Menudo encuentro.[Dana Clover]

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Cada paso parecia un golpe al pecho, a mi pecho, pero más a mi corazón. No, no comprendía por que. Mi hermana, por fin le habia hallado, había encontrado parte de mi familia, la familia que tanto tiempo busque, por fin tendría una provadita del amor entre hermanos, aunque no tuviera a mi padre, ni a mi madre, tendria a mi hermana, y a sus preciosos hijos, esos niños tan lindos. No, no permitira algo les pasase, a ninguno, asi tuviera que dar mi vida... Me sentia algo extraño, por un lado, y de cierto modo, habia realizado uno de mis tantos sueños y sin embargo me sentia algo vacío.

Un sonido me sacó de todos mis pensamietos, alcé la mirada y ví algo hermoso, una playa, una playa como la de las peliculas que alguna vez vi en un cine barato. Me recordo a alguien, pero no lograba enfocar, así que deje de intentar - calma - musité para mi mismo. Respire aquel olor a humedad, una leve brisa rozo mi rostro, goze de aquellos pocos segundos, para que mi realidad volviera de golpé. -Tonto, tonto - me musité. La playa estaba vacía, no había gente, era yo, yo y ... yo. Me sonrei de una manera ridicula, mi gabardina cafe volaba con ayuda del viento, hacía lo que yo no podía hacer, las luces de la orilla, y la oscuridad al fondo en la marea.

Si, mi deición estaba tomada... en realidad no, solo jugaba conmigo mismo, podría decir que era lo que se llegaba a hacer con el aburrimiento y la soledad, por supuesto, con algo de ayuda de la monotonia. Efectivamente mi vida era una noria monotona y polvorienta. Una serie de imagenes pasaron por mi mente. Niños, niños corriendo a tropel, niños jugando, niños riendo, niños cantando, niños buenos, niños traviesos... pero, todas eran de niños. Rei de mi mismo, no podia dejar ir mi pasado, no podia dar borron y cuenta nueva, saque un cigarrillo y lo meti en mi boca mientras lo encendia y cubria la llama para que el viento no la apagase.

Me encamine a una barda de piedra, en la cual me sente como si montase un caballo, solo podia escuchar el aullar del viento, el choque de las olas contra la tierra, ver el humo que salia de mi boca, el movimiento torpe de las olas, sentir cierto frio, sin llegar a tenerlo, todo era tan, tan pero tan... extraño.

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Mi vida era una fiesta, música de piano, letras en mi vida, eso era lo que mas me llenaba. Sentada en la orilla del mar, como era mi costumbre todas las tardes perderme en la bahía, tal vez me compraría un jate para dar un paseo en estas aguas, a Spike encantaría. Mi amado perro corría por la playa, traía a Mr. Puglee de un lado a otro y agitaba su cabeza. Disfrutaba de la brisa del mar, de un cigarrillo hidropónico y de la felicidad de mi mascota. Las olas de mar hacían un arrullo tranquilizador. De pie caminé con Spike a mi lado él sin dejar a Mr. Puglee.

Seguí mi paso en la orilla del mar dejando toda esa pesadez que de repente me abarcaba, a veces pensaba que los mutantes siempre serán mutantes y nunca iban a cambiar, para que tanto alboroto. Spike pegó la carrera y levanté el rostro para mirarlo y silbarle con un silbato especial pero no me hizo caso se acercó a un sujeto y le puso a Mr Puglee en las piernas. Jadeaba ansioso y le movía la cola. Corrí tras el, solo eso me faltaba que Spike molestara a un mutante.

-Pardon –le dije al mutante, con mi marcado acento francés- Parece que mi perro se ha cansado de jugar con su ama –miré al perro con recelo y el me ladró, hasta parecía burlarse-

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Inhale humo, el cigarrillo se consumió... y aquel sonido de que algo comenzaba a arder llego a mis sensibles oídos. Sople, y humo salió de mi boca, como si de un dragón al cual se le había acabado el fuego se tratara. Me reí de mi mismo, de mis pensamientos, era algo idiota, si, pero realmente el vivir en medio de dolor ya me estaba cansando, me cansaba de eso. Observe como el humo se iba con el aire, y las olas continuaban su lento ir y venir. El mundo continuaba aunque yo quisiera detenerme… hasta ahora lo comprendía.

