Para complementar la creación de tu personaje, deberá especificarse su Personalidad y su Conducta, en esta sección encontrarás cómo hacerlo y las opciones que tienes para darle una mejor interpretación a tu personaje.
PERSONALIDAD: VIRTUDES Y VICIOS
La Virtud y el Vicio de tu personaje determinan el mejor y el peor elemento de su naturaleza, es decir, su balance de conducta; si interpretas correctamente el vicio y la virtud de tu personaje, podrás ganar Fuerza de voluntad.
Virtudes: Caridad,
Fe,
Valentía,
Esperanza,
Justicia,
Prudencia,
Templanza.
Vicios: Envidia,
Gula,
Avaricia,
Lujuria,
Soberbia,
Pereza,
Ira.
CONDUCTA: ALINEAMIENTOS.
Legal bueno, el cruzadoActúa como se espera que actúe. Se enfrenta al mal y lo hace impecablemente. Dice la verdad. Ayuda a los necesitados. Mantiene su palabra. Critica las injusticias. Detesta que los culpables queden impunes. Combina honor y compasión.
Neutral bueno, el bienhechorHace lo mejor que una persona buena puede hacer. Le gusta ayudar a los demás. Colabora con reyes y jueces, aunque no se sienta obligado a ello. La diferencia entre el neutral bueno y el legal bueno es que el primero hace el bien porque lo desea, el segundo lo hace porque es su obligación (aunque hacerlo también lo haga feliz).
Caótico bueno, el rebeldeActúa según los dictados de su conciencia, sin preocuparse por lo que se espera de él. Sigue su propio camino, pero es amable y benévolo. Cree en el bien y en el derecho, pero no confía en leyes ni reglas. Detestan la intimidación y el despotismo. La brújula moral que sigue un caótico bueno puede no estar alineada con la de la sociedad.
Legal neutral, el juezActúa según los dictados de la ley, la tradición y su código moral. Lo más importante es el orden, sea su orden personal o sea que crea en un orden igual para todos, en la forma de un gobierno fuerte y organizado.
Neutral, el indecisoHace lo que le parece la mejor idea. No siente especial atracción por el bien o por el mal, ni por la ley o el caos. Claro que piensa que el bien es mejor que el mal; es mejor tener buenos vecinos y gobernantes que estar rodeados de gente malvada. Pero no defenderá el bien como un ideal intangible. Hay dos clases de neutrales. Algunos de ellos defienden la neutralidad por convicción: piensan que demasiado bien es tan peligroso y perjudicial como demasiado mal, lo mismo con el caos y el orden. Los otros, la mayoría, son neutrales por falta de compromiso hacia un extremo o el otro.
Caótico neutral, el espíritu libreHace lo que se le antoja. Es individualista. Valora su propia libertad, pero no se esfuerza en defender la de los demás. Evita la autoridad, se queja de las restricciones y desafía a la tradición. No perjudica a las instituciones deliberadamente, como parte de una campaña de anarquía. Para hacer eso debería sentirse motivado por el bien (y el deseo de liberar a los demás) o por el mal (y el deseo de hacer sufrir a los que son diferentes de él).
Legal maligno, el dominadorToma metódicamente lo que desea, siempre dentro de los límites de su código moral, pero sin importarle si en el camino daña a alguien. Se preocupa por la tradición, la lealtad y el orden, pero no por la libertad, la dignidad ni la vida. Juega según las reglas, pero sin mostrar piedad ni compasión. No suele infringir la ley o romper una promesa. Podría tener algún tabú personal (por ejemplo, no matar niños). Por ello se siente superior a un villano sin escrúpulos.
Neutral maligno, el malhechorHace lo que sea por salir impune. Sólo se preocupa por sí mismo. No sufre por aquél al que mata, sea por sacar provecho, por deporte o por conveniencia. No aprecia el orden. No respeta la ley, la tradición ni código alguno. Es la maldad en estado puro, sin honor ni redención.
Caótico maligno, el destructorHace lo su codicia, odio o ansia de destrucción le obliguen a hacer. Es violento, cruel, agresivo, impredecible, despiadado y brutal. Colabora con otros sólo por la fuerza. Un líder caótico maligno conserva su cargo mientras logre no ser asesinado.