Recorriendo la zona (Libre)

Llevaba muy poco tiempo en esta nueva ciudad. Me sorprendía ver la cantidad de jovenes perfectos que había y bueno la obvia usual cantidad de personas desarregladas, descuidadas, imperfectas y feas de siempre.

Tras una larga caminata por el lugar, decidí entras a "Pzyco" un bar moderno que parecía al menos mas decente que los demases antros.
Me sente en una de las mesas contra la pared y esperé a que me atendieran. Un jugo de naranja exprimido, natural, sin hielo, ni conservantes, ni colorantes, ni nada... Sobré al camarero con la mirada y luego me acomodé el cabello.

Podía ver una gran cantidad de personas en aquel lugar, fumando..Impuros... en cada pitada no saben que firman un contrato con la vejez y la fealdad...no quisiera ver sus dientes, su pelo y su piel en unos años... Bebiendo... Que poca desvalorización del propio cuerpo..., cada persona me parecía una mas repugnante que la otra....

Amaltea loca, André desaparecido, Brody ni por donde… todo estabas patas arriba, y bueno solo quedaban uno que otro empleado, ya habíamos arreglado todo el destrozo hecho el día de la muerte de Testament, una semana cerrado, una semana encerrada en casa, y ni rastros de los demás empleados… ya estaba pensando seriamente contratar otros empleados o no tendríamos nadie quien atendiera… “Barwoman y Mesera” por un día.

Estaba dejando todo de lado, los estudios, el trabajo y el amor…tenia una montaña de facturas y liquidaciones que arreglar, las cuentas de los tragos estaban inconclusas, no se cuadraba la caja hacia más de un mes, me sentí una pésima gerente, una pésima “empresaria”… mi vida personal era un desastre… la vida sigue… la eternidad continua…

Con Jeans, zapatillas y una camisa negra con bordados y transparencia en la espalda me dispuse a comenzar a atender. Uno de los camareros de turno fue hasta donde mí diciendo que no entendía el pedido aquella mujer la cual señalo con la mirada. Até mi cabello en un improvisado peinado… caminé hasta ella, puse la mejor sonrisa que pude

-Buenas noches señorita, ¿qué le puedo servir está noche?, perdone al joven no entendió su orden- hable con esa típica voz melodiosa tan propia de los de mi especie, acomodé la libreta y el lapiz dispuesta a anotar la orden con forme la dictara.

Estube a punto de contestar de la peor manera, sin embargo lo que ví cuando levanté mi rostro me dejó sin palabras.

Una de las mujeres mas bellas jamas vistas me hablaba de la incompetencia de sus compñaeros. Su piel parecía perfecta, ni un solo grano, punto negro, marca o diferencia de color podía encontrar. Era como si viera a una muñeca de porcelana.
Tocí para poder salir de esa especie de trance que su presencia me causaba. Si.. quisiera un JUGO DE NARANJA NATURAL contesté enfatizando mi pedido, realmente me enfadaría si lo llegaban a alterar de algún modo.

Muchas preguntas venían a mi mente, como era posible que tubiera esa piel asi.... ese pelo tan brillante. Me hubiera puesto verde de envidia de haber sido eso posible, sin embargo mi mirada era amable y elegante... a diferencia de como había visto al otro empleado.

La joven se quedo pegada en mi rostro durante un largo tiempo, enarque una de mis cejas y le sonreí amable para que comenzara a hablar, tosió saliendo del trance en el que se hallaba, mostré sutilmente mi perfecta dentadura y anoté lo que ella pidió.

-por supuesto señorita, Pyzco solo trabaja con frutas naturales, puesto que los colorantes son solo para bares de mala muerte, lo cual no es nuestro caso- dije como dando un comercial de televisión, me reí en mis interiores por eso.-en un momento regreso con su orden- agregue con la misma amable sonrisa.

Camine dando pasos firmes hasta el estereo y puse algo de música mientras se llenaba de a poco el local, preparé serví el trago atrás de la barra, esas naranjas las había exprimido el cocinero hacia unos 10 minutos, el juego estaba fresco y su aroma cítrico era delicioso. Volví a la mesa de la mujer y dejé el trago sobre ella.

-ahí está su jugo NATURAL- recalqué la palabra natural como ella lo hizo anteriormente.-¿le puedo servir algo más?- pregunté volviendo al tono normal, acomodé mi cabello que se acababa de desatar. Mientras esperaba una nueva orden.



(off: no encontré un video mejor de la canción XD)

Moví la cabeza lentamente al compaz de la música.
Me alegro escuchar los comentarios sobre el jugo sin embargo solo enfaticé una sonrisa cuando la camarera lo trajó, parecía ser realmente natural y fresco.

No querida, por ahora con esto es suficiente... diuf. Mi mirada se desbió hacía dos hombres besandose en una mesa no muy lejana a la mia Toda clase de comportamientos son aceptados en este bar? Mi voz sonaba asqueada, lo que ese lugar tenía de decente lo arruinaba con la poca exclusividad que parecía tener.

