Inspeccionando

- No soy tan valiente - dije en un susurro

Debía forjar un gran sentimiento de seguridad en la vampiresa si deseaba que se uniera a mi causa, aunque no dudaba que fuese poseedora de ideales semejantes a los míos. Pensar con rapidez era mi única opción, y eso fue exactamente lo que conseguí gracias a mis siglos de vda y experiencia. Me pusé de pie, acercandome a la Volturi sin mostrar signo alguno de hostilidad. Al estar suficientemente cerca, comencé a hablar

-Yo creía lo mismo hace más de medio milenio, Heidi. Pero un buen día no pude tolerar los abusos a mis hermaos licántropos, asi como sé que tú has de sentir algo de pesar cada vez que te enteras que uno de los ancianos decide menguar la existencia de otro vampiro por causas absurdas. Juro que tendrás un mundo más igual para tu especie si me ayudas, uno en el que podrás ser libre de las ataduras de las ancestrales leyes vampíricas y podrás disfrutar de tu existencia como jamás lo hiciste- una media sonrisa cruzó mi rostro- Al menos piensa en mis palabras, no pido más

- Y si... llegara a aceptar cual sería el plan?- pregunté curiosa- supongo que lo tienes-

Al final, parecía que todo iba viento en popa. No obstante, tampoco me volvería el licántropo más confiado de la historia tan fácilmente.

-Tengo un plan es cierto, pero me temo que no te lo puedo revelar, al menos no hasta estar seguro de que no traicionarás la causa. Supongo lo sabrás entender- respondí con una sonrisa

- Por supuesto- dije palmeandome la cabeza en signo de torpeza
EN relaidad me interesaba su idea y me gustaba la idea de tener apoyo
si yo tomaba la decición de itme del Aquelarre pero... quien sería entonces?
Heidi... tan solo Heidi...
Sin familia, hogar ni nadie... no podría soportar semejante soledad y...
aunque no era una vil y sádica vampireza (al menos, no del todo) me
gustaba el poder y el respeto que me ofresían los volturis

-Heidi- dije susurrando, buscando una forma de ser aún más convincente- Serías, sin duda, una pieza clave en la liberación de tu propia especie, el estandarte de la revolución, y seguramente muchos vampiros te lo agradecerían por toda la eternidad- declaré exhibiendo una sonrisa en mi rostro, pues, aunque no planeaba dejar vivo a ningún vampiro en el mundo, al menos, si ella se unía a mi, seguramente podía pensar en una tregua temporal

Enotnces... caí a tierra nuevamente...
Que estaba haciendo? Estaba hablanod sobr emis planes, demaciaod peligrosos para
que alguien los sepa, a un Licántropo que fué reprimido por un vapiro? SI que estaba
loca, y desesperada, peor sobre todo loca... el... se estaba aprovechando de mi
momento de debilidad y, aunque er aprobable que apoyara mi causa,
era solo porque a el le convenía, de todas maneras... tendría en cuenta su oferta
Solo... por si acaso
-Croe qeu en algo te equivocas... a mi nadie me reprime... -

Aunque tenía más de mil argumentos para demostrarle a Heidi lo equivocada que estaba, preferí callar y no decir ni una palabra al respecto, al menos no ofensiva. No obstante, fui incapaz de aguantar las ganas de esbosar una sonrisa tras escucharla; desde luego que yo no hablaba de reprimir, mis ideas respecto a su posición iban más lejos, a la opresión.
Me limité, de una forma de lo más cortés, contrario a lo que hubiese preferido, a comentar algo al respecto.

-Jamás insinué semejante cosa, Heidi. Y no lo mencionaría. Me refería a algo más trascendental, que espero sometas a consideración. Tendrías mi apoyo pleno, así como el de mis hombres

- Tu plan es terminar con los Volturis... yo no quiero eso de ningún modo-
Dije negándome... Despuñes de todo... gracias a ellos estaba aquí

Seguramente las cosas se pondría un tanto más complicadas a raíz de aquello. No obstante, todavía confiaba en mis capacidades de negociación lo suficiente como para evitar darme por vencido en mi objetivo, no perdería una posible informante tan fácilmente.

-Busco una transición, Heidi, una transición que conduzca una equidad entre vampiros y hombres lobo, una igualdad que los Volturi han olvidado, motivados por el prolongado tiempo en el poder. Eso es todo, más allá de ello no existen más planes para mi- comenzaba a sentir molestias por resistir mi impulso nato de matar a la vampiresa, aunado a su posición de no dar el brazo a torcer. Sin embargo, esa era la muestra más clara de mi buena voluntad hacia ella.

