Superar el miedo (Mel)

Tema: Superar el miedo (Mel) Vie Jul 10, 2009 12:51 am

No sé, simplemente me había despertado con las ganas de ir al zoológico, era raro en mi, sabía que a pesar de mi obsesión con algunos insectos había algunas otras cosas de la naturaleza que detestaba, me causaban cierto pánico... como por ejemplo los leones, podía sentir sus dientes clavandose en mi pobre cráneo o arañando con sus grandes uñas mi estómago. Luego estaba los elefantes, podían volverse locos, salir de sus jaulas y pisar mis pobres pies o el de alguien más... nunca se sabía.

Me atreví a entrar a la parte en donde había una muestra en vivo de muchos insectos de la zona... había de todo, y era algo confuso, no me gustaba verlos encerrados... pobres animalitos. De repente, ahí estaban... feas y peludas, sus 45394905 ojos me miraban y me acosaban, como si estuviesen tratando de leer mis movimientos (.90).

Algún día tendría que superar ése miedo, y quizás ése era el momento adecuado... me acerqué lentamente hasta la vidriera, donde detrás había unas cuatro enormes arañas esperando por mi. Estaba parado sólo a unos pocos metros... bien, iba bien. Me incliné un poco para verlas más de cerca, una de ellas estaba más a la vista que las otras, y podía verla a la perfección... respiré profundo y......... un maldito niño pasó por detrás mío, empujándome, acercándome unos centimetros más, provocando que mi corazón se pare.

-fijate por dónde andas niño del demonio -le grité, los niños y yo nunca habíamos tenido una relación buena... mal.. su madre me miró con cara de mosca de comida podrida. Desvié rápidamente la mirada y volví a posar mis ojos en los feos bichos que tenía en frente.

-asquerosos... -murmuré.

Invitado

Estaba claro que quedándome sola en casa no iba a lograr estudiar a las personas y sus extraños comportamientos, haciéndose pasar por normales siendo que cada espécimen es más loco que el anterior. Black tenia su plato lleno de pellet, si, era un comilón, hasta sentía que las orejas le engordaban o simplemente era un trauma mío, no lo sabia pero estaba segurísima de que si lo seguía alimentando de esa manera terminaría con un paro cardiaco, hasta podía escuchar su latir más agitado.

El punto principal del día era que necesitaba aire fresco, si bien podía quedarme y hacer esculturas prefería salir y aprovechar de comprar esos libros con las teorías marxistas, el sol estaba que quemaba hasta las células más muertas de la piel. Me bañe y vestí como es de costumbre, tras una capa de bloqueador solar y unas enormes gafas pude dejar mi departamento o celda como la llamaba esos días que tenia que leer los enormes libros que me dejaban en la universidad.

Aborde en “enchulado” auto que me regalo mi hermano, y manejé sin destino alguno. Al doblar la esquina entre bancos, y plazas llena de personillas interesantes, estacioné el coche en el Zoológico de Seattle. Antes de meterme en seco a lo que llamaban mirar animalejos, pase a comprar una gaseosa, tenía que tener liquido preparado por si me daban esos dolores de cabeza, los medicamentos saben horrible si no son acompañados de algún liquido dulce.

Llevaba mi cabello suelto, y ropa “normal”, jeans desgastados, una remera negra con un logo en la espalda que decía “100% natural”, mis zapatillas converse regalonas obviamente y mi bolso. Me dirigí al insectario viendo cada movimiento y analizando lo que pensaban esas personas sonrientes y los gritos ahogados de los mocosos por comprarse un globo en mal estado. Me quede mirando unas mariposas, no entendía la pasión de las niñas por esos bicharracos, si los mirabas de cerca eran horrible, sólo sus alas coloridas podían resultar “interesantes”.

Un grito me hizo salir de mi asco, bebí un sorbo por la pajilla de mi vaso y miré la escena, un joven de 20 años o algo así se alteró, reí por lo bajo y me acerqué hasta el, las arañas eran aun más feas que las “marisopas”.

