..Collide..

El centro comercial estaba cerrado, tampoco me importaba, ni siquiera pretendía estar allí...pero la que sería mi cena esa noche sí. Sus pasos eran torpes, no miraba dónde ponía sus pies ya que estaba más ocupado de mirar de un lado para otro nervioso. Cómo no, no dejaba de decirse a sí mismo que todo era producto de su imaginación...cuánto se equivocaban esos pobres desgraciados, lo hacían con demasiada frecuencia pero para cuando se venían a dar cuenta era demasiado tarde...siempre era demasiado tarde. En lugar de molestarme en rodear un coche, lo salté, haciendo ruido a propósito. Dejó de intentar tranquilizarse a sí mismo, no había motivos para hacerlo, sabía que le seguían y un sonido inexplicable a sus espaldas se lo confirmaba.

Sería porque no necesitaba saciar mi sed con tanta urgencia o porque el miedo del humano me impulsaba a hacerlo, decidí rodear el edificio para encontrarme con él de frente, entonces ya improvisaría. Ágil y rápida tardé escasos segundos, calculando bien la distancia, me apoyé en la pared que él pasaría en un momento, quedando oculta hasta que me adelantara. Todo marchaba bien...bien hasta que un aroma dulzón me alertó. Una tercera persona entraba en aquel juego.

Cerrado
El centro comercial estaba cerrado.
En cierto sentido me daba lo mismo, no necesitaba comprarme nada ni a nadie que recibiera un regalo.
Liam esta de viaje y Maggie en la universidad.

Lo cierto era que, aunque no tuviera nada que hacer, necesitaba cenar.
No me era urgente la sangre, podía aguatar un par de días, pero en los sitios abarrotados de gente una se puede descontrolar, incluso la líder de un aquelarre.

Escuche todos los movimientos atentamente desde una esquina, cubierta por una chaqueta con capucha que ocultaba mi rostro y mi cabello pelirrojo. Y mis ojos negros.

Contemple la escena de la vampira con e humano. Lo que llama jugar con la comida.
Decidí seguirla de cerca. Observar como cazan otros de tu misma especie te enseña nuevas técnicas. Aunque estaba segura de que no compartiría su comida con migo.

Cuando pensé que en aquel momento esa persona serviría de nevera, decidí acercarme.
La vampira me detecto. Detecto mi olor.

-No quería interrumpirla-Le dije con mi voz calida

Llevaba un largo rato siguiendo a un humano a una distancia "prudente" tenia planeado seguirlo un poco mas para alimentarse de sus emociones ese era su "plan" el cual se vio interrumpido. Su nariz se torció al llenar su nariz de dos efluvios símiles, propios de su raza, mas no iguales. Avanzo un poco mas lento esperando leer las intenciones de los otros dos competidores, pacientemente analizo los movimientos de quienes ahora reconocía como dos vampiresas; Una bastante teatral pero bien metódica, mientras, la otra era un poco torpe y parecía poco segura de sus movimientos. La torpeza de la segunda quedo comprobada cuando le hablo a la primera en voz alta.

El humano aun temeroso volteo hacia la segunda (Siobhan) pensando tontamente que se dirigía a el.

Como la escena de caza se cortó de un momento a otro por la presencia de la segunda rápidamente se impulso hacia el humano, no dejaría que por las acciones de la que ocultaba su rostro el humano se escapara y las dejara a descubierto. Atrapo al humano tapándole la boca para que permaneciera en silencio. Miro directamente a los ojos de la vampiresa que se mantenía en las alturas invitándola a que bajara.

Cerré los ojos varios segundos cuando la otra pelirroja se dirigió a mí, ¿tan antigua era que no recordaba que los sentidos de los humanos no estaban tan desarrollados como los nuestros? Parecía que la cena esa noche quedaba aplazada, aún así el humano no iba a escapar, me dispuse a salir de la oscuridad cuando una tercera vampira sujetó al humano. Una muestra de sentido común por su parte. Finalmente salí de mi escondite, con pasos decididos y elegantes me dirigí hacia ellas, dirigiéndole una mirada fiera a la pelirroja.

-Demasiado tarde para disculparse, ¿no cree?- susurré con voz fría que se tornó gélida cuando me dirigí hacia el humano, cuyos ojos pasaban de un rostro a otro, maravillados pero al mismo tiempo aterrorizados. Era curiosa la mezcla de emociones que podía encontrarse en el rostro de alguno de aquellos infelices, las emociones que le provocaban unos ángeles malditos cuyas intenciones no le quedaban del todo claras, pero que sospechaba, no eran buenas- ¿Y qué hacemos contigo?- me acerqué a él y negué lentamene con la cabeza mostrando una expresión falsamente triste- El momento y el lugar inadecuados, mal hecho, vamos a tener que castigarte...- me separé otra vez de él, esta vez mostrando mi verdadera expresión: una sonrisa que jugaba con la malicia y la astucia, que iba de la mano de unos ojos llameantes que se dirigeron a la vampira que sujetaba al infeliz, para hacer segundos más tarde mi sonrisa más siniestra y amplia...