Me quedé pensando
-Me da la sensación que quieres liberarnos para volvernos a privar de nuestra libertad...
Los vulturis serán muchas cosas, pero tienen códigos y leyes, el secreto vapírico,
si no fuera por ellos habría sido revelado junto con el de los licántropos...- dije
enojada,. sabía que no era sincero -Mas allá de eso, sabes que se me hizo interesante
tu oferta... supongo que esto nos convendría ambos- volví a sumirme en mi mente - Al parecer,
lo único que une a nuestras especies es el interés... hasta que punto hemos llegado... aliarnos con nuestros enemigos naturales para perseguir un objetivo... vastante difuso e imposible sobre todo-
No quería que les hicieran daño... mi familia, lo ñunico que me quedaba en este mundo.
Mis compañeros de lucha... Jane, Santiago, Renata, Corin, alec... todos ellos en mi cabeza. Recordando mis buenos momentos...
entonces... vinieron imagenes turbias a mi mente, las veces que había tenido que matar,
que ver a familias desarmarce por nosotros, todas las veces que había llevado hombres a
la torre, con el objeto qeu fueran matados de la mas horrible manera.
En mi fuero interno me debatía

La Volturi parecía ser más complicada de persuadir de lo que me había imaginado en un principio, incluso su renuencia se tornaba tediosa. Sin embargo, sucediese lo que sucediese, ya tenía en la bolsa una ganancia, una breve victoria, la cual radicaba en la innegable duda sembrada en su mente por mis estratégicas palabras y acciones. No obstante, debía darle la razón: el hecho de desear confrontar a los vampiros me conducía a una irónica alianza con ellos... Que, seguramente, no titubearçia en romper ella o yo en caso necesario; tan sólo un delgado hilo podía unir a nuestras especies.

-¿Tú crees que por el hecho de poseer la facultad de transformarme en un gigantesco lobo no soy lo suficientenmente inteligente y civilizado como para haber creado un código de moral y leyes entre mis hermanos?- pregunté con un ligero enojo- En cualquier caso, no planeo hacer arder tu ira el día de hoy, sino todo lo opuesto. Si te llegas a decidir por algo, creo que mi esencia te guiará donde me encuentre, Heidi.

Bufé confundida. A veces tenía cosas taan... humanas
- NO quise insinuar eso, pero ambos sabemos que, en un caso de alianza, sería demaciado devil, Aquí yo soy la que mas tiene para perder...-

Me crucé de brazos exhibiendo una sonrisa que ocultaba perfectamente mi maligno alther ego. Debía mostrarme confiable, noble.

-Sé que tus expresiones ya están en función a una educación, no te juzgaré por ello. Sin embargo, recuerda que todos los involucrados podríamos morir, aunque, para mi, eso ya no es la gran cosa- concluí con satisfacción y sinceridad, pues mi existencia ya no valía tanto después de siglos.

Me había decidido... no ib aa atentar contra mi familia.. no atentaría contra
jane, alec, renata ni santiago.... ni siquiera contra chelsea que era la que peor
me caia... no saría capaz... no sería una traidora pero...
la conversación era bastante interesante en realdiad
quería saber hasta donde llegaría el lobito para convencerme de semejante
traición.
- No pondré mi vida en manos de un ejército d ela especie contraria-

La determinación de aquella Volturi era ciertamente loable. Quizá, los rumores sobre una especie de manipulación de lealtad no eran tan errados después de todos... quizá, simplemente, ellos le hubiesen brindado un verdadero concepto de familia a ella. Lo ignoraba, y realmente no me importaba pues, en cualquier caso, ya tendría que asesinarle cuando llegase el momento. Al menos, de esa manera, no sentiría ningún remordimiento por romper una promesa o cortarle la cabeza a un informante.

-Admiro tu lealtad a los Volturi, Heidi. Al parecer ya has tomado una decisión, y esa ha sido encontrarte conmigo en el campo de batalla. Sea pues, dale las noticias a tu familia de que su mundo ya no está a salvo, y el día que menos lo esperen recibiran alguna visita sorpresa en casa- concluí con una sonrisa de plena satisfacción... me agradaba enviar esa clase de mensajes a mis enemigos.