-asquerosas… diría yo- lo miré dándole un sonoro sorbo a mi gaseosa – Te encuentras bien, o ¿el empujón del pequeño te disloco una costilla?- pregunté alzando una ceja divertida. Nota mental para mi cuaderno: los jóvenes adultos suelen mostrarse agresivos ante el acaso accidental de los niños.

Tema: Re: Superar el miedo (Mel) Vie Jul 10, 2009 2:07 am

Aún sentía la mirada de la madre del niño-con-futuro-de-asesino, el maldito se reía mientras que la señora acariciaba su cabeza, como si él hubiese salido dañado o algo asi. SEÑORA! ¿NO SE DA CUENTA DE LO QUE PUDO HABER CAUSADO SU HIJO?... un paro cardiaco, éso, ni más ni menos. Él sólo hecho de pensar en tocar aquél vidrio me causaba incluso hasta ganas de llorar... pero no, todo estaba bien, controlado... fuera de peligro, aunque no tanto, porque las cosas esas seguían ahí y yo seguía en una misma habitación que ellas, el peligro seguía en pie, así que tendría que mantenerme alerta... todo podía pasar.

Pegué un salto cuando escuché una voz que me estaba hablando... No, no era de la araña que tenía en frente. Giré mi rostro y vi a una chica... parecía tener casi mi edad. Era una pequeña y linda abejita, incluso ésta venia con ruido incluido, el ruido que hacia con la gaseosa al tomarla era parecido al de una abeja. Qué lindo, nunca antes habían incluido los sonidos.

Inconscientemente llevé una mano a mi costilla y luego entré en razón de que... era poco posible tener una costilla rota cuando ni siquiera me había caído, tampoco era de porcelana que podía llegar a romperme por el empujón de una pequeña criatura del mal.

-¿una costilla? -pregunté confundido-. No, no... estoy bien... Gracias -respondí con una sonrisa. Luego volví a lo que ella había dicho primero-. Yo digo asquerosOs porque son bichos, no bichAs, al menos para mi... tú eres un bicho -murmuré y luego tosí para no hace tan evidente aquello. La volví a mirar con una sonrisa y le pregunté-. ¿Trabajas aquí?, deberías decirles a tus jefes que pongan más seguridad en éstas cosas, las arañas se escapan facilmente... podría ser un accidente feo -quizás era de seguridad, y por éso se había acercado a ver si estaba bien...

Invitado

Bueno, en un principio fue todo una broma lo de la costilla pero aún así pudo causarle algún tipo de daño, con todas las enfermedades que andaban sueltas no me extrañaría que tuviera una contusión, o un hermoso moretón. Mientras el salía con su cátedra de preguntas bebía melodiosamente, o ruidosamente de mi gaseosa. Analicé cada una de sus palabras mientras miraba sus ojos marrones, podía resultar intimidante a veces, mas no me importaba en lo más mínimo, según mi madre los ojos eran las ventanas del alma, pero yo lo único que podía ver eran los colores.

Abrí los ojos como platos al escuchar sobre su extraña hipótesis de insectos. Con el transcurso de los años conocí a varías personas unas veían extraterrestres, otras sombras, otras simplemente siluetas, como también estaban aquellas personas que percibían las notas musicales o los movimientos como colores. Por lo que no me pareció tan raro su comentario, me causo gracia debo reconocer, y una risa algo burlona salio desde mi interior, hasta me pico un poco la garganta, talvez me estaba resfriando… justo lo que me faltaba.

Estuve apunto de sacar mi libreta y tomar nota de lo que el muchacho me decía pero parecer paranoica no me serviría demasiado para continuar estudiándolo. De hecho era extrañamente encantador encontrar un espécimen tan freak. Nota mental: comprar una grabadora. Volví a reír cuando me preguntó si trabajaba en aquel lugar. Miré donde retenían a las arañas, me pareció un lugar seguro…me limité a negar con la cabeza y mostrar la encantadora sonrisa de presidenta de la clase.

