Primera Actividad Rolera 13/02/09: "Robemos un Microbus?"

Por poco dejé escapar un gruñido. Test estaba siendo víctima de una infame jugarreta del destino, escogida selectamente por el hado de la suerte para darle el momento más traumante en mucho tiempo. Sin duda, me pregunté si existiría algo peor... no lo dudaba, pero, solo rogaba por que no sucediese. Esto era el colmo... no, el colmo era que no fuesemos en mi Locus Pléthore, ese si era lo peor del asunto, pues así ya estaríamos en el centro comercial.

Necesitaba calmar un poco a Test... pero realmente no encontraba un medio, carecía de una idea contundente que poner en práctica justo en ese instante. Quizá hablar serviría.

-Ya, no es tan malo, podrías estar muriendo o algo así, de alegrate estar vivo- dije con cierta impaciencia- Falta poco para llegar. Yo iré a hacer un par de compras para ti mientras aguardas en el sanitario

- Que??? Me vas a dejar aqui?- le pregunte algo molesto- Por Dios, parezco un loco en pañales y tu todavia te vas de compras? No Seprov, no se... al menos... cubranme en lo que salgo, Shadows puede ir de un lado y yo de otro, y veremos como me cubro.

Senti algo en la cabeza, me lanzaron una sonaja:

- No puede ser, solo me falta que me lancen un- Y me cayo otra cosa en la cabeza- Si... un biberon... que sigue ahora?

Resoplé sonoramente, la chica se había fastidiado y Santos estaba listo para dar un espectáculo de esos que no son memorables por su comicidad, así que me cogí del tubo frente a la chica y sujeté a mi amigo por el hombro.

Anda viejo, que eso no va a hacer nada bueno, si intentas romperle la cara todo lo que vas a conseguir es que nos agarre la policía en el próximo semáforo... además el tipo viene manejando de hell.

Miré hacia el asiento del conductor, quien parecía que a propósito iba dando enfrenones y bandazos con el microbus, volví a resoplar y hablé alto para él estúpido neanderthal con licencia para vehículos de pasajeros.

¡Eh Tío! que no traes bultos aquí, somos personas ¿sabías?

Como respuesta del fulano, recibí otro bandazo y una risilla socarrona reflejada en el retrovisor, el tipo me estaba haciendo enfadar; aquella sacudida nos hizo caer de puro trasero sobre el asiento a Santos y a mí, el primero, aún recordándole la genealogía al chofer entre dientes.

De nuevo caí de nalgas en el asiento. Dije una sarta de groserías entre dientes que hasta le zumbaron los oídos al conductor, nos miró con la frente sudorosa en el retrovisor y se rió de nosotros.
-Maldita sea, se volvió a vaciar mi bebida sagrada. NO TRAES A TU SUEGRA. Somos GENTE! GENTE! -grité de nuevo encabritado. Refunfuñe y bebí un buen trago y eructé con fuerza. Agité la cabeza acomodando mi afro junto con la playera que tenia amarrada en la cabeza.
-Hermano, me hubieras dejado mínimo darle un susto a ese gordo. Ve como suda, creo que está más borracho que yo. –Entroné los ojos mirando fijamente al conductor mientras se agitaba el camión con otro bandazo-