Acampada-Hoguera

Después de un día que no esperaba que fuese a acabar tan bien, oscureció, encendimos una gran hoguera, justo después de la cena. Nos sentamos sobre unos troncos caídos o sobre el suelo, traímos unas mantas para taparnos, ya que hacía algo de frío.

Drew trajo su guitarra, había que reconocerlo tocaba bastante bien. Sacamos más cerveza y algunos panchitos para picar. Me senté al lado de Will, y nos tapé con una manta azul oscura, para que no tuviesemos frío, los otros iban sentandose alrededor. Nos reímos un rato, mientras charlabamos distraidos. Pronto empezaríamos con las bromas y las historias de miedo.

-Dick traé unos malvaviscos-Le grité ya que el todavía no se había sentado, andaba buscando su guitarra-Estaran muy buenos tostados-Le guiñe un ojo a la chica que tenía en frente y que no conocía, bromeando con ella.

Salí de la tienda con Sara en las diestra, Elena en el hombro y en la siniestra un paquete de bombones que había llevado con toda la intención de torturarlos hasta la calcinación en la fogata.

Tiré el paquete de bombones a Daniel para que los atrapara -venga chico rudo, buenos músculos no significan grandes reflejos- le bromeé mientras él atrapaba el paquete; busqué un tronco en dónde acomodarme, finalmente estaría tocando la guitarra, así que debía tener una buena altura para no terminar sin piernas por falta de irrigación sanguínea, busqué a Sasha con la mirada al tiempo que apoyaba a Sara sobre el tronco para poder bajar a Elena.

Luego del tiempo de asador, Lucita y yo habíamos estado platicando a orilla del río, cuando obscureció volvimos al campamento, donde ya habían prendido la fogata y pude ver a Drew bajando a Elena de su hombro ~tiempo bohemio~ sonreí ampliamente mientras le tomaba la mano apresurando nuestro paso hacia el grupo de gente que comenzaba a congregarse.

Todos ya estaban en la fogata, en nuestros ojos se iluminaba aquel fuego y nos enrojecía el rostro. Vi pasar una bolsa con los bombones y sonreí ampliamente.
Di un salto como una bailarina de ballet, fui por las galletas y el chocolates para los smores *0* y ni un minuto pasó cuando ya estaba sentada a lado de Daniel debajo de aquella frazada.
Ya quería empezar a escuchar tocar a los muchachos, me encantaba como tocaban y sabia que Sasha también lo hacia muy bien, vaya pareja.

Cuando llegamos hasta la hoguera nos sentamos en el suelo arropados, con el frio me pegue tanto a la hoguera que pasados unos minutos tuve que retirarme porque empezaron a escocerme los ojos con el calor de las llamas.

Me acurruque junto a Dick, aunque cuando comenzara a tocar me retiraria para dejarle espacio.

-Esperamos tu concierto Dicki.- le dije sonriendole mientras me envolvia en la manta, que practicamente me daba una vuelta completa.

Dos cosas me sorprendieron prácticamente al mismo tiempo: primero, que Lucita se acurrucara junto a mí -cosa que por poco me hace explotar de satisfacción- y segundo, ¿me había llamado Dicki? afortunadamente no estaba bebiendo nada, si no habría provocado una reacción un poco... desagradable

~Gracias Kitty... aunque estoy seguro que será concierto a dos voces~ señalé con el rostro a Andrew, que estaba ocupado buscando a Sasha que aún no se había acercado a la fogata ~voy por Elena, no demoro~ me saqué la chamarra y se la puse en los hombros antes de ir por la guitarra.

-What's up, people?! -exclamé, haciendo mi entrada triunfal con una bolsa de malvaviscos en la mano.

Estabamos organizados en parejas, por lo menos los que ya habíamos llegado a la hoguera. Sonreí y lancé la bolsa a Drew, cuyos rápidos reflejos la atraparon y a su vez se los lanzó a Daniel. Caminé hasta donde él se encontraba, sentándome junto a él.

-¿Puedo coger a Sara? -pregunté, con una mano en la guitarra.

Drew asintió, por lo que cogí el instrumento y pasé mi mano por la pulida madera. Revisé y ajusté la afinación, sintiendo el fuego crepitar al frente mío, el calor en suaves ondas evitando que me enfriase, y la mano de Drew jugueteando con mi cabello.