De repente alguien puso algo en mis piernas, me saco del pequeño trance en que estaba, hice de lado el cigarrillo, observe curioso el objeto tomándolo con mi mano derecha , un peluche, un peluche bañado en baba con una cara demasiado graciosa que no pude evitar se me escapara una carcajada. El sonido de un silbido agudo hizo alzase la mirada para ver a alguien acercarse, desvíe la mirada unos momentos hacia abajo y pude observar a un can, un… labrador, si creo que si. Deje el muñeco sobre mis piernas y lleve mi mano a la sien del cachorro. -¿Debería correr?- Pregunte al can como si me pudiera responder. Este solo jadeaba y movía la cola de una manera graciosa.

En un abrir y cerrar de ojos, tenía a una mujer frente a mi pidiendo disculpas. Le sonreí cálidamente. Su forma de hablar llamo mi atención, su acento era extraño, pero que demonios sabría yo. Un silencio pequeño se formo mientras yo pensaba y discutía idiotamente conmigo.

-No te preocupes – Lleve el cigarrillo a mi boca e inhale por ultima vez. Apague la colilla a un lado mío. –Tienes un lindo perro – Dije en un tono divertido después de sus palabras y el ladrido. – ¿Cómo se llama? – Pregunte tranquilamente mirando los ojos de la chica.

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Sonreí de la misma manera al mutante, Spike me había metido en un aprieto.

-Se llama Spike –en el momento que dije su nombre el perro ladró y movió la cola, al parecer a Spike le agradaba el mutante algo que me pareció muy extraño, con los únicos que jugaba eran con los gatos de mi abuela y con el perro del vecino… el pobre no tenia muchos amigos y yo tampoco- Parece que quiere jugar con usted, aviente a Mr. Puglee –le dije al mutante un poco apenada para que Spike lo vaya a buscar- Soy Dana Clover –me presenté ante el mutante, era lo mínimo que podía hacer ante el vergonzoso momento en el que me había metido mi mascota, le di la mano, traía unos guantes de algodón color fucsia debajo de mi sudadera-

El elfo Ghon se fue a la guerra, una guerra entre seres sobrenaturales, ya no eran zombies, ahora eran vampiros, lobos y dinosaurios…¿dinosaurios?... ya me estaba haciendo efecto la hierba… La princesa lo esperaría sentada en la terraza junto con el señor conejo para tomar el te… si definitivamente la hierba estaba haciendo estragos en mi.

-Mr Puglee es amigo de Spike, le gusta el color rosa y le gusta esconderse… he pensado que Mr. Puglee es gay -le dije como en secreto para que no lo escuche Spike que venía corriendo con el mono en el hocico- Le teme a los vampiros, a la señorita Paris y a las botellas de vodka… -me reí por las estupideces que estaba diciendo, pero en parte era real, eran los juguetes de mi mascota y era lo que había ideado cuando estaba con el, cuando no tenia nada más que hacer que compartir con mi único amigo-

El perro volvió a dejar el juguete en las piernas del mutante y le ladró, jadeante y moviéndole la cola. Le acaricie la cabeza y el me miró emocionado.

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Sonreí divertido de cómo el perro había ladrado al momento de escuchar su nombre, igual que si pasasen lista y el respondía alegremente. Las palabras de la mujer eran instrucciones de cómo jugar con su mascota, no podía dejar de sonreír, el perro era divertido, alguna vez había escuchado algo sobre que las mascotas se asimilaban con sus dueños, pues esta era una excepción, con el muñeco en mano para aventarlo con algo de cuidado y no pasarme de fuerza y mandarlo a la marea y esta lo tragase (D:) el perro fue tras de él, y me gire a ver a la chica bajándome de las piedras que lastimaban mi trasero.

-Un gusto, soy Zach – Respondí su apretón de manos, eran suaves, llevaba guantes de un color raro. Su voz se escucho en un tono bajo, susurraba, escondíamos ahora un secreto de… ¿Un perro? – Mr. Puglee es gay (:O), vaya no lo esperaba – Sonreí y emití una pequeña carcajada. Ella me conto más sobre Spike, que bueno que era licano, sin duda era algo demasiado bueno. Pero no podía desvanecer mi sonrisa divertida, la idea de que estaba ebria paso por mi mente.

