Buscando escapar de la monotonía...Libre

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Últimamente recorría los alrededores de Port Angeles bastante seguido, me agradaban los paisajes tan tranquilos como ese, salí de mi departamento, una vez mas, sin un punto o lugar fijo, simplemente no quería estar encerrada, vendría siendo lo mismo que estar en un ataúd...a diferencia de que este sería uno de lujo.

No fui en auto, era innecesario, caminé todo el tiempo necesario, al fin y al cabo no iba a cansarme...nada lograría cansarme, ese pensamiento me entristeció un poco, otra vez deseé ser normal, deseé poder estar cansada después de caminar tanto, hambriente y sedienta...pero de agua. Simplemente deseche esos pensamientos a un rincón de mi mente y me enfrenté a lo que era mi realidad: yo era una vampira, punto y final.

En mi caminata me encontré con todo tipo de personas, unas que olían demasiado bien y hacían flaquear mi autocontrol, por suerte se alejaban y seguían su camino, yo respiraba hondo y me convencía de no dar media vuelta y seguirlas, considerando lo fácil que sería seducirlas y acabarlas, pero me contuve, pensando en mi dieta, pensando en mis creencias y recordado una vez mas el respeto que sentía por la vida humana.

Me detuve frente a un bar llamado Blood Ties, el nombre me pareció interesante, tal vez sirvieran copas de sangre, eso sería un gran negocio por estas zonas, pobladas de vampiros, reí ligeramente y ocupé un lugar en la barra, indecisa de si pedir un vaso de agua o cualquier porquería, o limitarme a largarme y seguir caminando...opté por sentarme y esperar algo interesante.

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Yo corría. Simplemente corría. Escapaba de la realidad,de la verdad que no deseaba ver ni oír, no quería hacerlo. Si lo hacía... no sabría como reaccionaría ante semejante noticia. Me sentí sola, abandonada, solitaria, sin vida. Ya no encontraba la razón por la cuál debía ser una persona feliz en ese estúpido mundo del cuál quería desaparecer.

Seguí corriendo, cansada, agitada, todo. Busqué un lugar donde pudiera refugiarme. Antes solía ser el cementerio o la plaza. Al primero no tenía pensado ir nunca jamás. Traía demasiados recuerdos. Al segundo, tampoco. Había hecho demasido lío la última vez que había estado ahí.

Dejé de correr cuando estuve lo suficientemente cansada para no podeer mantenerme en pie y empezé a caminar a paso lento, agotada. Frente a mí se encontraba un bar, o eso creía yo, donde había un poco de música. Sabía que no me permitríann entrar por lo que me escabullí entre dos mayores que entraban.

Cuando estuve dentro había mucha gente sentada, conversando, tomando un líquido borgoña muy espeso. Esa bebida no me atraía en lo más mínimo. Era asquerosa a simple vista y si la probaba estaba segura que la devolvería al instante de tomar un sorbo.

Miré hacia la barra y una mujer joven, de piel extremadamente blanca y ojos broncíneos miraba distraída a la nada. Parecía esperar a alguien. Ella me dio cierto keido pero era la única que me inspiraba cierta confianza en todo ese gentío.

Me acerqué a ella y la miré antes de pronunciar las siguientes palabras con voz de pequea niña:

-Hola ¿Puedo sentarme junto a tí?

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(off rol) No sirven copas de sangre, era una suposición de mi pj, por lo que no puede haber liquido borgoña espeso xD es un bar normal...

Tenía la mirada perdida, el chico que atendía el bar se había quedado mirándome durante cinco minutos sin siquiera parpadear, yo me limité a ignorarle, acostumbrada a ese tipo de reacciones humanas, se acercó a mi y me ofreció alguna de las excelentes bebidas que ofrecía el bar, a mi simplemente me parecían brebajes asquerosos y mal olientes que hacían que cualquier humano perdiera su juicio después de unas cuantas copas...estúpido alcohol.

Negué con la cabeza otras dos veces mas, ya que el seguía ofreciéndome bebidas o algo que me apeteciera...de repente apareció junto a mi una pequeña niña, que no parecía de mas de 10 u 11 años de edad, pidiendo permiso para sentarse a mi lado.

- Bueno...supongo, pero esto es un bar para adultos, y tu eres solo una niña - dije con voz suficientemente dulce, considerando que no estaba de mi mejor humor, y la niña olía demasiado bien para mi gusto, hoy todos me olían bien, simplemente necesitaba cazar - ¿Como es que te han dejado entrar? - dije, para después dejar de respirar por un rato, para ayudarme a despejar la mente - ¿Que haces sola, si casi oscurece, y de paso en un bar?...Por acá hay muchos peligros - "y uno de los principales está a tu lado y conversa amenamente contigo" pensé, extrañada por la presencia de esa niña - ¿Donde están tus padres? - pregunté finalmente, mientras ella se sentaba a mi lado -.

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Apenas tomé asiento en el banquillo frente a esa joven, algo que me costó cierto esfuerzo ya que este era un poco alto para mí, empezó a preguntarme muchas cosas. Tal parecía que nunca había visto a una niña como yo en un bar como ese segón sus preguntas y la sorpresa que cautivó su rostro pálido. Eso me intrigó definitivamente. Algo en ella hacía que mi subconciente quisiera escapar de su compañia, algo que no comprendía. ¿Por qué debía hacerlo si ella parecía una persona tan normal como los demás?

