Por fin libres *David*

No era que me desagradara la naturaleza y los lugares tranquilos, me parecían lugares bastante buenos para relajarse y pasar días de tranquilidad, pero prefería siempre la gran ciudad, o en su defecto lugares que sean muy movidos, muy activos, con lugares donde me pueda ir a divertir y estar siempre en movimiento, pero todo eso siempre pasaba a un segundo plano cuando estaba con mi nena preciosa, Marissa.

En este instante nos encontrábamos caminando por el borde del Rio Quillayute, un río que atravesaba el bosque que se encontraba cerca de Forks, nuestro nuevo lugar de residencia. Caminando de la mano por el borde del Rio, cada uno estaba metido en sus pensamientos, pero yo me encontraba feliz de por fin estar con Marissa sin miedo ni temor a que sus padres nos encontráramos, éramos libres, y eso se sentía genial.

- Aquí lo único hermoso sos vos amor, y si el Río te parece hermoso es porque lo iluminas con tu presencia – hable con voz baja, adornando mi rostro con una sonrisa feliz, dándole un leve apretón en su mano, uno cariñoso, para luego rodear sus hombros con mi mano, acercándonos más mientras seguíamos caminando -

Aunque ya teniamos algo de tiempo juntos hice lo que siempre solia hacer: sonrojarme, era algo que no podia evitar hacer cuando me encontraba cerca de mi niño, a su lado... me sentia segura, feliz, y completa. Aunque todo lo que me rodeaba era maravilloso estaba segura que si mi amor no estuviera conmigo nada seria igual... Lo amaba como jamas habia amado a alguien, lo necesitaba como necesitaba respirar, me era una necesidad, dependia completamente de el... Mi dia no estaba completo si no veia una sonrisa en su rostro, mi noche no era la misma de siempre si no sentia como el calor de su cuerpo acompañaba al mio. Lo mas seguro es que quien nos viera que estabamos viviendo juntos pensaran que era una locura ambos eramos muy chicos pero no nos importaba, nos teniamos el uno al otro y con eso era mas que suficiente.

La presencia de mi chico en este lugar le quitaba lo hermoso al sitio, recargue mi cabeza en su hombro mientras seguiamos caminando, alce los ojos para mirarle a la cara.

-Sabes que eres lo unico que ahi en mi vida, vdd??- tenia el corazon en la mano, siempre era asi cuando estabamos solos- Haria lo que fuera porque siempre estuvieramos juntos, lo que fuera- lo ultimo lo dije en un susurro, baje la vista y mire hacia el frente, no mentia, seria capaz de dar la vida por estar a su lado por toda la eternidad

Solo había una cosa que me importaba en esta vida, una sola cosa que me mantenía en vela y una cosa que hacia que me convirtiera en alguien cursi y que siempre ande en las nubes pensando en esa persona, y esa persona era mi nena preciosa. Tenia mucha suerte de havermela encontrado, porque desde que la encontré había tenido algo que le faltaba a mi viaje antes, estar junto con alguien especial, alguien con quien tirarme junto a un río a descansar solo porque le gusta a esa persona verlo o escuchar ese sonido, una persona que me haga hacer cosas que yo no haría, y esa era Marissa, la amaba desde el momento en que havia cruzado miradas con ella, amaba todo en su persona, su carácter, como siempre me mantenía bastante corito en muchos asuntos y me mantenía a raya, la forma en que me miraba, y la forma en la que cuidaba de mi aveces, eran muchas las cosas que amaba de ella y ella lo sabia.

La abrase con mi mano y seguimos caminando mientras mi sonrisa se iba haciendo cada vez mas grande, me encantaba estar con ella, porque cuando lo hacia no me importaba nada mas, estabamos solo los dos y el resto pasaba a estar a un segundo plano.

- Lose, tu sabes que eres lo único que me importa no? Que soy capaz de dar mi vida con tal de que tu estés segura y bien – conteste con el mismo tono bajo de antes, sonriendo de costado mientras lo hacia -

No le conteste nada el sabia de sobra cual seria mi respuesta, simplemente sonrei para mi misma, aun no estaba segura lo que habia hecho para merecerme a alguien tan especial, yo sabia que mi niño seria capaz de cualquier cosa, cualquiera para que estuviera segura, ya me lo habia demostrado en muchas ocasiones, mi mala suerte siempre me acompañaba y solia tener muchos accidentes: caerme, golpearme, romperme algo y siempre en situaciones que muy pocos sufririan alguna lesion.

La tranquilidad del lugar acompañaba a mi paz interior aunque de vez en cuando aun me preocupaban mis padres, no sabian donde nos encontrabamos porque era mas que logico que pensaran que estuviera con mi novio, saque ese pensamiento de mi cabeza no queria estropear el momento

-Te amo- aunque solamente eran dos palabras para mi eran las mas hermosas de todas, con ellas expresaba todo cuanto sentia y anhelaba

Desde que nos habíamos encontrado el uno al otro siempre habíamos sido solo nosotros dos enfrentándonos a todo y todos con el fin de poder estar juntos, siempre supimos que iba a ser difícil pero ninguno nunca se hecho para atrás y eso demostraba cuanto nos amábamos y lo unidos que estabamos. Sabia que ella debería de extrañar a sus padres, al fin y al cabo eran su familia, y la querían ver bien y feliz, solo esperaba que algún dia ellos pudieran aceptar lo nuestro y notaran que lo único que yo queria era hacer feliz a Marissa.

