De regreso a casa... (Laurent)

Habiamos caminado toda la noche, pensé en la necesidad de comprar un auto, por otro lado adoraba caminar junto a Laurent, jamás nos cansariamos, sólo que no eramos bien vistos a mitad de la noche caminando a mitad de la carretera.

De hecho no sabia si Laurent contaba con un auto, esas cosas habian pasado para mi a segundo término, estaba más ocupada en el asunto de olvidar y retomar mi vida.

Cuando entramos al pueblo, una serie de aromas inundaron mi cuerpo, el olor a tierra húmeda, incluso el aroma de la neblina al amanecer, percibi cada olor y me llené de un gusto insólito, pude haber corrido y saltado como una niña, pero no estaba dispuesta a llamar de más la atención.

Después de determinado tiempo disfrutando de un Forks tranquilo y lleno de añoranzas, llegamos hasta el paraje que nos llevaba a casa, a nuestra antigua casa... bueno no era antigua, pero después de tanto tiempo, así parecía.

Y ahi estaba, sola, abandonada, llena de olores viejos, pero hermosa, supe que era el momento de una remodelación.

-Es hermosa, le hace falta un nuevo toque- me rei y miré a Laurent de reojo.

La solitaria carretera solo era un panorama de añoranza, un espectáculo que marcaba un paso más en nuestras vidas, la noche era nuestra sabana, la noche siempre la noche. Tomados de la mano caminábamos en la carretera no había necesidad, teníamos nuestros coches en la casa, no había necesidad de todo esto, sin embargo disfrutábamos hacerlo, estar juntos era lo más importante en este momento.

El panorama era el mismo, nada había cambiado desde que nos fuimos hace un año, ahora seguía siendo lo mismo, ese mismo lugar frio con la luz escasa y con la gente metida en sus casas enfrente de la chimenea. Nos detuvimos enfrente de nuestra casa, era igual, un poco de abandono, algo que podía cambiar, pero el aroma a hogar era el mismo, nuestros automóviles estaban ahí cubiertos con unas mantas, la hierba había crecido y seguramente todo estaba cubierto de polvo. No importaba, ahora todo era diferente, ahora era un nuevo rumbo nos había marcado el destino.

Miré a Brody y reí junto con ella para luego besarle el dorso de la mano.
-Como tú lo desees mi princesa, se hará como quieras, pero mi piano y mi música seguirán en el mismo lugar – era algo que nunca cambiaría, era el vampiro viejo con las mismas costumbres, pudiera usar la misma gorra durante años y años, si durara una eternidad- Vamos, entremos… -le tiré de la mano, también estaba emocionado, como un niño y podía ver en sus ojos que padecía de la misma enfermedad que la mía, reí en forma de travesura-

Nos sumergimos entre la hierba crecida, durante el andar arranqué algunas viejas raízes, habia mucho trabajo por hacer, habia olores que borrar, habia recuerdos que desechar.

Percibí el aroma de ciertas cenizas, aun estaba impregnado en el aire el olor del fuego, recordé aquél momento, no pude evitar estremecerme.

Ya en el porche un sentimiento más intenso de nostalgia me invadió.

-Abre tú la puerta- me quedé quieta y en cuanto escuché aquél rechinido, el aroma a viejo, a guardado a olvido salió de aquella casa.

Comenzé a dar algunos pasos.

-Hay polvo por todos lados, supongo que necesitaré a alguien que me ayude a limpiar todo esto- me reí y al mismo tiempo mis ojos se fijaron en un gran bulto negro...era una manta que cubria el gran piano de la sala.

Corrí hasta él y tiré de la manta oscura.

Parado como un tronco viejo me quedé, ´sonreí un poco divertido, pero también me invadió la nostalgia. Pasamos ante la maleza y la humedad, me dio gracia ver como mi princesa arrancaba las raíces.
-¿Ábrete sésamo? –Reí y saqué las llaves y abrí la puerta que rechinó un poco, dentro de nuestro hogar pude percibir nuestra escencia, aun estaba ahí apesar del tiempo- Puedes pedir toda la ayuda que necesites mon amour, lo sabes –me quité la gorra y me rasque un poco la maraña que tenía por nombre cabello…
Caminé con ella hasta el piano…
-¿Tocarás para mi? Di que sí –le levanté la barbilla y le di un beso-