Cazando ( soliloquio jeje)

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Primer paso: elegir la presa.

Extinguir una vida humana es una laboriosa tarea si quieres hacerlo realmente bien. Lo primero que tienes que percibir es quien de tu alrededor es una presa viable. En la universidad con toda la gente que hay es bastante sencillo elegir a quien comerte, pero resulta que a veces, los mortales, con sus estúpidos deseos y ambiciones lo ponen especialmente fácil. En este caso mi presa elegida o mejor dicho, la presa que se ha elegido a sí misma es uno de los bedeles de la institución. Es un humano de aproximadamente cuarenta años, con el rostro arrugado, visibles bolsas bajo los ojos y un cuerpo raquítico y encorvado, pero lo que hace que me fije en él, es que no me quita los ojos de encima, me mira de una forma que podría jurar que me desnuda con la mirada. No es que solo me mire a mi, de hecho también se fija en los demás chicos, pero yo creo que soy su favorito y temo que no me equivocaría si dijera que es porque yo tengo la apariencia de un muchacho de dieciséis a pasar de que mi cuerpo cumpliera los dieciocho antes de cambiar.

Ahora que la presa ya estaba seleccionada solo había que dar el siguiente paso...

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Segundo paso: preparando el terreno.

Lo más entretenido de la caza sin duda es que sea la presa quien venga hacia ti. En el presente caso no era muy complicado, ciertamente, pero no le restaba diversión alguna. Cada vez que el bedel me miraba, yo le miraba a él. Empecé fingiendo sorpresa al reparar en sus miradas, sin embargo poco a poco le hice ver que no estaba incómodo con ellas y con el paso del tiempo incluso le hice ver que agradaban, devolviéndole su mirada con una de mis sonrisas mejor entrenadas. El me sonreía bobalicón como era, sin saber que su vida se acabaría antes de tiempo. Sabía sin duda que no comentaba esos episodios con nadie, era del tipo de persona que gustaba de guardar sus secretos, para después darles uso en sus largas noches. Dejé pasar algún tiempo hasta que por fin estaba seguro que todo estaba preparado.

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Tercer paso: la trampa.

El bedel salía tarde, como era típico en él. Como apenas no tenía una vida que mereciera vivirla, se concentraba en su trabajo, aunque fuera así de anodino. Estaba solo cuando salió del campus, no había nadie por los alrededores y el bedel no se percató, como no lo había hecho con anterioridad, de aquél murciélago que le volaba de cerca fingiendo un vuelo caótico, cuando en realidad era de lo más calculado. Se montó en el coche y salió dirección a su casa. Como estaba volando pude tomarle la delantera, destransformándome en una calle algo alejada de la ciudad, por donde él pasaba rumbo a su hogar. Al escuchar el característico sonido de su coche deshice un poco mi impecable look y levante el dedo pulgar haciendo autostop.
Cuando me reconoció se detuvo de inmediato y me invito a subir. Yo fingí estar un poco achispado y le comenté que me había pasado con las copas aquella tarde, que todo había empezado a lo tonto, pero que ahora estaba tan borracho que no sabía ni si quiera volver a la universidad. Un brillo cruzó por sus ojos y en vez de conducir directamente hacia la universidad decidió dar un rodeo, había mordido el anzuelo, ahora empezaba el baile... mortal.

El bedel dio el primer paso, poniendo accidentalmente su mano en mi pierna, yo en vez de protestar solo me reí como un tonto, eso pareció gustarle. Paso lentamente su mano por mi torso, hasta llegar a mi boca. Me mantuve inmóvil hasta que su mano intentó entrar para tocar mi lengua. Le cogí la mano con suavidad, pero también con decisión y pase la punta de mi lengua por sus dedos, luego retiré su mano lo suficiente como para poder hablar.

-Vayamos al mirador -susurré con una voz que rayaba lo angelical.

El no lo pensó y condujo directamente hacia allí. Ya había firmando su sentencia de muerte.

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Cuatro paso: conclusión

Spoiler:

» Cazando Hombres
» Cazando despues de un largo tiempo-Map y quien quiera-
» Mi cuartito jeje