera a mí, mi sonrisa era más que encantadora de esas que sólo guardaba para ella.

Intenté no parecer asustado, pero ha decir verdad intenté no mirar la tv, me distraia con las sabanas ligeras de la cama, encendia y apagaba la luz de la repisa, acomodaba las almohadas una y otra vez, tiraba de vez en cuando el control remoto y lo recogia de nuevo, en fin ver peliculas de terror conmigo siempre era un fastidio, de vez en cuando miraba a Zazil, ella parecia estarse burlando o algo asi.

La cama estaba llena de bowls con palomitas, una gran charola de pastel de chocolate y dos vasos jumbo de coca cola, intenté comer lento, ya que no queria atragantarme al ver una mala escena en la televisión.

Aun no cabia del gusto, estaba viendo una pelicula con mi novia, era tan raro, tan irreal, pero tan genial.

Los niños parecian no despertar, supe que de ser asi no me desagradaria tanto ser padre.

-Parece que esos niños no despertarán hasta mañana- dije susurrando para no interrumpir más la pelicula.

La comida se habia terminado, yo ya me habia parado unas cuantas veces al baño para verificar la dentadura perfecta y asearla a detalle, ahora no podia quedar mal, no recién.

La miré ya entre las sombras, comenzaba a oscurecer.

Puse los ojos en blanco ¿encargarme yo de los chicos?, pfff eso no estaba nada bien, me levanté a duras penas de la cama y fui hasta donde los niños, estaban llorando a todo pulmon, ¿cómo es que un niño podia gritar tanto?, fui hasta la cocina y llevé los biberones, ambos eran iguales, supuse que no habia que darle uno especifico a los chicos , intenté meterlos a sus pequeñas bocas y solo los recibi de proyectiles en la frente.

Busqué algo con que distraerlos, no vi nada a la mano, cargué a Aaron mientras le hacia caras al otro niño, no funcionaba.

-Zazil!!! ven rapido, no sé que hacer!!!- le grité y eso hizo que los niños lloraran aun mas. Me incliné y cargué al otro niño, se callaron por un rato y me miraron de forma extraña, me asuste y comenzé a caminar por la habitación, ahora sollozaban un poco, pero podian explotar en cualquier momento, de pronto me senti húmedo....

-cambio de pañal- susurré y los miré aun mas asustado, ellos parecian reirse de mi.

Intenté no vomitar, busqué una ventana y la abri de inmediato. Era un fiasco como niñero, pero agradeci que ella me ayudara, bueno.... yo era el que intentaba ayudarla, pero solo arruinaba las cosas.

-Creo que necesito una ducha- miré el reloj- es muy tarde para regresar ahora a Seattle a menos que me prestes un auto, o puedo irme corriendo, pero varios se infartarán al ver una pantera en medio de la carretera

-Puedo quedarme esta noche contigo?- mordi mi labio, aquello me daba ciertas esperzanzas, pero quizás eraalgo rápido para pensar en esas cosas.

No me dió tiempo de reaccionar ante el ataque del pequeño, recibi un buen golpe de felpa en la frente, no dije mas y me fui hasta la otra habitación.

Me duche, con la mente distraida, pensando en el cuándo, y el cómo, me parece que hasta silvé una canción, jamás supe exactamente cuál era, supuse que estaba feliz.

Cuando salí no escuché ningun ruido, caminé lento hasta la otra habitación con una toalla envuelta en la cintura, atreviendome a que cualquiera me viera, incluso uno de los hermanos de Zazil, ella y los chicos estaban profundamente dormidos, me quedé mirandolos un rato, ella lucia hermosa, mis ojos se iluminaron por un breve instante.

No queria despertarla, pero lo habia logrado, me arrepentí de vagar con una toalla por la casa. Tomé a Armand con sumo cuidado, sin despertarlo, tomando en cuenta su enorme fragilidad, lo llevé hasta su cuna, esta vez se veia que dormirian largo y tendido.

En cuanto ambos estuvieron en su cuna, me alejé con cuidado y fui hasta la habitación donde me habia duchado, me puse una camiseta blanca si mangas y un pantalón de una tela ligera tambien en blanco, me pregunté de quién seria esa ropa, regresé hasta donde estaba Zazil, en completo silencio.

-tengo muchisimo sueño- le tomé la mano y me dejé llevar por ella.

-Ojalá no despierten hasta mañana, me siento muy cansado, creo que tanta comida me hizo mas pesado el sueño- me rei un poco.

Después me dejé caer sobre la cama, cerré los ojos y busqué con mis manos cualquier parte de Zazil, por suerte me topé antes con sus manos, las tomé fuerte, besé el dorso y después me incorporé un poco, besé sus labios con ternura.

-Descansa hermosa, hasta mañana- le sonrei, besé su frente y me quedé viéndola algunos segundos, ansioso.

-No es nada, es sólo que no puedo creer que estemos aqui, juntos, tu y yo y bueno... espero que no olvides lo que ahora somos- mis ojos brillaron un poco en aquella oscuridad, me recosté de nuevo, ella seguia tocando mi rostro, la temperatura de mi cuerpo aumentaba, el corazon latió un tanto desbocado, queria quitarme esa sensación de deseo extremo, esas ganas tremendas de besarla hasta el amanecer, de tenerla..... cerré los ojos, queria dejar de pensar en eso.

-Creo que será mejor dormir- me giré y quedé de medio lado con una mano en mi mejilla, con la otra acaricié su rostro, pasé mis dedos por sus labios, por sus ojos, su cabello.

-eres hermosa ¿ya te lo habia dicho?

Negué con la cabeza, ella no era mas hermosa que nadie, mucho menos que yo.

Labios con un ligero sabor a canela, me preguntaba si el sabor de su piel seria el mismo, mi boca decidió averiguarlo y se pegó de manera delicada a su cuello, primero un pequeño beso seguido de otro mas, la probé, y su sabor no era el que esperaba , era mucho mejor, me haria aun mas adicto a ella, no tenia duda de eso.

Mi cuerpo se pegó al suyo, era inevitable, y por otro lado intentaba no utilizar todas mis fuerzas al tocarla, sabia que no la lastimaria, pero ella parecia tan frágil...

-Me encanta tu sabor- le dije con voz apenas audible, entre las penumbras, y de nuevo besé sus labios, llevando las manos a su breve cintura, atrayéndola a mi.