Observe la llegada de otra vampira y sus acciones.
Tambien escuche la respuesta de la primera vampira a mi disculpa.
-No era mi intención interrumpirla en su caza-Aclare mientras caminaba.

Abandone mi posición y me apoye en la supuesta fría pared y me aseguro de que no había ningún humano mas que observara la escena.

Dirigí mi mirada hacia la cara de la 1º Vampira y su expresión cambio a una sonrisa que haría que cualquier humano temblara de miedo, y eso era quedarse algo corta.

-Espero que no le importe que contemple la escena de caza- Dije dirigiéndome hacia la primera Vampira.

Cerré los ojos y respire el dulce aroma de la sangre humana mezclada con una noche fría de verano.

-Si me lo permiten señoritas, creo que este pudo ser un error que nos costara caro. Aparentemente la naturaleza esta de nuestro lado y no doto de grandes capacidades a este humano...

Observó divertida la mirada y sonrisa de la sedienta vampiresa, no lo pensó dos veces y empujo con suavidad al humano confundido y aterrorizado para que cayera en los letales brazos de ella.

-Es algo curioso, no me parece muy "sano" quedarse a ver como los demás se alimentan, sobretodo si uno esta relativamente hambriento. Podría desencadenar un frenesí, una peligrosa caza colectiva.

Mientras la vampiresa se encargaba del humano creyó que lo mas correcto en estas situaciones era presentarse después de todo en estas tierras aun no conocía a otros vampiros que no fuesen mas que un montón de vegetarianos desnutridos.

-Mi nombre es Danya, un gusto conocerlas

Escuche atentamente a la vampira de cabello negro.
Desvie mi vista al humano, demasiado asustado como para entender d que hablabamos y demasiado muribundo para preguntar.
Pobre humano, siempre pensaba en como se sentian en estos momentos, cuando estas aurdido por la presencia de un par de angeles endemoniados y no sabes que lo unico que desean es tu sangre, pense que se senirian, primero aortunados y luego desdichados, pero, francamente hablando, me daba igual que pénsaban aquellos seres tan llenos de vida. Lo unico que me importaba era su sangre. Mas que cualquier cosa.

Escuche como la vampira se presentaba.

-Un gusto conocerla-Le respondi con serenidad-Yo soy Shioban, lider del aquelarre irlandes-Me presente, con mi titulo como no, y con un pequeño, pero notario, acento irlandes.

Di unos pocos pasos hacia atars, peor con la vista mirando la escena. A ver que ocurria a continuacion.

Con suavidad, delicada casi con dulzura, le recibí entre mis brazos. Me estaba comenzando a molestar esa mueca de terror que le desfiguraba el rostro, pero alimentarme allí, como apuntaron antes, podía ser muy peligroso, una imprudencia que nos podría costar cara. Le dirigí una mirada triste aunque con un deje de desprecio, podría matarle allí sin tomar su sangre y eso significaba que esa noche la caza iba a ser más larga, la muerte recibiría en sus letales y fríos brazos más de lo que estaba previsto. Un inesperado giro, con una consecuencia fatal para otro pobre desgraciado.

Coloqué ambas manos alrededor de su cuello, presionando lentamente cada vez más; con suavidad, delicada casi son dulzura; agarró mi muñeca pero sin ejercer mucha fuerza, como si no fuera del todo desagradable, como si mi forma de actuar le agradara y se contentara; con suavidad, delicada casi son dulzura; él mismo cerró los ojos, me ahorró trabajo y cuando su corazón dejó de latir se desplomó en mis brazos, para ser soltado en el suelo junto a mí; con suavidad, delicada casi son dulzura le dejé que durmiera tranquilo.

No había dejado de prestarles atención a las dos vampiresas, por lo que cuando me acerqué a ellas fue como si no hubiera pasado nada, como si llevara todo el rato allí.
-Hémera- una leve inclinación de cabeza y media sonrisa- Tres vampiras en el mismo lugar, la misma hora y junto al mismo humano- le dirigí una fugaz mirada al cuerpo inerte que yacía a escasos metros de nosotras-Me inclino a pensar que el hado tuvo algo que ver en esto...- alcé una ceja y con suavidad, delicada casi con dulzura esbocé la perfecta sonrisa de la perfecta actriz, pura cortesía.