"Admiro tu lealtad a los Volturi, Heidi. Al parecer ya has tomado una decisión, y esa ha sido encontrarte conmigo en el campo de batalla" dijo mientras una sonrisa se iba dibujando en su rostro
- Así es...- dije pero el continuó
"Sea pues, dale las noticias a tu familia de que su mundo ya no está a salvo, y el día que menos lo esperen recibiran alguna visita sorpresa en casa"
La ira comenzó a invadirme hasta que me di cuenta que mi postura había cambiado
- Eso demostrará quien es mas fuerte- dije con una sonrisa -Y, las noticias serán entregadas...-
Nuestras miradas se encontraron, ambas cortaban como el filo de una navaja

Demostrar quien es más fuerte repetí en mi mente Eso mismo creía Viktor hasta el día en que su cabeza estuvo en mis manos... la astucia gana guerras, no la fuerza bruta

-No, Heidi, no demostrará nada, excepto quien es el más inteligente, si la raza de hedonistas llamada vampiros, o la estirpe que conformo junto a mis hermanos- contradije con una reluciente expresión de burla- Y gracias por enviar mi mensaje a Volterra, lo haría por paquetería o correo, pero creo que no han hecho estampillas para esa parte del mundo- añadí observando el entorno, dándole todo el sarcasmo y burla posibles a aquellas palabras

La nueva integrante de la manada, caminaba a mi espalda con paso ligero, "la nueva integrante" me repeti mentalmente, estaba adelantando acontecimientos, pero la firmeza de su mirada mostraba determinación, pronto el resto de la manada la conoceria y la pondriamos una prueba a modo de mostrar su lealtead y su utilidad, caminaba por la ciudad con la bufanda larga colocada tapandome hasta la nariz, tratando de mitigar el hedor de la ciudad al que aun me costaba acostumbrarme, desde que nos hubieramos juntado el territorio de la manada jamas estaba solo, Myhr deberia estar cerca a estas horas, pero fue el rastro de Lucian el que capte mas reciente, me era casi imposible seguirlo en aquella maldita ciudad, y probablemente le habria perdido de no ser porque lo vi frente a mi, estaba hablando con...

Al instante note como el bello de la nuca se me erizaba, la sangre bombeaba con fuerza, y aunque ahora me resultaba mas facil contener mis ansias, no podia negar la satisfacción que la rabia me producia al extenderse por mi organismo.

-Tenemos visita- Dije en un susurro bajo para Bianca. La habia conocido hace apenas unas horas, y tal vez estubiera a punto de ver hasta que punto era efectiva para la manada. Sonrei ante la posibilidad, tal vez fuera uno de esos engañosos ojos dorados, en cullo caso le daria la oportunidad de marcharse sin mirar atras. Mis pensamientos cabilaban esa posibilidad, ya que al verla de espaldas no podia ver el color de sus ojos, pero a medida que me acerque, pude percibir el olor de la sangre en ella, habia matado a tanta gente que este ya estaba totalmente impregnado en ella, ice una mueca y me detuve cuando estuve a unos escasos cinco metros de la vampiresa

Estaba por ponerme en pie, dar mis despedidas a la Volturi, pero un aroma llego a mi nariz velozmente, colandose entre el resto de las personas ahí presentes, entre el tumulto y la atestada calle de Port Angeles.... Era inconfundible, era ella, pero, ¿qué demonios hacía aquí? Sería menos divertido si llegaba uno de la manada, pero no menos fácil... Quién sabe, quizá era simplemente que todavía desconfiaba de mi y prefería tenerme vigilado... sin embargo, venía acompañada... Heidi iba a tener problemas, muy, muy serios, sin duda alguna.

Me mantuve sentado, echando una mirada por demás burlona a la vampiresa frente a mi. Al parecer, tenía un nuevo método de persuación a mi alcance... No podría haberlo anticipado, pero la fuerza bruta se colocaba de mi lado esta vez, triunfando sobre la inteligencia por esa ocasión. Era incapaz de evitarlo, además que carecía de los deseos para hacerlo. Exhibí aquella sonrisa triunfal en mi rostro y volví a hablar.

-No sé, pero, te haré una última pregunta, Heidi. ¿Te sientes de suerte hoy?- mis palabras no podían evidenciar más el placer que sentía de verme en aquella situación. Tal vez, después de todo, una manada no era lo más terrible del mundo.

Ese dia habia decidido salir de La Push y cambiar de aire, aunque al llegar a Port Angels, no fue tan grato el aire que recibi, ¡dios! que acaso no hay lugar donde este libre de..calle mi pensamiento, mientras caminaba por las calles habia conocido a Lucrecia, me habia comentado sobre unirme a su Manada, una idea alentadora sin lugar a duda, me agradaba de verdad, ella me invito a dar un pequeño paseo y asi ampliarme mas la informacion.