-Creo que están bien seguras donde se encuentran- comenté mirando las peludas patas de las arañas… si, son absolutamente asquerosas. – Podrían comerse a una persona- lo miré con una sonrisa burlona para proseguir: - No trabajo, ni trabajaría en un lugar así, dos motivos, el primero los animales sólo me gustan para mirarlos y segundo el olor es insoportable- y no tenia por que mencionar todas las posibles enfermedades que los animales traían consigo, hasta me dio fiebre pensarlo, llevé mi mano a mi cabeza y como lo pensé, tenía una alta temperatura, saqué de mi bolso una cajita con ibuprofeno, tomé una capsula entre mis dedos y lo digerí con algo de gaseosa.

-Me llamo Melinda Keller- estiré mi brazo libre en su dirección.-me podrías explicar lo de los bichos por favor… siento que me estoy perdiendo de algo importante, sigo con mi teoría, si soy un insecto tengo que ser una bicha, soy de sexo femenino ¿eso no cuenta?- alcé una ceja para darle otro sorbo a mi bebida.

Tema: Re: Superar el miedo (Mel) Lun Jul 13, 2009 12:42 am

La abejita continuaba con su sonido, era para filmarla y luego subir el video en youtube bajo el nombre de "chica abeja en el zoo"... sí, éso tendría que hacer. Saqué de mi bolso mi cámara digital, la puse en modo filmación y apreté el milagroso botón que comenzaría a retener aquellos momentos en su pequeña memoria. Primero hice como si estuviese enfocando a los asquerosos bichos que eran esas horribles arañas, y cuando comenzó a hablarme enfoqué su rostro, esperando a que en cualquier momento vuelva a hacer su sonido característico (awe.).

Miré hacia la "jaula" donde se encontraban las cosas esas........... NO!, no estaban seguras, eran arañas por el amor al dios de los bichos!. Estaba seguro de que conspiraban entre ellas y encontrarían la forma de salir de ése asqueroso lugar, porque a nadie le gustaba estar encerrado, y conocía bastante bien a los insectos, y éstos eran de ésos que continuamente tenían algo en su perversa mente, cosas que no podías adivinar pero qeu sabías que estaban ahí.

-¿olor? -pregunté, y aspiré profundamente el aroma del lugar... no había olor, fruncí el ceño ligeramente, quizás se refería a la parte de elfantes y jirafas... el olor ahí sí que era asqueroso, y lo peor de todo era que pagabas para respirar ése olor, era como decir: "qué lindo día que es hoy, iré al zoo a ver los elfantes y pagar por oler su bello aroma"... Deeehhh...

Estiró su mano hacia mi, presentándose con nombre y apellido, que cordial que era la abejita... me preguntaba si producia miel... Mis ojos se abrieron grandes al tener ese pensamiento, y de repente perdí mi vista en no sé dónde, imaginandome a ella en algún lugar, como una gran fábrica, haciendo miel en grandes cantidades... (*_* xD).

-Luke Bonizec -dije apretando levemente su mano para luego soltarla y sin dejar de filmar el momento, esperando a que vuelva a hacer el ruido. Era como un perro que esperaba a que le lancen el frisbee o la pelota (:E). Luego me preguntó sobre mi teoría y comencé a ponerme algo nervioso. No era lo mismo que explicarle todas mis ideas a una chica, quizás con los chicos podía desenvolverme más, pero con las chicas era dificil, porque enseguida te miraban con cara de: "asqueroso loco no te me acerques ni por un país de distancia"... sí, había tenido ése tipo de escenas.

Titubeé por un momento y luego de respirar profundo negué con la cabeza.

-no... tú cuando quieres referirte a todos los hombres y mujeres de ésta tierra dices "humanos", no dices "humanos y humanas"... ¿no? -la miré enarcando una ceja... quizás ella sí lo decía... quién sabia, o quizás nunca se había dirigido a los "humanos" una vez y no había tenido necesidad de usar el término, en ése caso aún no lo sabía-. Entonces... para ahorrarte palabritas o letras dices simplemente biiichooos -agregué.