-Los que se la sepan, cántenla -pedí.

Mi coordinación no era lo suficientemente buena como para cantar y tocar al tiempo, además que preferiría que ellos cantaran... Yo tocaría, mejor. Sonreí y volví a bajar mi mirada a la guitarra, cuyas cuerdas vibraban bajo mis dedos.

Dick se llevó a Elena y Sasha comenzó a tocar con Sara, acariciándola con una suavidad que más que tocarla, parecía estar acariciándola; empecé a corear con ella la canción, sin dejar de juguetear un tanto con su cabello en mi mano -And all the roads we have to walk along are winding... And all the lights that lead us there are blinding- marcaba el ritmo de la música con mi pie sobre la tierra y continué cantando, más para nosotros que para el resto de nuestros expectadores -There are many things that I would like to say to you, I don't know how- pronto escuché a Elena sonando al seguir el ritmo rápido de la guitarra de Sasha, haciendo el acompañamiento.

-And maybe... -inicié, pero pronto me callé al presentir que iba a perder el ritmo.

Ésa canción la había escogido por su letra, por lo que quería decir, lo que yo quería decirle a Drew. Era extraño, por una vez en la vida me había quedado sin palabras para describir lo que sentía, lo que pensaba al respecto. Sonreí al escuchar a Drew seguir con la canción y al escuchar la otra guitarra haciendo el acompañamiento: Al parecer Dick también estaba de vuelta. Seguí el ritmo y me arriesgué a mirar a Drew, que me estaba mirando fijamente. Le sonreí antes de volver a bajar la mirada para seguir tocando.

Reciví los malvadiscos de parte de Andrew, y Will se levantó a por chocolate, le sonreí cuando volvió y le dediquéuna sonrisa cuando volví a taparla con la manta.

-No quiero que vuelvas a resfriarte-Le dije al oido.

Los chicos llegaron con sus guitarras, eran bastante buenos, eso lo sabía, lo mío era el bajo, y no me lo había traído, hacía mucho que no tocabamos los tres juntos, recordé con algo de melancolía los tiempos en los que queríamos montar un grupo. Les sonreí cuando se sentaron alrededor del fuego. Abrí una lata de cerveza y le di un trago.

Sasha empezó a tocar, lo hacía de maravilla, aquella canción me encantaba...En voz bajita y sin separar muchos los labios, canté un poco del estribillo, miré a Will con una sonrisa, que estaba embobada mirando como tocaban y cantaban todos. Le pase mi brazo por encima de los hombros y le di un besito en la mejilla.

Por cada beso que me daba Daniel, era un color mas sobre mi rostro. Me acurruqué en el mientras veía tocar a los chicos, sobre todo a mi amiga, no se que hacia en medicina, lo suyo era ser estrella de rock.

Ya estaban coreando el final de la canción entre Andrew y Sasha “I Said Maybe (Said Mybe), You’re gonna be the ones that saves me? (That saves me)". Cuando termino de tocar aquella canción kilométrica de Oasis, sonreí con malicia, me volví a levantar de un brinco dancístico y fui donde Elena que la despoje de las manos de su progenitor xD. Me senté alado de Sasha con una mirada brillante y una sonrisa maliciosa.
-Sasha , esta canción es dedicada para ti, una criatura especial me la ha dictado al oído… -reí- es verde y diminuta… se llama Billy…
Empecé a tocar algunos acordes que me había enseñado U y con mucho cuidado empecé hacer una melodía… y empecé a cantar una canción:

¿Por que no me quieres zanahoriaaa?
Si solo soy un ser inofensivo
Solo como hojas
Y tengo un caparazón duroooo
Como tu cariñooooo
Zahanoriaaa
No me desprecieeees
Solo quiero ser tu amigoooo

Al final terminé con un Tan tan, miré a Sasha, le saqué la lengua y entre risas, le devolví la guitarra a mi hermano que me miraba con cara de que te voy a matar xD y corrí de nuevo a mi asiento a lado de Faraday.

-¡Kennedyyyyy! -exclamé.