Caminaba tras ella, cuando le escuche, sonrei de lado, una muy grata sorpresa, aunque dudo que para ella lo sea, conteste en el mismo tono que ella, y apresure mi paso para estar un poco mas cerca, si acontesia algo no pensaba quedarme fuera de la jugada.

De repente, me vi rodeada... dos mujes se habían agregado a la conversación y los tres licántropos me miraban maliciosamente... comenzé a desesperarme... podría matar a alguno pero... sin dudas no saldría "viva" de esta...
De repente... un milagro cruzó por delante mio
-Al parecer si- le respondí a lucian mientras un miembro volturi se incorporaba a mi lado

Ya no importaba si eran dos o tres, de todos modos, no alcanzaba a percibir a ninguno más. Quizá la Volturi tenía algún extraño delirio en cual pensaba salir con vida de un enfrentamiento contra los tres.... no, un momento, no éramos tres. Detecté la esencia de otros, con lo cual, incluso si trajese a otro par de Volturi, seguramente acabaría siendo un festín aún mayor. No obstante, sería menos divertido... si terminábamos con todos a la vez, atacando Volterra... Tal vez, solo tal vez, menguar su número no iba a ser tan malo después de todo.... enviaría mi mensaje de la forma más correcta. Al menos una cosa era segura: me divertiría.

Me reí tan burlonamente como me fue posible, sintiendo, permitiendome ver el lado cómico al asunto. Una vez me controlé, asegurándome que aún disponía de algo de tiempo para fanfarronear, me dispuse a charlar y un poco con Heidi.

-Ah, me alegro, señorita Heidi. No obstante, estoy seguro de que hablará sobre la suerte que un humano tiene a ser excretado por un ave o sacarse un premio en la aduana, porque, a mi juicio- me levanté acercándome hasta poner frente a ella, oliendo su desagradable aroma-, hoy tu suerte en cuanto a la supervivencia no es muy buena- sonreí con aquella expresión que bien me podría hacer pasar por el villano de una película- Vamos, dime, ¿no quisieras reconciderar mi oferta en este instante, justo ahora que las puertas del Tártaro se abren ante ti de par en par y sus retorcidos espíritus malignos extienden sus tétricos brazos hacia ti, anhelando tomarte como su prisionera para la eternidad y hacerte pagar por los males que has proferido contra la humanidad? Vamos, vampiro, arrepiéntente en esta hora última e implora por tu salvación, suplica clemencia como tantos humanos lo hicieron ante ti, humanos que asesinaste inmisericordemente y que ahora tienen un medio de ser vengados después de la muerte- concluí con una sonrisa que mezclaba perfectamente la burla y el sadismo, acompañada por el resplandor sangriento en mis pupilas.- Vete de aquí mientras puedas, no lo diré otra vez. Es tu única oportunidad de vivir para pelear conmigo otro día

Sonrei ante las palabras de Lucian, sonaba realmente divertido, entonces si la vampiresa suplicaba por su miserable existencia... ¿podria irse? Bueno seria divertido de ver.

Gire la cabeza de una manera brusca y observe en dirección a la gente que paseaba por la calle, no podia ser o... Sonrei ampliamente, cuando vi llegar a Myhr, que detuvo su moto al lado mia, le dedique un saludo con la cabeza. Aunque al volverme hacia el vi algo aun mas satisfactorio, el ultimo de nuestros "cachorros" habia seguido mi rastro, entonces... ¿Julien habia aceptado finalmente mi oferta? no podia hacerlo en un mejor momento.

"si quieres unirte, lo minimo que deberas hacer es seguir mi rastro, creeme en la urbe no te resultara tan facil como en la naturaleza, ven a verme, si me encuentras y estas interesado, hablaremos de tu ingreso." Recorde las palabras que le habia dedicado antes de irme, parecia contento, tal vez fuera un buen rastreador, pronto veria de lo que era capaz.

La manada pronto estaria al completo, me gire sonriendo de una manera cruel a nuestra invitada de ojos rojos. Sus palabras me produjeron una carcajada, tal vez hubiera captado algo se me habia escapado, pero en cualquier caso daba igual.

Eche una mirada a la tienda de muebles que se encontraba a nuestro lado, las luces permanecian apagadas, parecia un buen lugar para...

Pase mi mirada de uno a otro a cada uno de mis hermanos, senti como los musculos de mi cuerpo se tensaban expectantes.

-Julien, tu presencia aqui nos honra, ante ti tienes a los que seran tus hermanos, pero ya tendremos tiempo para las presentaciones.- Le hable de espaldas sin apartar mi mirada de la hedionda vampiresa.