-Pues...-Dije comenzando a contestar sus rápidas preguntas mientras enumeraba las respuestas con mis dedos- me colé entre dos adultos que entraban al bar. Sino no podría haber entrado ¿no? Si, ya me han dicho que hay peligros pero últimamente yo no he encontrado ninguno y me he salvado por poco del más reciente- Al recordarlo un nudo se me hizo en el estómago. Pensar en los escasos milímetros de los que había estado de morir esa noche...- Y.. mis padres.. ellos..- Realemnte me sentía mal al pensar eso. Si ella supiera lo que había ocurrido no me lo habría pregutnado en lo más mínimo- ellos están... muertos- Contesté con dificultad- Han fallecido hace pocas horas cerca de este lugar, en Forks. Por eso esto aquí. Para escapar del dolor y la muerte que ronda las calles. Yo soy su próxima víctima.

Las lágrimas volvían a caer, lo que menos deseaba en esos momentos. Refregué rápidamente mis ojos para eliminar sus rastros pero era imposible de pararlas. Tanto esfuerzo que había hecho para no pensar en lo ocurrido y ahora le explicaba eso a una extraña... perfecto.

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La miré con cierta desaprobación cuando dijo que se había colado entre dos adultos, me parecía tonto que una niñita entrara a un Bar, no tenía nada que buscar allí, luego me sorprendí cuando empezó a decir lo de los peligros y a hablar sobre sus padres, ¿muertos?...

- No deberías haberte colado, no deberías estar acá - dije - ¿y qué le paso a tus padres? ¿de qué peligros hablas?, puedes confiar en mí...se que no te conozco pero tal vez pueda ayudarte, y déjame sacarte de este bar, esto no es lugar para tí - no podía dejar que una niñita se paseara por ese tipo de ambiente, lleno de alcohol, por lo tanto borrachos, cigarros, sexo y peleas, salimos del lugar, ya el sol estaba oculto, dándole paso a las estrellas y a la negrura propia de la noche - ¿Que sucedio? - comenté alejándola del bar, no quise tomar su mano, se daría cuenta de mi temperatura, simplemente dejé que caminara a mi lado hasta llegar a la bahia - ¿y como escapaste?, se que tal vez te parezco metiche, pero mi intención es ayudarte, tal vez pueda hacer algo por ti -

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Sin dejarme responder sus nuevas preguntas ella me ayudó a salir de ese bar. Cosas extrañas había visto, cosas que no conocía hasta ahora. Dentro había una mesa de pool donde dos personas estaban haciendo algo que me disgutó por completo a pesar de no conocer lo que sucedía allí.

Fuera del bar, el aire volvió a azotar mi rostro, esta vez con mayor intensidad y mucho más frío que la vez anterior. A diferencia de antes, el sol ya casi desaparecía por completo y si se prestaba atención de podía observar el titilar de algunas estrellas en el firmamento.

Empezamos a caminar hacía un lugar que poco conocía, alejándonos del bar a toda costa. Eran escasas las veces que había visiado Port Angeles para conocerlo bien y de memoria. Yo me deje guiar por esa chica que me causaba algo de temor pero a la vez un sentimiento de cierto interés hacia su persona. Poco después escuché agua cerca nuestro y el aire se lleno a salitre. Debíamos encontrarnos cerca del mar.

Me giré para obsevarla y explicarle lo sucedido esa noche. Sabía que hacía mal pero ya nada me importaba.

-Mis padres estaba enojados conmigo y yo había desaparecido. Mi mayor deseo era no verlos nunca más a pesar de saber que en realidad sólo era producto de mi enojo, algo que pasaría pronto. Hacía dos días que yo no volvía a casa y hoy6 tenía pensado regresar cuando, mientras iba directo a mi casa encontré a un hombre que se los llevaba vaya alguien a saber dónde.- Comenzé con miedo en mi voz por los sucesos.

-Este se dirigía al bosque junto con ellos y yo lo seguí. Quería saber que estaba sucediendo y que quería él con mis padres. Pero cuándop empezé a adrentarme en el bosque escuché gritos provenientes de mi madre a muchos metros de distancia. Sonaba con cierto dolor en la voz, angustía, agonía.. Por lo que busqué con mayor rapidez a ese hombre extraño quién lastimaba a mi madre pero sin éxito por el momento. Luego de sus gritos también se escuchó a mi padre, y al igual que ella, grito con fuerza, dolído. Esto me perforó la cabeza técnicamente. Odiaba verlos sufrir y escucharlos me producía terror, un odio mayor a todo hacía ese ser repugnante.- Dije temblando de pies a cabeza mientras mis antiguas lágrimas volvían a mí. El recordar no era lo mejor pero debía ser fuerte y enfrentarlo si no desebaba vivir en una fantasía.

-Cuándo por fin los encontré mi madres estab muerta, completamente desangrada y mi padre... él- Dije de forma repulsivo ante la verdad- Él se encontraba en el suelo, flácido y ese hombre resplandecía bajo los rayos del sol, algo que me asustó tremendamente. Este parecía que estaba...- Murmuré sin poder seguir ante la imágen que había venido a mí. El hombre apoyado sobre mi padre mientras le quitaba todo su vida, quitándole la sangre que circulaba por sus venas según mi olfato, a eso olía lo que él bebía... a sangre.

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Buscando escapar de la monotonía...*Libre*

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