. . : : Noche de Luna Nueva (Adrian, Kurt, Giselle y Olaf) : : . .

PoV Metztli

Hacía mucho tiempo que no habíamos cumplido una misión fuera de las encomiendas de nuestro espíritu guardián y esta noche era el comienzo de una carrera contra el tiempo; el grupo de Lucian y Bianca estaba en desventaja numérica y debíamos estar listos para cualquier contingencia que llegara a presentarse; mientras hablaba con ellos en el estudio, había seleccionado meticulosamente cuáles de mis hermanos serían los indicados para llevar a cabo esta empresa... quienes serían lo suficientemente silenciosos y cautos como para no ser descubiertos.

Pensé en una fuerza de choque; elementos fuertes y consistentes de mi manada, almas que habían sacado fuerzas de flaqueza en el momento más indicado; era una misión que debía llevarse a cabo con el mayor cuidado y sólo ellos serían capaces de lograrlo, así pues, abordé la crossfox con mis pequeños en el asiento de atrás y llegué hasta la bahía de Port Angeles, lugar en que deberían permanecer durante una temporada mis hermanos... por lo menos hasta que volviera de Eslovaquia completando la misión personal que había asumido.

Antes de salir de casa envié mensajes a cada uno de ellos, citándoles directamente en aquel lugar y sin dar mayor detalle, ni siquiera la manada podía estar enterada de lo que ellos tenían que hacer, por ello no debía exponerme a que el resto escuchara y la forma más segura de hacerlo, era andando sobre dos piernas y usando ropa. Llegué hasta el punto de reunión, empujando la carreola en que llevaba a Adam y Wendy para esperar a Adrian, Kurt, Giselle y Olaf, sabía que no ignorarían mi llamado, aunque fuera tan poco ortodoxo esta ocasión.

El sonido del telefono móvil me despertó de mis ensoñaciones, ya que estaba mirando la tele y comenzando a entender porque la llamaban la caja tonta. Reciví un mensaje de Metz para reunirme con ella en Port Angeles, un lugar extraño para nuestra reunión ya que estaba fuera de lo que podíamos considerar como nuestro territorio. Dejé a mis hijos con la nueva niñera: una chica de unos 16 años, nativa de La Push a la que le encantaban mis hijos, así no tenía porque molestar a mis hermanas cuando yo tuviese otro "mal" día.

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Conduje hasta la bahía como expecificaba el mensaje. Mi converitble era bastante rápido y por allí no había controles así que hice el recorrido en muy poco tiempo. El viento era frío y húmedo en aquel lugar, aunque yo solo llevaba una camiseta de mangas cortas.

Caminé despacio hasta ella y la saludé un poco antes de llegar agitando el brazo en el aire, le dediqué una sonrisa a sus pequeños. Me crucé de brazos cuando estuve al lado, yo no era de esas personas que daban besos o abrazos, ni siquiera a aquellos a los que más quería, pero sin embargo me reconfortaba recibirlos, me hacían pensar que yo si pertenecía a ese mundo.

-¿Cuál es el motivo de qué me citases tan lejos?-Pregunté algo extrañado, ya que aquella ciudad no se encontraba dentro de nuestro "territorio"-...No he oído el llamado del cuervo...-Recoger un alma no era lo más agradable de las cosas que podíamos hacer allí.

**Recibió a su hermano con un abrazo cálido y un beso cariñoso en la mejilla, después de algún tiempo como madre y con la renovada felicidad que crecía en su interior sintió necesidad de expresar la alegría de verlo una vez más; vio con agrado la sonrisa dulce que le dedicara a sus hijos y le escuchó con calma mientras hablaba**

-No eres al único a quién he citado aquí Adrian, en realidad, aún esperamos a Giselle, Olaf y Kurt... en esta ocasión no venimos por ninguna alma pero preciso que me ayuden en una empresa un tanto delicada-

**Comentó a media voz, y mirándole con los ojos resplandecientes... la dicha era algo que ella no podía ocultar con facilidad y ciertamente, los últimos meses se había convertido en una mujer muy feliz, más de lo que lo había sido en varios años... a decir verdad, desde que su madre desapareciese**

-Y no puedo confiar en nadie más que mi mano derecha y mis hermanos para llevarla a cabo... especialmente el tiempo que me encuentre ausente-

**Agregó finalmente, para después suspirar... ella no era de las que salía de su tierra por un motivo cualquiera y sus hermanos lo sabían**

El mensaje de Metztli me había tomado totalmente por sorpresa, no nos habíamos visto desde la reunión en la cueva y todos nosotros habíamos asumido nuestras nuevas funciones sin réplica alguna, cumpliendo a rajatabla con cada tarea por más espeluznante que pudiera resultar, aunque a decir verdad, esa nueva tarea de ser un guía de almas me había reconfortado después de la inminente partida de Amarantha.

