Bien, esa mañana al despertarme decidí que necesitaba un coche.
No es que antes no lo supiera sino que hoy había recibido mi tarjeta de crédito
enviada por los volturis. Nunca supe de donde sacaban el dinero, simplemente tenían millones y millones de dolares en la torre.
Cuando el cartero me trajo mi correspondencia y le abrí al puerta de mi casa
estaba algo perdido. como Hipnotizado.
Podía haberlo devorado en ese instante pero, estaba tna alegre de recibir la tarjeta (unas
semanas atrás me habían mandado una carta que decía cuando llegaría) que decidí
dejarlo pasar.
Estaba ya en la consecionaria, a punto de elegir el auto. Tenía dinero ilimitado así
qeu decidí que sería un auto espléndido y hermoso. Muy costoso y con clase (como yo)
esperaba que alguien me mostrara que modelos tenían o que me recomendara alguno en especial cuando alguién habló