El perro regreso, y dejo de nuevo el muñeco en mis pies. Miré como la, ahora, señorita Dana le acariciaba entonces corrí un poco lejos de Spike. – Venga Spike, a que no me alcanzas – Dije divertido en un casi grito, el perro se lanzo corriendo contra mi, y corrí escapando de él, hasta que me alcanzo y ambos terminamos en el suelo, y no pude evitar las carcajadas escaparan de mi boca.

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Spike corría como un loco junto con Mr. Puglee sonreí al ver a mi perro también alegre. El mutante se bajó de las rocas y me hice a un lado para que el pasara. Dijo el mutante su nombre y luego puso un rostro chistoso al escuchar el secreto de Mr Puglee, reí divertida. Miré un poco con sorpresa al sujeto que se llevó a Mr Puglee… temí por mi perro, pero luego Spike lo alcanzó y se tiró sobre el sujeto, pero parecía que fue más actuado que nada, al mutante le agrada Spike no había duda y a Spike le agradaba el mutante… pude alcanzarlos enseguida, tenía una excelente condición física, con el entrenamiento diario que hacía…

-Que susto me han pegado…-mutante pensé que te robarías a mi perro, Spike me fue a saludar y agitaba la cola y jadeaba, dejó caer a Mr. Puglee el perro tenía sed-

De mi mochila saqué un botellón de agua especial y el perro empezó a beber agua de el como si fuera un biberón.
-Si es un perro con sus cosas locas –le dije al mutante, era como mi hijo y muy entrenado- Espero que no lo haya lastimado cuando se le abalanzó –reí un poco parecía que se habían divertido-

Spike dejó la botella y regresó con Mr. Puglee y se lo puso al mutante encima…
-Ahora no se le despegará –miré al mutante con una amplia sonrisa, Spike ladró-

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Me arrastre prácticamente por la arena junto con Spike, nunca había tenido un perro y en estos mismos instantes ya estaba deseando haber tenido uno. En el interior de mi ropa se había filtrado arena, pero de cierto modo era divertido. Aunque yo era mi propia mascota, era un jaguar, un gato, sin amo, sin dueño ni nada. Dana nos alcanzo, aunque fue gracioso, realmente divertido debía de admitir.

-Jajajaja, ¿por que un susto? – Pregunte divertido, pero bueno, odia hacer muchas suposiciones. Su perro jadeaba, quizá de cansancio. Me senté en la arena mientras que Spike iba con su ama. Observé curioso a la chica, parecía un bebe tomando leche. Entre cerré los ojos. – Spike! (D:) – Dije como si él fin del mundo fuera ya. – Perrito amigo, como es que aun bebes biberón – No pude ahogar la carcajada por lo que había dicho. Su ama menciono que era un perro con sus cosas locas. Mi ahora amigo Spike volvió con Mr. Puglee a mí. Sonreí y jugué unos momentos con su carita. El ladrido de Spike me sorprendió, me puse de pie y sacudí un poco mis pantalones.

-No se preocupe Dana…-musite tranquilamente, me acerque a ella quedando a su lado.- ¿No gusta usted de jugar con nosotros? .-.Pregunte tranquilamente mientras hacia dejase la mochila en el suelo mirándole a los ojos.

Entonces la tome de la cintura, y la jale conmigo hacia la orilla del mar, Una ola grande le empapo hasta la cintura, esperaba no se molestase, no quería dejar de ver a Spike (XD)

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Fuerza 3 +

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Resistencia 2+

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-Pensé que se llevaría a Spike –fui honesta, la verdad el mutante se veía que era amable, el perro ladró y jadeó mirándome- y es mi mejor amigo, mi compañero y temí a que me lo robara.

Reí un poco más tranquila cuando dejó de beber su agua mi perro. Guarde todo en la mochila y mi mascota inquieta corría de un lado a otro muy entretenido. Sonreí ante la propuesta ¿Por qué no?

-Claro… -dije mientras me quitaba la mochila de los hombros y miré al mutante a los ojos, pude notar que era muy atractivo, hace mucho
tiempo que no tenía a un mutante tan cerca-

Con sorpresa me tomó con fuerza, no me pude zafar, parecía de piedra, ya estábamos en el mar y una ola nos cubría. Fue como un parpadeo, se escucharon mis gritos y también se escucharon risas del mutante, los ladridos de Spike que se había metido al mar.