Subí a la moto, dejando a Dean a cargo de la panadería hasta el momento del cierre, él había aprendido rápido y confiaba en el buen trabajo que había venido haciendo, llegué rápidamente a Port Angeles, era en verdad cómodo poder disfrutar de la velocidad sin los inconvenientes de raíces, plantas y demás entorpeciendo el camino de patas cortas, como lo eran las mías al entrar en fase y así llegué al punto de encuentro; pude ver la carriola donte Metztli llevaba a sus niños, a ella y tambiéna Adrian, que parecía también un tanto más reestablecido después de aquella temporada salvaje de la que ambos habíamos conocido mieles y hieles 'familia ¿qué hay de nuevo? no es que moleste el cambio pero ¿por qué nos reunimos tan lejos de casa?' pregunté al tiempo que chocaba la mano con Adrian y después besaba a Metztli en la frente.

Reciví el abrazo y el beso. Parecía feliz, muy feliz, se lo merecía después de todo cuanto le había sucedido, ojala mis ojos volviesen a brillar así algún día. Olaf llegó justo después de que terminase de hablar Metz. Nos saludamos y volví a mirarla a ella.

-¿Ausente?¿A dónde te marchas?-Fueron mis primeras preguntas, quizas las que más me importasen, más que la misión que quería encargarnos, o las personas a las que nos la había encargado-Sabes que haré...haremos...-Corregí, después de mirar a Olaf-...por tí-La miré fijamente, intentando descifrar el misterio que se escondía tras su mirada.

El viento de la bahía despienaba nuestros cabello, ondulante y con olor a flores silvestres el de Metz, duro y con sabor a madera el de Olaf....y corto y con olor rojiazul el mío.

Invitado

¿Un mensaje? Que demo..

Eso fue lo primero que pensé cuando ví el nombre de Metzli en mi celular que a estas alturas debería estar lleno de telarañas y polvo, ¿porque usaba esa forma de comunicación para llamarme?, no tenía idea, pero sin embargo mi imaginación se puso a volar, esperaba una misión menos depresiva que enfrentarme a la muerte...me traia demasiados recuerdos.

Port Angels, aún más extraño, pero ya recibiria mis explicaciones. Salí de casa sin preocuparme por las miradas de Jhon y Susan, que se hacían los normales leyendo en la sala...no entendía como ellos podían ser tan insipidos y yo podía ser tan...yo, iba a hacer mis averiguaciones, seguro que era adoptada.

Aún no tenía suficiente dinero para comprar algo que me llevara de un lugar a otro, por lo que tuve que hacer uso del siempre bien ponderado servicio público dícese, taxi que te cobra hasta la gasolina del proximo mes, bah, ya que, hoy no queria ponerme de mal humor y además ya iba algo tarde a la reunión. Me bajé antes para caminar un poco antes de volver a verme con Metzli y los que ahora debía acostumbrarme a llamar hermanos.

Me acerqué con una sonrisa, algo inusual pero tal vez producto de la expectativa, y saludando con la mano.

-Noches, espero no haber llegado tarde-me disculpé.

-Es una larga historia Adrian... de hecho, serán ustedes los primeros en saber lo que está pasando, pero me hacen falta dos más-

**Respondió, obsequiando una enigmática sonrisa a sus hermanos, para después echar un ojo al par de dormilones que se acomodaban perezosamente en la carriola. Pronto, otro aroma conocido se mezcló con los efluvios que ya se impregnaban en el lugar, iba a pie y con la misma expresión de incertidumbre que ahora se asomaba por los ojos de Adrian y Olaf**

-Bienvenida Giselle, me alegra que estés aquí... supongo que Kurt tendrá que ponerse al día luego si es que insiste en llegar tarde esta vez... por ahora creo que puedo comenzar, esta vez como se debe-

**Se acercó a la chica y le dio un abrazo cariñoso, acompañado con un beso suave en la mejilla izquierda y finalmente le apretó los hombros con ligereza una vez se separara de ella**

-El motivo por el que los he llamado es, como comentaba antes a Olaf y Adrian, hay una misión especial en que quiero pedir su apoyo, como siempre son libres de decir sí o no... en nuestra familia no hay imposiciones-

**Aspiró profundamente y fue soltando el aire gradualmente y con pesadez, después miró a cada uno de sus hermanos antes de continuar con la parte complicada de toda la historia; hasta ahora nadie excepto Bianca, Lucian y ella misma sabían todo lo que pasaba tras bambalinas y mientras nadie estaba consciente de las muchas vueltas que había dado el destino en los últimos meses**

-En cuestión de semanas partiré de viaje, aún no tengo la fecha precisa y durante mi ausencia, requiero a los más bravos de mis hermanos para apoyar a una manada que estará un tanto coja durante algún tiempo... ellos no deben saber que ustedes les están cuidando las espaldas; por lo tanto sólo deben intervenir en caso de que sea necesario y procurando que su identidad no quede del todo al descubierto; en caso de que así sea, me encargaré de que no pase nada malo por ello-

**Clavó los ojos en Adrian, al que consideraba su mano derecha y apoyo en más de una situación, apreciando fácilmente la duda que hacía cada vez más grande dentro de él; era un hombre intuitivo, pero parecía no encontrar pies o cabeza a todo este embrollo**

-Como les dije antes, es una historia un poco larga de contar, así que primero que nada, quisiera saber si tenemos tiempo para poder conversar, y en caso de que decidan apoyarme en esta petición, poder ultimar detalles-

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