Noo pude aguantar más la risa y me tuve el estómago. Lo cierto es que aunque odiaba los insectos, habría sido sin sentido no reír con semejante canción. Escondí mi cabeza entre las rodillas, empezando a llorar de la risa, y me tomó unos instantes más normalizarme.

-...Jajaja... Will, estás loca... Jajaja -dije entre risas- Sólo no lo acerques a mí... Y supera la zanahoria, pedazo de irlandesa xDD

Estaba a punto de arrebatarle la guitarra de las manos a Willow, invariablemente terminaba desafinada después de que la cogía y llevaría por lo menos cuarenta minutos volver a ponerla a punto ~¡Ciara! vuelve acá con mi...~ me interrumpí cuando la escuché dedicando cualquiera que fuese la ocurrencia que iba a tocar y una vez que terminó, el grito de "-¡Kennedyyyyy!-", me hizo brincar sobre el tronco, la última vez que había escuchado aquel grito feroz, había terminado en la dirección de la prepa en Maryland.

~Muy bien, eso fue todo por parte de Willow y Billy el bicho... ahora si me permiten~ recuperé a Elena y pisé algunas notas para probar afinación... no era nada que tuviera que repararse inmediatamente; fue así como tuve una idea que seguramente después pagaría cara, aunque quién sabe, conociendo a cierto sujeto pasteloso y medio barbón que teníamos por ahí cerca, quizá le caería en gracia, así fue como comencé a tocar ~Drew... sígueme~ invité a mi amigo mientras tocaba el primer acorde.

Tomé la guitarra de las manos de Sasha cuando comenzó a reírse, la pequeña Kennedy tenía un sentido del humor inversamente proporcional al de su hermano y eso ya era mucho decir -vamos linda... respira- dije a Sasha, inclinándome hacia ella luego de dejar la guitarra a un lado, ya la había visto flaquear por una descompensación y no estaba dispuesto a permitirle ahogarse de risa.

Poco a poco se fue enderezando y escuché a Dick probar la afinación de su guitarra y luego empezar con unos acordes que me resultaban muy conocidos; sonreí ante su invitación y comencé a hacer guitarra en segunda voz.

Observe en silencio, demasiado acurrucada como para mover nada al ritmo de la musica. Parecian como hermanos, y no pude evitar sonreir al verles tan despreocupados, viviendo el momento, lejos de cualquier responsabilidad.

Aproveche que Dick no estaba para quitarle su trozo de manta y envolverme aun mas, tapandome incluso por la cabeza dejando una rendija para asomar mi cara.

Kitty... tampoco sonaba tan mal al fin y al cabo. Recorde las veces que habian llamado sapo a... ahora no recordaba su nombre, y me senti afortunada.

Me reí y aplaudí cuando Will acabó su canción a Sasha, la reciví de nuevo en la manta, volviendo a la postura que teníamos antés.

-Muy graciosa, señorita Kennedy-Le dije riendome al oído.

Dick y Drew comenzaron a tocar, realmente lo hacían bien, movía la cabeza al son de la música. El ambiente era cálido, ambale, calmado...como si fuesemos una gran familia, sin precupaciones, alrededor de aquella hoguera que nos daba abrigo. Les aplaudí cuando acabaron su canción, y le sonreí a Dick. Volvían a parecer buenos tiempos...

Agarré un palo y comencé a tostar los malvadiscos, los demas me siguieron.

-Tocad alguna más!-Les chille divertido-...y empezamos con las historias de miedo-Puse más grave la voz, y me reí.

Dentro de la manta de nuevo me acurruqué en Daniel, me sonrojé levemente ante su comentario y me reí xD sobre todo cuando a Sasha casi le daba respiración boca a boca porque andaba ahogada.
Les aplaudí a los chicos cada vez lo hacían mejor… Me encantaba la calidez de la fogata, cogí una vara para tostar un malvavisco y hacer mi smore *babas* Les ofrecí a los que quicieron.
-Si, ¡Toca una más U! –¿historias de miedo? pensé y luego sonreí maliciosamente mientras sentada con la manta encima me comía mi smore-

(OFF: No entendí porqué se supone que Sash anda ahogada xD)

ON:
Observé a Dick y a Drew tocar la guitarra. Ambos hacían una sinfonía perfecta, las guitarras sonaban coordinadas y ellos arrancaban los sonidos de las cuerdas como sólo alguien que realmente toca con pasión puede hacerlo. Sonreí y recogí mis rodillas contra el pecho, abrazándolas y sintiendo el calor de la fogata en mi piel. Pronto, ellos acabaron su canción y empecé a aplaudir con entusiasmo. Me uní a los ruegos de Willie.