El dia con gran lentitud estaba dando paso lentamente a la noche, de a poco la oscuridad le iba ganando terreno a la luz, haciendo cada vez más difícil para nosotros ver a más distancia. Junto con la noche otra cosa que se estaba acercando era el frío, y todavía teníamos que llegar a Forks para poder establesernos ahí.

- Yo te amo más nena preciosa – le respondí con sinceridad y cariño, sonriendo felizmente mientras seguíamos caminando como si nada por la ladera del Río -

El dia llego a su fin... para dar paso a la magnifica noche, siempre solia pasar veladas maravillosas al lado de mi niño, pero sabia que esta ocasion seria diferente porque no teniamos donde vivir lo mas seguro es que nos fueramos al hotel mientras nos asentabamos bien, pero nada de eso importaba mientras siguiera teniendo la mano de David alrededor de la mia.

Alce la vista al cielo para observar como anochecia en el bosque, estaba acostumbrada a que no se vieran las estrellas por las luces de la gran ciudad

-¿Donde dormiremos?- esa era la pregunta del millon, no estaba muy segura de si nos quedaba dinero o no, siempre me mantenia al margen pero no porque yo quisiera si no porque David no aceptaba que supiera

La noche no tardo mucho en ganarle terreno al dia y a diferencia de la gran ciudad, la noche en el bosque daba un panorama increíble, las estrellas y la luna se mostraban en todo su esplendor, iluminando con su luz cada rincón posible del bosque, aunque no lo suficiente como para verlo todo, pero lo suficiente como para dejar un aura mística y algo romántica que dejaba las cosas bastante lindas.

Poco a poco fue haciendo más frío, aunque por ahora no se sentía tanto pero aun así se sabia que hacía frío. Le sonreí levemente a mi chica cuando hablo, todavía nos quedaba dinero, bastante, pero primero deberíamos de concentrarnos en llegar a Forks, y luego veríamos donde nos quedábamos, o en el Hotel o en el auto.

- Primero concentrémonos en llegar a Forks, luego veremos amor – le sonreí levemente a mi niña para luego darle un suave beso en la mejilla y sonriéndole, comenzar nuestra vuelta al auto -

caminamos de vuelta al carro, iba sumida en mis propios pensamientos, esa era la primera noche que se podia decir que estabamos juntos 100%, aunque ya habiamos pasado muchas noches juntos... ese dia me sentia extraña o mejor dicho esa noche, ya le era completamente de el y el era mio solamente mio

-Y si no encontramos donde quedarnos??- pense en la suma del hotel pero... habia algo que no le habia dicho a David...

El viaje de vuelta al auto fue muy corto, mas porque ambos estabamos algo metidos en nuestros propios pensamientos que por otra cosa. Una vez llegamos al auto le abrí la puerta a ella para que pasara primero, para luego cruzar hacia el otro lado y entrar en el auto, no evite sonreír de costado con su frase, siempre encontraría un lugar donde quedarnos, siempre lo hacía no iba a permitir que mi amor no tuviera una cama donde dormir, haría lo que fuere con tal de que ella tuviera lo mejor y solo lo mejor, la iba a mimar todo lo que pudiera.

- No te preocupes por eso amor, que encontraremos un lugar, siempre lo logramos – me gire hacia ella y antes de arrancar el auto le guiñe el ojo y le di un suave y tierno beso en sus labios -

Senti un nudo en la garganta por estarle ocultando cosas... pero sabia que tarde o temprano se enteraria y esperaba que me perdonada ese dia. Me subi al carro dejando que me abriera la puerta esa ya era una costumbre entre nosotros, me saco de mis pensamientos con esa frase, le regrese el beso en los labios, me gustaba que me besara

-Te amo- le dije cuando arranco el coche sin quitarle los ojos de encima, mi tono era serio solia emplearlo cuando me sentia completamente feliz y comoda con lo que decia

Parecía rara Mari, no sabía porque lo sentía así, pero había algo que me hacia pensar eso, como un ligero presentimiento, pero como nunca solía tener la razón con estas cosas decidí no hacerle caso y seguir con lo mío. Gire mi cabeza cuando mi amor hablo, sonriéndole con una sonrisa que solo le dedicaba a ella, una sonrisa de enamorado, algo embobada, pero muy feliz, levante mi mano hasta su rostro, acariciándolo con suavidad y lentitud, mientras permanecíamos ambos en silencio.

- Sabes que yo también te amo, Mari, y mucho – mantuve mi sonrisa y le hable con sinceridad, como siempre lo era con ella -