-¡Eres una bestiaaaaa! – le grité empapada, pensé que me quería matar o algo así, le di una bofetada (esto si me dolió xD)… -¡Maldito mutante del demonio! –me agarré la mano al sentir que tronaron todos mis huesos y mi muñeca. Creí que me la había fracturado. Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos del dolor. Spike nadaba con nosotros a mi lado y ladraba-.

Salí del mar echa una furia, sujetando mi mano, el aire estaba frio. El silbato lo había perdido, tenía el cabello pegado a la cara, le ordené a Spike que se quedara quieto y está vez me obedeció sabía que estaba enojada, agarré mi mochila, guarde a Mr puglee y empecé a caminar con mi perro para irme, me moría de frio y de dolor. Con mi mano buena empecé a registrar en mi mochila por unos cigarrillos y un encendedor, a duras penas pude encender un cigarrillo. Spike venia a lado mío y volvió su cara para ver al mutante y le llamé la atención. Sabía que no debía confiar en los mutantes, Spike ladró.

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Había escuchado sus palabras, la sinceridad con la que las había dicho era impresionante, alguien común y corriente quizá se lo hubiera callado, y esta chica lo había dicho como si nada. El cariño que sentía por su perro, era el que cualquiera tendría por un muy buen amigo, uno fiel, o por un hijo… ¿Tendría familia?...Esposo, hijos, mamá, papá inclusive suegros y cuñados… No, no me importaba, ¿Por qué me preguntaba todo esto? Cállate… cállate… repetía mi mente.
Ella había aceptado la invitación a jugar, cuando le tome por la cintura, ella intento zafarse y no lo logro, ambos habíamos quedado algo empapados, aunque mi abrigo había quedado levemente seco, y aunque se hubiese empapado, mi temperatura se hubiera encargado de secarlo casi inmediatamente. Pocos segundos después de mis risas, sentí su mano sobre su mejilla, y un crujir se escuchó. ¿Eso había lo que llamaban una bofetada? No me había dolido, aunque eso me hacia recordar mi naturaleza. Aun seguíamos ambos en el agua, sus gritos me habían dicho que se había molestado, aunque… ¿mutante? Mi cara se consterno unos momentos. Respire… cerré los ojos, me calme, ¿Qué sucedía? Ella había dado en un punto que para mi era algo muy sensible de cierto modo.

Volví a abrir los ojos cuando escuché un grito. Se estaba yendo, negué con la cabeza – No la sigas – Dijo mi mente. No sabia que hacer, era algo complicado, confuso, y en ese poco tiempo transcurrido, ya había decidido irme. Comencé a salir del agua, no tenia sentido. El ladrido de mi amigo Spike se volvió a escuchar, le sonreí y eso me hizo cambiar de opinión. Corrí hasta donde estaba Dana y Spike, quedando frente a ellos, impidiendo el paso.

- Espera! por favor, te pido una disculpa – Musite tranquilamente, pero con un tono de arrepentimiento – Por favor, lamento lo que eh hecho – Vi como era que su cuerpo temblaba de frio, entonces me quite mi gabardina que debía estar más seco que ella y quizá resguardase un poco de calor. - Por favor, cúbrete… te estas muriendo de frio.
Le mire a los ojos esperando no tuviera que seguirle, y su mano parecía mal herida. – Bien Zach, bien. – Dijo mi mente sintiendo culpa por todos los problemas, siempre olvidaba que no todos tenían una naturaleza como la mía.

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Seguia caminando mi cigarrillo la mitad estaba humedecido, no me di cuenta cuando el estaba ya enfrente de mi, tenía los labios congelados y casi no los sentía, entrecerré los ojos mirándolo de mala manera. Spike tenia formas extrañas de contactar con la gente y había hecho un vinculo con le mutante.

-No, olvídalo… -la verdad fue una tontería, mi estúpida paranoia de siempre huir de los mutantes y siempre pensar mal de ellos, tal vez esto esto era diferente y este mutante no quería hacerme nada, pero aun así no podía dejar de llorar, no se porque no podía dejar de llorar…-Eres una tonto… -le dije cuando puso su gabardina sobre mis hombros- ¿Quién eres?.... ¿Que eres?...