-¡Yo también quiero otra! -pedí, tomando unos malvaviscos, ensartándolos en la varita de madera y empezándolos a asar. Le dí vueltas a la brocheta de malvavisco- Y yo te recibo smore, Willie -dije curiosa por el postre que ofrecía mi amiga.

Mientras se enfríaba un poco el malvavisco probé el postre de Will. Quedé maravillada, era de esos sabores que son exquisitos, pero no eres capaz de describirlos.

-Delicioso -la felicité- ¿Historias de miedo? Adelante, no tengo ninguna...

Terminamos la canción y bajé a Sara para pasarle un brazo por los hombros a Sasha -habrá más de esto, lo prometo- afirmé a media voz y luego la dejé que se pusiera a asar bombones, vi los Smores y sonreí como párbulo -Willow, eso es postre y no pedazos- recibí un smore y comencé a devorarlo con singular alegría -sí señor, esto sabe a hogar y a infancia- dije golpeteándome sonoramente el abdomen.

-Venga, historias de miedo... ¿alguien ese de por aquí? seguro Forks, LaPush y sus alrededores tienen millones de historias por contar- miré a la expectativa hacia nuestro grupo.

Tragué el pedazo de malvavisco. ¿Quería historias de miedo? Sí que las había, y más en ese triángulo demoniaco conformado por Forks-LaPush, Port Angeles y Seattle. Según lo que sabía, estábamos en la zona con más seres sobrenaturales por metro cuadrado del mundo y algunos de ellos podrían delatar a los humanos que supieran su verdad. Ése era un riesgo al que no pensaba exponer a nadie, ya era consciente del miedo que producía enredar a otros, y eso que a la que habían enredado era a mí. Miré al fuego sin expresión alguna por unos segundos, pensando si hubiese tenido que empezar a huir de Jane, dejarlos a todos ellos detrás para que no los afectase... Abracé a Drew con más fuerza.

-Hay historias mejores que esas, cariño -dije, antes de meterme otro malvavisco en la boca

La besé con suavidad en la sien -bueno... digamos que tenemos curiosidad turística, linda... creo que todo lugar tiene sus leyendas urbanas y sus propias historias de horror- reí un poco -así como en Addams Family Values, cuando Wednesday Addams asusta a sus compañeras de campamento, diciendo que el fantasma del campamento robaba todos los aparatos de ortodoncia de las chicas en el lugar y ellas gritaron horrorizadas- no pude evitar carcajearme, correspondiendo un tanto a ese inesperado incremento en la fuerza del abrazo de Sasha.

Apoyé a Elena en una piedra cerca de donde estábamos sentados y me envolví con Lucita en la manta, abrazándola de costado ~¿quieres un smore?~ le pregunté en voz baja y asintió con gesto dubitativo ~te van a gustar, además el chocolate ayudará a entrar en calor~ le sonreí y luego besé su mejilla ~Will, acá también queremos smores~ dije a mi hermana, quien pronto me tendió los postres y entregué el suyo a Lucita.

Comenzaron a hablar sobre historias de terror y demás ~claro, el momento musical puede seguir después, ¿quién sabe historias de miedo?~ pregunté entusiasmado ante la perspectiva de un par de historias para guardar en la cabeza.

