And Love Said.... Yes

Pise el acelerador a tope, llegamos en escasos minutos a su departamento, me bajé con rapidez de la moto, aunque no más rápido que ella.

Habia olvidado el sueño que me cargaba, las sombras debajo de mis ojos me delataban, me preocupé por mi aspecto, ella lucia como una princesa, siempre como una perfecta princesa, y yo el mortal con ojeras bajo los ojos.

Siempre habia sido vanidoso, pero ahora temía que ella me dejara y yo, me quedara solo, y.....

Estuve a punto de azotar mi cabeza en la pared, sólo para quitarme eso de la mente.

La solté un instante para que ella abriera la puerta, acomodé mi cabello y mordí ligeramente mis labios.

Antes de que ella dijera algo, estampé mi boca en la de ella cuando se giro para decirme no sé qué cosa, tal vez iba a gritarme, a decirme que me marchara, habia callado esas palabras con mis labios, la senti rigida al inicio, pero la apreté con mi fuerza humana, pegandola a mi cuerpo, completamente deseoso.

Las inseguridades ya estaban superadas, solo esperaba que el lograra entender el termino eternidad a la comprensión porque no era sencillo tomar una decisión así. Ahora me sentía peor, y lo entendía, sus miedos eran evidentes y yo nunca los vi… egoísta. Aun así no podía olvidar de un momento a otro todo el tiempo que me había privado de su compañía.

Nos bajamos de la moto ambos en silencio subimos juntos hasta mi departamento, era extraño volver a hacer esto, como pasar una película antigua que no veías hace muchos años. Abrí la puerta, y me volteé para aclarar ciertos puntos.

Fue ahí cuando sentí sus labios sobre los míos, al principio no quería ceder, no por que no lo amara si no por todo los problemas que habíamos tenido quizás en unas horas más tarde sería diferente, deje que me venciera el amor… era débil… respondí a su beso dulcemente mientras que el me apegaba más a su tibio cuerpo. Acaricie sus brazos suavemente y tome su rostro entre mis manos para separarlo de mí.

-¿ni eso extrañabas?- le pregunté por primera vez después de todo con la voz que antes solía utilizar. Le dí un delicado beso en la comisura de sus labios. Y me refugié en sus brazos.

La Freda dulce estaba aqui, entre mis brazos calientes. Sonreí al mismo tiempo del beso, era obvio que extrañaba la frialdad intensa de su boca sobre la mia, mi piel enrojeció y se estremeció, me gustaba la sensacion de besarla, como besar un bloque de hielo, pero increiblemente satisfactorio.

Recordaba muy a menudo mis instintos humanos, mis ganas de poseerla, pero no podia, por lo menos no en mi simple forma humana, ella me mataria, y no podia correr ese riesgo ahora, que la tenia de nuevo conmigo.

-Te extrañé, no lo dudes, nunca- estaba ella en mis brazos, seguia siendo tan pequeña, tan fragil a mi vista, apoyé mi cara en su cabeza.

-Dime que me perdonarás algún dia- dije casi entre sollozos.

Yo también te extrañe quise decir pero resultaba tan obvio como innecesario, era extraño pensar que a la primera persona que había amado en mi vida, fuese siendo vampira, si tan solo ese día de mi conversión no me hubiese arrancado las cosas serían demasiado diferentes ahora, el no correría peligro estando a mi lado y podríamos llevar una relación normal.

-no lograrías comprender todo lo que me hiciste falta, muchas cosas pasaron en tu ausencia André cosas que nunca debieron pasar…- mi voz se iba perdiendo.

-ya estás perdonado… pero ahora me gustaría saber si tu me amaras de la misma manera cuando te enteres todo lo que viví- me hundía cada vez más en su cuerpo, como si eso pudiera quitar todas las culpas que me embargaban.

-Dime todo lo que tengas que decir, sea lo que sea no me impedirá amarte-

pero que puede ser tan terrible? pensé al tiempo que daba algunos pasos para entrar al departamento.

Agaché mi cabeza para buscar la suya.

-Qué pasó?- un ligero desfase en la voz delató cierto temor.

No importaba lo que hubiera pasado en mi ausencia, era un lapso que intentaba olvidar, un breve espacio de mi vida que intentaria borrar, aquel viaje me habia dejado mellas en el alma, pesadas, muy pesadas...

Lo decía como si fuera sencillo… pero para mi no lo era, aun no podía superar la muerte de aquella pequeña eso era algo que me separaba más de la Freda Humana que un día fui y me convertía en el ser que ahora era… un vampiro.

Su voz a pesar de que intentaba mantenerla serena no lograba esconder el temor por lo que le pudiera decir… tomé una bocanada de airé y lo arrastré hasta el sofá, esto sería como un balde de agua fría para el, o más aun… esperé que se sentara para situarme a su lado.