Invitado

[i]Estudie sus movimientos, mientras la cámara enfocaba mi rostro, yo no despegaba mi mirada de sus ojos, intentando averiguar que era lo que expresaban. Le di otro buen sorbo a mi bebida, con el mismo ruidito que hacen los enanos en plena etapa escolar cuando visitan el MacDonals (:E).

Me dio un ligero apretón de mano presentándose también, en ni un momento dejaba de grabar, quizás tenia algún tipo de trastorno no definido por la sicología en el cual no podían tener una charla normal. Bueno no era nada diferente a lo que mi mundo se refería. Y de hecho eso hacia que la conversación no fuera como esas típicas donde a la tercera pregunta te aburrías por la platica tan monótona.

Luke Bonizec, lo grabe en mi memoria de largo plazo al cabo de escuchar el nombre. El muchacho no era confiable estaba casi segura que algo podía tramar, pero lo importante ahora era obtener datos e Investigar por qué se desenvolvía de esa manera tan extraña. Mi mirada era fría un tanto petulante, control, eso era lo que necesitaba ahora. Lo bueno es que como el estaba con su cámara yo podría sacar mi cuaderno de apuntes. Y así fue como lo hice aunque estaba algo limitada por que en la otra mano tenía la gaseosa. La bebí de un sorbo mientras el terminaba con sus palabras.

-Sabias palabras Luke- sonreí con ironía -pero… está claro que eso los usan los perezosos, por que si ves a un grupo de mujeres, dirías humanas, no humanos- sonreí de lado intentando darle algo de gracia a mis palabras. Lancé el vaso de plástico desde mi posición hasta un basurero cercano. Ya con las manos desocupadas y aun sintiendo la cámara pegada en mi, tomé nota en el cuaderno: Nombre: Luke Bonizec, Apariencia:… Lo miré de pies a cabeza y anote: todo en su sitio, guapo. Sonreí negando con la cabeza ante mis propios pensamientos -Mira Luke, tú estás solo- y algo fuera de foco - yo estoy sola, y necesito estudiar a la sociedad- parecía operadora telefónica en mi hablar.

-Te invito a seguir recorriendo el lugar en mi compañía Bonizec- (:W) dije levantando la mirada hacia su rostro. No era una pregunta, tampoco una orden, y aunque se negara lo acompañaría de todas maneras. Podía ser una persona muy insistente cuando me lo proponía o cuando tenía un excelente candidato a ser analizado. Por lo que había observado hasta ahora a el no le agradaba ese lugar y no entendía por que permanecía allí. Caminé unos pasos alejándome del lugar de las arañas en dirección hacia el acuario, le di un pequeño empujón en la espalda para que me acompañara. Si… actuaba de manera agresiva con frecuencia.
Nota Mental: si te concentras en algo, el dolor de cabeza disminuye, continúa allí pero no es tan fuerte.

Tema: Re: Superar el miedo (Mel) Miér Jul 15, 2009 12:18 am

Ohhh, sí, dulce ruidito que volvió a salir de ella, listo, con éso tenía hecho mi día. Una abeja en medio del zoo que hacía ruido y encima me hablaba después de contarle mis locas ideas en vez de salir corriendo. Al parecer, después de todo, no había tanta gente que se enloquecía solamente porque no le decías algo que quería escuchar. Bajé la cámara luego de aquél sonido y la volví a guardar en mi bolso... pero no volví con las manos vacías, sino que saqué un pequeño frasco de vidrio... adentro no había nada, pero pronto estaría lleno.