-Yo se me una –dije levantando mi mano parada junto al fuego y con la manta puesta como la virgen Maria, le pasaba unos Smores a mi hermano y a Lucita.
Tomé asiento después de comerme mis smores, los cuales había perdido la cuenta de cuantos me había comido suspiré y comencé:

Había una vez una muchacha muy bonita. De tan bonita que era, comenzaron a enamorarla tres hermanos. Vio que fue el hermano mayor, el de en medio y el menor. Fueron los tres y a cada uno les dijo un día y una hora para que la enamoraran. Comenzó a pensar cómo saldría de ese problema y entonces se le ocurrió algo:
Cuando llego el primer hermano a visitarla le dijo:
—Oye ¿De veras te gusto tanto?
—Ay, niña. Tanto te quiero, tanto, que haría cualquier cosa que me pidieras.
—Bueno. –dijo la muchacha- ¿Irías a cuidar a un muerto en el cementerio a las doce de la noche?
—Sí iría, nomás para que veas cuánto me gustas.
—Está bien; tal día has de venir. Cuando vengas, el muerto estará listo, para que lo lleves al cementerio.
—Está Bien.
Cuando llegó el segundo hermano a visitarla le preguntó:
—Oye ¿De veras te gusto tanto?
—Haría lo que me pidieras, para que supieras cuánto me gustas.
—¿De veras?
—Claro.
—¿Aceptarías hacerte al muerto?
Aceptó y le tomaron las medidas para hacerle su caja.
El tercer hermano llegó más tarde.
—Ay, niña, eres mi amor. Haría por ti lo que me ordenaras.
—¿Harías de diablito?
—De lo que pidas y mandes.
Lo citó para la noche.
Cuando llegó el que iba a hacer de muerto, lo amortajaron y lo metieron al ataúd.
Al rato llegó el que debía cuidarlo: le dio cuatro cirios y lo mandó al panteón con el difunto a velarlo.
Al más chico lo vistieron con un traje cubierto de latas agujeradas. Cada lata llevaba una vela encendida dentro. Le pusieron cuernos. Salió lanzando destellos y chispas; tintineaba al caminar.
—¿Y qué debo hacer? —preguntó.
—Ve al panteón y te pones a dar de brincos.
Llegó al panteón y, aunque con miedo, comenzó a saltar.
—¡Ave María Santísima, qué es eso! —gritó el que estaba velando. Se echo a correr.
—¡Jam, un diablo! —gritó el muerto y escapó.
—¡Un muerto que corre! —gritaba el diablito al emprender la huida.
El primero volteaba y veía que lo perseguían. No paró hasta llegar a su casa. Se aventó a su hamaca.
El segundo, para escapar del diablo, se escondió en la misma hamaca.
El diablo, con el susto, ni vio que el muerto venía delante de él, se fue a encontrarlo en su mismísima hamaca.
Cuando se dieron cuenta de la broma y de su miedo, dejaron en paz a la muchacha: ni la volvieron a ver; ni adiós le dijeron.

Al terminar de contar mi historia les saqué la lengua y seguí comiendo.

Di las gracias por el chocolate y me dispuse a escuchar su historia de miedo.

Cuando termino ... mi cara debia de ser algo asi como lo que se veia en los dibujos japoneses cuando les salia una gota en la cabeza ante una situacion delirante.

Me apretuje a Dick y le susurre. -¿Debemos fingir miedo, o es correcto comenzar a reirme? creo que no voy a entender a tu hermana.-

Le revolví el pelo a Will, y le saqué la lengua, su historia había sido más divertida que terrorífica, bebí un poco de la cerveza, y me comí mi smother. Permanecimos en silencio durante un rato, tostando los malvadiscos y bebiendo. El viento era frío y nos golpeaba desde la retaguardía. Sonreí mientras miraba el fuego.

-Sabeís que dicen que aquí fueron asesinados un grupo de jovenes como nosotros-Puse voz tetrica y ausente-...se encontraron a todos descuartizados, con grandes mordiscos en sus barrigas...-Me acerqué un poco más a Willow, para entrar en calor-...en la investiganción dedujeron que estaban alrededor de una hoguera, hacía tanto frío como esta noche, y charlaban y cantaban ajenos a lo que sucedía a sus alredor-Sonreí con melancolía y miré a las chicas una a una-Oyeron aullidos...-Se escuchó un fuerte aullido que me heló la sangre incluso a mí, pero continué con mi historia, y puso algo nervioso a los demas-no tuvieron nada que hacer, enormes bestias aparecieron de detras de aquellos matorrales-Señalé a una parte del bosque que permenecía oscura y todos miraron-y...BUUUUUUU!!!!!-Dije gritando y levantadome riendome, algunos tenían pinta de haberse asustado con mi broma.


Superar la tirada de carisma (+3)

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