Gaia, yo y una hermana más ((Mimi))

Finalmente, tras cruzar México abordo de Paty, conseguí internarme en territorio de los gringos. Debía esparcir la palabra como una semilla, aunque me crucificaran. Además, según mis fuentes, las cuales eran los hongos alucinogenos, una que otra linea de mariajuana, etc., mi hermana tendría que vivir en aquella sombría parte del mundo. No sabía la razón, pero quizá fuese mensajera de la palabra como yo mismo lo era. Rogaba a la madre naturaleza que fuese así.

Mi Paty y yo llegamos a una peculiarmente poblada calle de un lugar llamado Port Angeles. El fresquecillo viento me indicó, así como los vapores concentrados al interior de mi amadísima furgoneta, que aquella zona esta en mi camino por un motivo.

Bajé de ella, coloqué un sillón junto a la puerta, y me coloqué mi playera de "Piensa en la Naturaleza, no seas guarro" Dudando que me entendiesen, pero poniendo entusiasmo en la labor.

Un cuadradito!!... dos cuadraditos... tres cuadraditos... cuatro cuadraditos... no sabia como mierda había llegado hasta ports angeles ni porque tenia una botella de Whisky en las manos, pero estaba tan divertida saltando cuadrado por cuadro que me daba lo mismo saber como y porque estaba allí.

El monito con los platillos se hacia presente en mis pensamientos, estaba más presente que nunca desde que decidía no pensar... hasta se me había olvidado porque traía la mano enyesada!... porque será?... que fume?.... que tome?... pastillitas?... polvo blanco en la nariz?... argh!!!... cinco cuadraditos... seis cuadraditos... una furgoneta?... mierda! Ya perdí la cuenta.

-alooo- golpee levemente el vidrio de la camioneta
-te puedes mover de ahí!?- le hable al vehículo como si este fuera el ser pensante -que se me pierden los cuadraditos!- chillé le di un gran sorbo a la botella de whisky en la espera de que viniera un ovni y se llevara milagrosamente la furgoneta.

Me encontraba felizmente disfrutando de la madre naturaleza, a la interpedie, sintiendo el delicado viento en mi rostro mientras una buena dosis me mantençia relajado. Sin embargo, la paz se vio interrumpida por un sonido proveniente de las cercançia. Giré la cabeza para observar el motivo por el cual se escuchaba aquello. Tenía los ojos entre cerrados pero, aún así, divise a Paty siendo molestada por una hermana desconocida.

Con algo de dificultad me puse en pie, caminé ligeramente encorvado y miré el parabrisas antes de posar mis ojos en la jovenzuela.

-Shhh... Paty no tiene ganas de contestar hoy- le dije a la chica apenas abriendo los labios para hablar- Y se está asoleando ahí, así que no creo que vaya por ahí en un rato, carnala

Ovni!... donde estás!!!??... miraba el cielo, debía aparecer en cualquier instante!, no me movería tenia que contar los cuadraditos y la furgoneta no me dejaba.... en la noche había hablado con los marcianos y habían dicho que vendrían cuando los llamara. Sentí una voz tras el parabrisa.... mierda!, la furgoneta no quería hablar, eso seria un problema... pegué mi rostro al vidrio y le hice gestos al tipo que estaba adentro para que se acercara a escuchar lo que le tenia que decir.

-ya que tu eres su intermediario, le podrías decir que se moviera un poquito... se me perdieron los cuadrados y si no sigo contando, vendrán los ovnis y se la llevarán- trate de razonar con el mensajero, no sabia si lograría hacerlo entender lo grabe que era esta situación.
Me aleje un poco del vidrio para darle otro sorbo a mi botella.
-y? Ya le dijiste?- pregunté de nuevo pegada al vidrio.

Observé por un instante a la forastera y luego a Paty. No estaba seguro de si podría moverse en aquel momento, pero seguro que los ovnis no le gustaban, ellos estaban muy fuera de órbita en relación con Gaia y la onda. Le hice una seña de amor y paz con la mano, para después acercarme a susurrarle algo a Paty. No recuerdo bien que fue, quizá andaba muy pasado de onda, pero sé que tenía que ver con irnos a otra parte.