La miré y en su rostro se había formado una sonrisa algo irónica, si... las abejas podían llegar a ser algo irónicas, creídas quizás por su belleza, pero ella no parecía ser tan creída como las demás abejas que había conocido. Y no tenía dudas de que pertenecía a ése clan, tenía una cintura demasiado pequeña, caracteristica de todas ellas. Me pregunté de repente si sería una abeja reina... ¿una abeja asesina?.. OMG!!!, ésto podía ser peligroso, las picaduras de abejas asesinas eran las peores, preferia que me muerda el león que acababa de ver a que me pique una.

-bueno, le daré la razón a usted sólo porque puede llegar a ser la abeja reina y no me gustaría contradecir las palabras de su majestad -le dije imitando una estúpida reverencia. Y luego escuché sus siguientes palabras... un paseo con alguien como ella podía ser interesante, tendría tiempo de analizar a su especie más de cerca, y ahora que tenía mi cámara en mano no tendría la necesidad de pararme a hacer dibujos ni retener ciertos comportamientos en mi mente, con el miedo de que cuando llegue a casa se hayan volado. Asentí con gusto y comencé a caminar a su lado.

-será todo un honor acompañarla -agregué, "sólo espero que no me piques cuando menos lo espero", pensé y reí en silencio.

Salimos del lugar ése, lejos de las feas cosas con pelos y millones de ojos. A nuestro costado había una especie de maceta con muchas plantas que hacian dificil encontrar la tierra. Me acerqué y encontré lo que estaba buscando, una pequeña hormiga roja, la tomé con cuidado y la metí adentro del frasco, luego lo cerré y volví con la abeja.

-¿puedo saber qué anotas ahí? -pregunté refiriendome al anotador que había sacado-. ¿Estudias el comportamiento de los animales? ¿de las personas? ¿de ambos?.

Invitado

Lo miré con esa estupida sonrisa que aparentaba hacerme ver una chica normal mientras me llamaba abeja, al instante incline la cabeza y anoté en mis notas: Ve a la socióloga como un insecto. El muchacho accedió a mi compañía eso haría las cosas más fácil, al parecer era mi día de suerte… al fin. Sin más, fuimos avanzando por el zoológico apartándonos de los sucios insectos y entrando al área de reptiles.

Vi como se acercaba a un masetero, siempre con la vista puesta en el me fije como recogía una hormiga y la dejaba dentro de un frasco que había sacado de su bolso con anterioridad. Era un joven muy extraño en verdad, pero lo raro llamaba la atención, sobretodo en mi caso en particular. Luke lucia muy bien. Tal vez más tarde podría invitarlo a una copa… o bueno, ya vería. Anoté en mi libreta: Colecciona o caza bichos.

Nuevas punzadas invadían mi cabeza, presentía que tenia un tumor que no podían ver los escaners ni electroencefalogramas, como en esos casos de Dr. House, donde las enfermedades más complicadas le atacaban a los pacientes. Eso debía ser. Entrecerré los ojos intentando que el dolor se alejara, pero era imposible.

Sonreí al escuchar su invasión de preguntas. –Si claro… anoto lo que veo en las personas, describiéndolas desde mi punto de vista, así tengo una perspectiva clara en lo que la sociedad concierne- expliqué mientras continuábamos nuestro recorrido – es como lo que haces tú con la cámara inmortalizando momentos. En mi caso yo inmortalizo lo que veo u escucho mediante palabras- Sonreí de lado y miré los animales a nuestro alrededor. Me detuve al lado de la jaula de los cocodrilos acercándome a la reja que los retenían. Estando allí volví a mirar a Luke.

-Cuéntame de ti Luke, ¿Por qué cazaste a aquella hormiga? y ¿Por qué me llamaste abeja?... por lo que he anotado, tienes un tipo de trauma con los insectos- traté de sonar comprensiva dentro de la locura de mis palabras. – a mi no me molesta, es más, me gustan las personas así. Que no ven la vida y la humanidad de manera normal y aburrida… y créeme si te tocara hablar con todas las personas para estudiarlas… me entenderías- bufé lo último. Esa era la verdad, a veces cansaba tener que estar presentándose una y otra vez y escuchar las mismas historias de amor y niñez como un disco rayado.

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