Mi sonrisa amable no se borraba de mi rostro, parecía estampada, una mascara, enarque una ceja ante su comentario, seguí con la mirada hacia donde ella miro. ¿Qué es esto?, apreté los puños con fuerza, destrozando aquel lápiz que tenia entremedio de los dedos.

-esto es el colmo- dije con la voz llena de ira, podía hasta imaginar llamas saliendo de mis ojos, estaba enfurecida por completo y asqueada a más no poder. –me da un segundo señorita- traté de sonar calma pero era imposible… caminé hasta el guardia principal. Me acerque a su oido y le susurré – si no sacas de inmediato a ese par de homosexuales, pierdes el empleo y todo lo que tienes en tu vida- me aleje y miré su rostro, estaba desconcertado, pero siguió la orden de inmediato.

Fui hasta la mesa de la joven mirando como sacaban a la rastra a aquellos asquerosos hombres.
-la verdad, ese tipo de acto no está permitido en mi local, pero para nuestra desgracia no podemos evitar que entren, son una maldita plaga- ya estaba sonando como loca, reí con malicia al ver por el ventanal como el guardia les pegaba afuera, escuchaba como les decía que no se volvieran a aparecer.

Dí unos tragos a mi jugo mientras veía con atención toda la escena, era casi como estar en la primera fila de mi pelicula preferida.

Sonreí con malicia complacida. Esto se pone bueno...
Aquella joven no solo era elegante y hermosa si no que también parecía compartir en cierto modo mi mentalidad.

Sientesé jovencita... dije con elegancia mientras señalaba con la mano el asiento de enfrente Tengo algunas preguntas sobre esta ciudad que me gustaría que me responda... si su jefe claro esta no la reta, ¿Cómo me dijo que se llama? Sabía muy bien que no me había dicho su nombre, todo para mi era como una gran perfecta actuación cada palabra que decía, cada movimiento era mi propio personaje protagonico.

Cuando el espectáculo concluyo miré a la mujer que estaba atendiendo, ella al igual como yo parecía complacida tras la salida del lugar de aquellos “anormales”. Ella actuaba con delicadeza y una elegancia envidiable para cualquier otro mortal. Le sonreí cautivante.

-No creo que haya problema señorita, yo soy la gerente, pero estos días hemos tenido unos problemas con nuestros empleados, por lo que me ha tocado hacer el papel de una simple camarera- dije mientras tomaba asiento a su lado, estiré mi mano derecha en su dirección.

-Freda Blanc…- dije moviendo delicadamente la mano, apenas tocando la suya – ¿con quien tengo el placer?- pregunté soltando su mano. Miré al camarero de turno y le hice unas señas con las manos para que se acercara, el lo hizo antes de que la mujer me pudiera responder.

-por favor encárgate me tomaré un recesó- le ordené, el asintió y se retiro, volví la mirada hacia la joven, con una sonrisa marcada en el rostro.

Esbocé una delicada sonrisa con mis relucientes dientes blanqueados semanalmente.
Colette Bathory... El suave contacto de su helada mano hizo que los pelos de la nuca se me crisparan... la sangre de esta muchacha sin duda debía ser especial y fría... tal vez eso le daba ese aspecto tan perfecto...
Mis pupilas se dilataron de tan solo imaginar su sangre recorriendo mi piel... sin embargo baje rapido a la tierra, tenía que disimular.

Que increible que una muchacha tan joven se este encargando de un bar tan.... acogedor y moderno Elogié el bar mientras le daba un vistazo rápido Cuantos años tiene? si me permite atreverme a preguntar.. Pusé una voz un poco ironica, era obvio que se trataba de una joven por lo que no sería maleducada al preguntarle su edad.

La mirada de la mujer podía resultar perturbante por unos segundos, sus pensamientos eran una intriga para mi, la cual me invitaba a seguir con aquella platica de protocolo, estaba acostumbrada a entablar conversaciones con ese tono de voz y con la elegancia pertinente que exigía cada platica, las clases de protocolo a las cuales asistí cuando pequeña continuaban muy vividas en mi cabeza, le sonreí complacida, sus dientes eran tan perfectos y cuidados que parecían los de un vampiro.

-no ha sido tan sencillo, pero puedo con ello, el tiempo juega a mi favor Señorita Colette- dije con mi voz llena de gracia, ni comparada a la que tenia siendo humana – tengo 19 años, pero en unos días cumpliré los 20- mi sonrisa resplandeciente permanecía estampada en mi rostro, aun no asumía que me quedaría en esta edad por la eternidad aunque cumpliera mil años mentalmente –y usted señorita Bathory ¿que edad tiene? Si me permite preguntar- dije repitiendo sus palabras.

20 años...
Mis pupilas volvieron a dilatarse y esboce una media sonrisa.
No suelo decir mi edad...digamos que soy un poco mayor que usted Admití.