Después de poner atención a la respuesta de mi Paty, y viendo a la forastera, me encogí de hombros y hablé arrastrando las palabras ligeramente.

-Pos parece que mi Paty no se puedo arrancar ahorita. Mejor te invito a entrar en onda un rato y luego le preguntamos otra vez, hermana, ¿qué te parece?

Escuche sus palabras arrastraaaaaaaaadas, hasta pensé que me estaba quedando dormida, me tomo unos cinco minutos asimilar todo lo que había dicho, enarque una ceja, no tenia otra opción, era esperar dentro o esperar fuera. Miré al mensajero, le di otro sorbo a mi botella, miré al cielo antes de acercarme a la puerta de la furgoneta, aun no venían... porque se tardaran tanto?... caminé hacia el sofá que estaba afuera, me senté en uno de sus bordes.

-espero que anden con el mismo animo de anoche los marcianos o de lo contrario nos arrastraran hasta con furgoneta incluida- dije con la voz ida, hasta la escuche doble... aunque no seria mala idea que me llevaran los marcianos!...como será su mundo?... me empine la botella de whisky. Comencé a sacudir mi brazo roto, ya no me dolía casi nada, me puse a ver con detención el yeso, mis ojos se cerraban al ver tanto blanco, muchos puntitos de colores nublaron mi vista, reí con fuerza, eran unos graciosos puntitos.

Me encogí de hombros y me dirigí a la puerta de mi Paty, donde me senté en un sillón que acababa colocar... ¿o había sido mi imaginación y ya estaba ahí? Zocos, ya andaba medio en conexión con Gaia y no podía recordar tan fácilmente las cosas, eso si era pa' estar deprimido. Pero la neta la neta, lo que más miedo me dio, fue lo de que se llevaran los marcianos a mi Paty.... Eso si que era medio manchado de su parte. No había tos, me iba a rifar unos cuerazos con ellos en caso que se quisieran pasar de lanza con mi doña.
Antes de volver a hablar con la chavala que estaba ahí, me fui por mi porro de clarividencia, pa' reanimarme y buscar entre las estrellas del día una forma de encontrar a los mentados marcianos. No obstante, me detuve al ver la cajita llena de mis dosis diarias de "oraculismo", fue ahí cuando me decidí a tomar dos de ellos. Regresé a la puerta de mi Paty y le ofrecí uno a la carnala que ahí estaba.

-Sales mana, échate uno, haber si así podemos anticiparnos a esos cuates de Marte y los agarramos a catorrazos en caso de que se quieran pasar de cooleis. ¿va?- le pregunté casi poniéndole el porro en la mano, encendiendo una cerrillo a continuación.

Miré de reojo al mensajero de la furgoneta, no sabia cuanto tiempo nos quedaba, esperara que fuera pronto, ya me habían entrado las ganas de ir a dar una vueltecita por Marte... cuantos cuadraditos llevaba? ..105?.. volví a pegar mi vista al cielo, me parpadeaba un ojo de tanto mirar el sol. Escuche las extrañas palabras del mediador no entendía ni la mitad de lo que decía pero estaba completamente segura de que me fumaría ese porro que me estaba tendiendo... venga pa’ acá... casi le quite el churro, una sonrisa graciosa se extendió por mi rostro, lo prendí con mi encendedor de bolsillo.

-no ahí que darle lucha loco!, no vienen en mala, solo hacen su labor y vienen a investigar de nosotros, son pasivos, y venden unos tragos que puff!! ni te imaginas- hable moviendo los brazos de manera exagerada, le di una calada a mi porro.... una imagen mental se me vino a la cabeza... marcianos!, así se llamaba el antro al que había ido la noche anterior, ahora lo entendía... era por eso que ellos llegaron ahí... aunque aun no me explicaba la rara cremallera que tenían en sus espaldas.