-Precioso… caí muy bajo… todo andaba mal en mi familia, y por otro lado estaba tu ausencia… aunque no hay nada que justifique lo que hize… fui un mounstro- mi voz sonaba sofocada, dolida. No lo miré en ni un segundo lo que venia ahora era lo más difícil.

-la maté… maté a una pequeña…- escondí el rostro entre mis manos.

me arrastró como era su costumbre, ni siquiera me daba tiempo de asimilarme al lado de ella de nuevo, mis ideas se quedaban atrás cada que ella me jalaba de esa manera.

Me llamó como solía llamarme, no pude evitar sonreír, pero la sonrisa se esfumó en cuanto note el cambio de su rostro, mencionó lo mal que andaba su familia, tenia algunas sospechas antes de marcharme, pero no concebía a esta familia destruida. Me preocupé cuando ella no me miró, yo buscaba sus ojos, pero rechazaba mi mirada, me rendí y miré al suelo, con las manos unidas formando un triángulo con mis dedos.

Y de pronto me dijo lo que la agobiaba, el corazón se me paró por segundos, la respiración no pudo salir, y el sudor frio salia en gotas pequeñas por mi frente, un nudo en el estomago, y luego taquicardia mortal.

La miré como en cámara lenta, mi boca estaba abierta, tratando de escupir un grito o algo parecido.

-pero cómo? por qué?- dije tan lento como pude, no sabia como seguir, cómo continuar con la plática, lo que me estaba diciendo era algo grave,

¿Freda una asesina?, no, no, pero si ella es una princesa, tal vez signifique otra cosa... me aferré a mi idea.

Su corazón acelero, me preocupé por su salud se podía desmayar o dar algún paro o algo. Tuve que descubrir mis ojos, para ver si seguía bien porque su pulso era inestable. Como explicarle a un humano lo que era sentir todo lo que yo sentí en ese momento, el hambre de una persona normal era absolutamente diferente al de un vampiro.

Nosotros vivíamos con esa constante sed, nuestra garganta arde y la boca se nos llena de ponzoña siempre, con tan solo acercarnos lo suficiente a un humano.

Pasé mi brazo por su espalda, para prevenir. Aunque sabia que si caía por un desmayo alcanzaría a tomarlo antes que tocará el piso. Traté de recomponer mi respiración.

-ella tenia la mejor sangre que pudiera tener un humano, me llamaba, no me podía alejar, mi cuerpo no reaccionaba, solo estaba dispuesto a atacar, era como poner un pastel en frente a una persona que no ha comido hace más de una semana… pero con mayor intensidad… yo no bebí de su sangre… no podía tirar por la borda todo lo que me ha enseñado mi familia… pero la maté… un ser como ella no debía vivir, me atormentaría la existencia, más de lo que ya está… se que es difícil… pero por favor créeme que es complicado para mi asumirlo… aun la recuerdo, y mi conciencia no está tranquila desde entonces- mi voz tenia altos y bajos quebradiza y atormentada.

¿Qué tan pertinente era quedarme al lado de una asesina?, mi mente no hallaba la manera de llamarle diferente, poco a poco comenzé a retroceder, el pulso comenzaba a acelerarse, pero por alguna extraña razón no era miedo el que sentía, era otra cosa... que por más que intenté no pude definir.

-No me importa, es decir.... no quiero saber más- mi espalda chocó contra una pared.

Estaba expuesto, pero no importaba, confiaba en ella, y no concebia un ataque de su parte.

-No sé si puedo... creo que cuando yo pasé por eso, podré entenderte. ahora no, no sé lo que sientes, me encantaria pero no puedo, ahora lo que importa es que estas bien, y que estamos juntos, y no me importa a quien hayas desangrado o matado, o lo que sea que hiciste....

Ya habria tiempo de entender todo esto, lo habria...

Se fue alejando de apoco de mi, mi mirada continuaba perdida, intentaba suprimir esos momentos, pero como un tatuaje ya se habían quedados impregnados en mi memoria, no eran como los recuerdos humanos que con el transcurso del tiempo se iban olvidando o opacando y ya con los años solo eran pequeñas imágenes nubladas, ahora todo era claro y aquellas imágenes pasaban una y otra vez por mi cabeza.

Mis ojos buscaban los suyos mientras retrocedía, me pregunté si en verdad lo decía enserio o solo salían de su boca esas palabras para complacerme o para que no le hiciera daño a el también.

Su pulso aumentaba conforme los segundos, me levanté titubeante y caminé en su dirección, a pesar del miedo que sentía mis pasos continuaban llenos de seguridad. Llegué a su lado y entrelace mi mano con la suya.

-se que me entenderás…- comenté mirando sus labios, deje descansar mi cabeza en su pecho, adoraba estar en ese lugar, casi todos mis problemas se iban allí – Te amo – susurré dudando que el pudiera escucharme.

Todo mejoraría…todo debía mejorar…