Aunque la joven tubiera apenas 20 años, la perfección de su rostro no dejaba de generarme dudas, pasié levemente la vista por los bordes de la nariz, no tenía restos de maquillaje en polvo, y tampoco tenía el brillo que una base en crema dejaba.. entonces, ¿No estaba usando ningun tipo de base?
Era imposible que en ninguna parte de su rostro el color variara sin base... tal vez tenía una importada... o tal vez realmente no la necesitaba.

Cuentame sobre ti Freda... Sonreí de manera amable sin perder la elegancia Puedo llamarte así, ¿Verdad?

Su mirada seguía desconcertándome, parecía impresionada, puede que sea por lo de siempre, la maldición de la belleza sobrehumana… pero no creía que ella se fijara en ese tipo de cosas ¿o si?... mis ojos dorados brillaban de una forma inusual, interesados por saber más.

-por supuesto, llámeme Freda- respondí de inmediato, la música cambio, pero continuaba siendo el mismo intérprete –veamos- imité un perfecto suspiro – Estudio arquitectura en la universidad de Seattle, pintó de pequeña, también toco la guitarra, me crié en New York, pero hace un par de años llegue a un pueblo cercano llamado Forks, ahí conocí a mis padres adoptivos, los dueños de esté local por cierto y hace unos meses me mude acá para poder estudiar lo que siempre soñé- sonreí –esa es mi vida superficialmente, ¿o usted se refería a algo más personal?- pregunté con la voz calma y formal

– si es así tendra que contarme un poco de usted… ¿Cual es su historia?¿A qué se dedica? Y claro… como vino a caer a Seattle?- lancé una pregunta tras otra, tenia casi olvidado mi actitud encuestadora, inhalé un poco el aire, sintiendo su efluvio y su aroma, olía dulce… vainilla… embriagador… sin darme cuenta mis parpados habían descendido y mis sentidos disfrutaban, cerré mis fosas nasales y abri los ojos de golpe al darme cuenta que en cualquier segundo cedería, la ponzoña ya se había acumulado en mi boca y sentía un molesto escozor en la garganta, mis ojos se oscurecieron.

Observé con atención a la muchacha. Era una de esas clasicas jovenes perfectas tal vez exceptuando ese detalle de ser una "huerfana", estudiaba arquitectura, tenía habilidades artisticas puestas en practica desde pequeña... y tenía esa presencía tan... única.
Noté como sus ojos adquirían una tonalidad mas oscura... en verdad toda su mirada se había tornado mas sombría.. Tal vez solo había bajado la tensión del bar.

-Mi historia..Bueno, te voy a decir lo mas importante... me mudé a Seattle para abrir mi segundo centro de belleza integral, toda mi vida se la dediqué al estudio de la belleza externa en equilibrio con la salud... Estudié todo tipo de terapias alternativas, ademas de maquillaje y peluquería- Le dí algunos tragos a mi jugo- Soy una persona muy perfeccionista Freda... y solo busco eso, la perfección humana, corporalmente hablando claro- Sonreí- Oh... no pienses que igual soy una persona superficial, tambien me interesa el arte, la musica, el buen gusto y la descencia - Hice un gesto con la mano mostrandole la mesa vacia de los homosexuales.

Salón de belleza… me pareció una excelente noticia, el único salón que había en Seattle era el que estaba ubicado en el centro comercial y lo atendían un montón de homosexuales… perfección… ¿era eso lo que yo andaba buscando también?... pero la perfección que yo buscaba no iba en la apariencia, si no más bien en el interior… que todo siguiera su curso predestinado, que todo anduviera bajo las normas establecidas.

- eso es interesante señorita Colette… seamos realistas, el mundo se esta perdiendo en esta clase de indecencia- señale la misma mesa que señalo ella unos segundos atrás -cada día es peor, las personas dan respuestas erróneas para justificarse por sus malos comportamientos… como si nosotras no supiéramos que no son más que basura para la sociedad- mi voz era fría, como si estuviera leyendo un discurso, sonreí encantadora

-la perfección es un tema muy complejo déjeme decir… en mi caso, busco el refinamiento de la especie humana, cambiando poco a poco a las personas que no cumplan con los requisitos para un sistema uniforme y complejo- extraño en verdad… nunca antes le había dado este punto de vista a alguien, crucé mi pierna delicadamente sobre la otra.

-¿qué opina usted al respecto de la decadencia humana?- pregunté sutilmente.

Terminé mi jugo mientras escuchaba atenta cada palabra que aquella perfecta mujer pronunciaba.

¿qué opina usted al respecto de la decadencia humana? preguntó sutilmente.
Abrí la boca a punto de contestarle cuando alguien llamo a mi celular.

Disculpa Dirigí mi mirada a Freda y luego puse cara de pocos amigos al atender el celular.
Mas vale que sea una emergencia! Dije sin saludar a quien me llamaba, era una de mis empleadas Voy para alla Colgué el telefono.

Miré a Freda, esa maldita piel perfecta... Tendremos que seguir la conversación en otro momento, todo esta listo para la inaguración del salón...te dejo mi tarjeta Le tendí mi tarjeta con nombre, telefono celular y dirección del salón. Luego deje algo de dinero sobre la mesa Un gusto Freda Blanc