¿Porque me fracturé una mano por golpear a un mutante? Eso era prácticamente imposible. No podía conducir con una mano y usaba la camioneta de mi abuela. Seguí buscando en mi mochila las llaves… y en mi paso no podía más, las lágrimas caían como gotas sin sentido, sentía coraje porque no se detenían. Spike miraba al mutante, le movía la cola, y le ladraba.

-¿Sabes manejar? –le dije al mutante pensando que era mi única salvación para salir de aquel lugar, necesitaba antibióticos y un buen vendaje, tenía en las manos las llaves esperando la respuesta-

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Momento de jugar a los dados. (awe.) Veamos que tan diestro sere en el arte del automovilismo sin haberlo practicado alguna vez XD.

Destreza 8+

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-¿Un tonto? – Reí como si fuera un reflejo a sus palabras, quizá no fuese lo mejor después de que te miraran feo, pero nunca me habían dicho tales palabras, bueno, si me habían dicho peores… Demonios, tenía que deshacerme de esos recuerdos… sus palabras me libraron de que mi mente reviviera cada momento, sonreí divertido – Creo ya lo dije… Zach Rither, Dana. Y solo soy un chico… al cual has bofeteado por una… ¿Broma? – Enarque una ceja mirándole, debía de desviar el tema, no podía decirle nada sobre mi verdadero ser. Aunque viendo detenidamente su cara, hasta ahora me percataba que estaba llorando, entre la humedad de su rostro y el escurrir de sus cabellos, había sido difícil distinguir…

Desvíe mi mirada hacía Spike que ladraba, ese perro era mi amigo, un verdadero y fiel amigo. Volví la mirada a Dana, estaba buscando algo en su bolso… Pero… su mano, no debía de hacer eso, por lo menos debía de tener la mano rota después de un golpe a la cara de un licántropo. Me pusé en cuclillas para acariciar la cara de Spike cuando Dana me volvió a dirigir la palabra, realmente dudaba que volviese a hablar. ¿Manejar?...
-Claro – Había dicho que sí, en mi vida había tomado vehículo alguno, solo había visto a los choferes y uno que otro cliente que me llevaba a su casa. Maldita sea, estaba recordando. Movi la cabeza negando, pero en realidad librando el pensamiento. Tomé las llaves de su mano. - ¿Dónde esta tú vehículo? - Por lo menos podría intentar llevarla a casa, claro esperando no matarla en el camino, como recompensa (XD).
Señalo una camioneta que estaba estacionada a la orilla… Hm, solo esperaba no echarla a perder. Aunque no era nueva, estaba en excelentes condiciones, caminamos hacia ella, Spike corría y luego nos rodeaba queriendo jugar, ese perrito era mi fascinación. Al momento de llegar a la camioneta me trabe al momento de abrir las puertas, demonios cálmate Zach, di un respiro, introduje la llave moví una palanca y la gire escuchando el ruido del motor mientras mi pie pisaba uno de los dos pedales que ahí estaban, agradecía que siempre me fijaba en esas cosas. Prendió excelentemente, calma, calma… pise levemente el acelerador y la camioneta se jaloneo como si fuéramos una licuadora o algo así (XD). No pude evitar echarme a reír y Spike se puso a ladrar, pero la cara de Dana no era buena. – Lo siento, Jm – Dije tranquilamente y volviendo a encender la camioneta.

Si, lo conseguí, ya estábamos en carretera, manejaba lento, tenía miedo de que algo nos pasara. Muchos autos detrás de la camioneta pitaban como si fuera el fin del mundo… yo solo los ignoraba. Una gota de sudor recorrió mi mejilla, ya me había estresado y había demasiado silencio, odiaba el silencio. Estire la mano hacía la radio y la prendí, pasaban una canción pop, tenía buen ritmo, así que empecé a dar pequeños golpes al volante cuando la camioneta volvió a moverse como licuadora… -Demonios, deja de distraerte – pensé. No apague la radio y seguía las instrucciones de Dana… Dijo que ya llegábamos, y ahora había un inconveniente… ¿Cómo demonios se apagaban estas cosas?... Entramos a una calle algo estrecha pero repleta de casa, me dijo en cual vivía, y ahora venia la prueba del millón…

Dos segundos después, se escucho el romper de algo y la camioneta se tironeo de la peor forma, cuando alcé la vista vi que algo de humo salía del cofre… ¿Seria normal?... Y al parecer había roto un faro… -Ehmm, ¿Lo siento? – fue lo único que dije.