Aburrido, aburrido, aburrido, odiaba cuando las semanas se hacian largas y monótonas, aunque deberia de estar acostumbrada teniendo en consideración que en los últimos meses no había hecho nada más que estudiar y estar en casa, y al podía notar como mi actitud había cambiado desde ese terrible día, sacudí la cabeza, no me había permitido pensar en ello y no lo iba a hacer ahora. Respiré profundamente y decidí. por fin, salir de casa a dar una vuelta, quizas caminar por la playa me haría sentir mejor, despues de todo era mi lugar favorito, donde siempre me relajaba inmediatamente.
Al llegar a la playa comprobé que tenía razón, la brisa me hizo sentir mucho mejor y , para mi sorpresa, el sol brillaba con intensidad, sonreí mientreas por mi mente pasaba la idea de que al parecer hoy si era el día indicado para salir. Después de unos instantes miré hacia el acantilado y se me ocurrió que depronto un pequeño chapuzón no me haría nada mal, no es que fuera una experta saltando de acantilados pero no imaginaba que pudiera ser muy complicado. Caminé hacia los acantilados y subí con cuidado por uno de los senderos, ya estaba relativamente cerca si mi memoria no me fallaba y me sorprendió un poco escuchar una voz, no se me había ocurrido que depronto alguien más había tenido la misma idea que yo. Continué avanzando y me detuve al final del sendero, donde comprobé que la voz había sido de un chico.
Luego observé a vista del acantilado y suspiré inconcientemente, esperaba que el chico no se fuera a asustar o molestar, quien sabe, deppronto buscaba estar solo.