Autos y palabras ((Bianca, Francesca))

Salí de mi alcoba por la tarde, después de estudiar los videos de las cámaras de vigilancia colocadas por Birkoff, los cuales me proporcionaron algunas ideas más claras de los estilos de combate de Francesca y Bianca, siendo esta última mucho más versada en el arte de la guerra que la niñata mimada a la cual deseaba convertir en una combatiente de alto nivel.

Abrí las puertas de roble de mi habitación, permitiendo que el aroma a sitio antiguo penetrara mis fosas nazales. Después de aspirar aquella esencia ligeramente desagradable, modificada en un cierto nivel por los nuevas decoraciones añadidas al castillo en tiempos recientes, decidí deambular por la fortaleza un rato, en busca de algo provechoso que hacer, así como aclarar mis pensamientos un poco más.

Escogí el garage, pues tenía algunos deseos de ausentarme de la mansión para visitar el cementerio un rato. Recorrí las escaleras de mármol, escuchando resonar mis pasos por la amplitud del recibidor, hasta llegar a mi destino. Miré el Aston Martin negro, listo para partir, pero entonces un par de aromas captaron mi atención... no estaba solo.

Me giré para aguardar a mis visitantes, con una expresión fría y calculadora en mi rostro, lleno de algunos pensamientos bien ocultos a la luz pública.

Habia desidido salir de mi habitacion, para recorrer el fuerte, ya que viviria ahi tendria que acostumbrarme a ale y conocerle bien, asi fui recorriendo cada parte de el, sobre el pasillo me encontre con Fran, sonrei un poco quieres ir a explorar , todo esto conmigo, dije en un tono de aburrimiento, ella acepto y caminamos por cada lugar que se nos presentaba enfrente , hasta llegar a el garage, al entrar ahi estaba algo obscuro, buen lugar para relajarse un rato y sin que nadie moleste pense.

Al estar abajo alguien mas llego al mismo lugar, por el efluvio que emanaba era Lucian sin lugar a duda, me quede quienta en mi lugar, observando con detenimiento cada detalle de ese lugar, como era mi costumbre grabarlo para poder tener mas idea de lo que estaba pisando

Francesca y Bianca... que peculiar combinación... de hecho, cualquier combinación en esta manada es notablemente pensé con cierto fastidio, mientras sus siluetas se hacían visibles, para luego darles paso a ellas con toda nitidez, incluso en las sombras de la cochera. Aprovecharía la oportunidad, quizás, para proveerles de alguno de los vehículos a disposición de la manada en el Castillo Peregrino, después de todo, para eso los había ordenado traer desde Alemania.

Me crucé de brazos, con un porte más autoritario, mirándoles con cierta seriedad a través de las tinieblas, a sabiendas que sus sentidos estaban igual de aguzados que los míos.

-No esperaba tener compañía de ningún tipo en un lugar como este- comenté con indiferencia a las recién llegadas.

Camine acercando un poco mas hacia su posicion, tampoco esperaba encontrarme alguien aqui, en mi caso soo queria explorar, conocer los terrenosdije en un tono aburrido, mirandoi las siluetas de los autos dentro del garage, regrese mi mirada a donde estaba Lucian, espero que no te moleste, unos monutos de compañia, mire a fran mientras le decia a Lucian.

Escuché las palabras de Bianca mientras ponía atención a Francesca... parecía comportarse como una infante, y a cada momento su edad mental lucía en retroceso desde mi perspectiva. Sus faltas de respeto colmarían mi paciencia en alguna vez... esa vez sería el día en que le daría una lección de modales y reverencia ante aquellos que poseemos más tiempo de vida y experiencia.

A continuación, simplemente oí a la acompañante de Bianca. Lo que dijera no me interesaba ya en gran medida. Liberé mis brazos y ambos cayeron suavemente a ambos costados de mi cuerpo. Luego, con una mirada escrutadora, posé mis ojos en Cross, para después hablar a Bianca.

-No me incomoda, al menos no debería ya que somos parte del mismo grupo- eché un vistazo a los autos-Tomaré ventaja de este momento para comunicarles que los vehículos que se encuentran aquí quedarán a disposición de la manada. Sólo el CCX ha sido escogido por Myhr, y el Aston Martin es mio, puesto que contiene algunas modificaciones que mandé hacer tiempo atrás.

Heche una mirada a los autos presentes ahi, al parecer habia uno para cada integrante, la mayori estilo convertible y demasiado llamativos para la zona, hubo uno que llamo mi aqtencion, el unico que noera convertible, camine un poco hacia el ¿puedo? , Lucian dije señalando el Lexus que estaba ahi, a mi gusto algo no tan lmativo como los demas, me agradabla ese carro, que en apariencia era el mas austero de todos, pero en si bueno para correr, excelente estabilidad.

Me dirigí donde las llaves de los autos estaban resguardadas. Tomé las del Lexus y el Porsche que pidiesen cada una. Observé un instante aquellas que pertenecían al Aston Martin que yo conducía, y las tomé para guardarlas y portarlas conmigo en todo momento.

A continuación me volteé para mirar a ambas. No estaba seguro de si sabían conducir, pero asumía semejante cosa. Extendí el llavero a Bianca y luego a Francesca. Volví junto a mi DBS. Desde luego, jamás les diría nada sobre el dispositivo de rastreo satelital que le colocase a todos los autos antes de venir a América, ese era un secreto que sólo yo conocería... y Birkoff, el encargado de activar los dispositivos a su momento.

-Son libres de usar esos vehículos como les deseen, siempre que sea en pro de la comunidad. Tampoco permitiré que se tomen muchas libertades con ellos- añadí con cierto matiz de seriedad, así como la misma gelidez de siempre en mi rostro, observando a cada una a diferentes tiempos- Serán responsables de ellos a partir de ahora.

Tome las llaves del lexus, gracias Lucian, creo que esto me sera de gran facilidad para algunas cosas, mire el auto y guarde las llaves en mi pantalon, recorri con la mirada todo y cada uno de los autos en esa cochera, ahora con esto completaba mi vision de que habia un despliegue tecnologico, me sentia en una zona militar.

Regrese la vista a Lucian, y a que se debe habilitarnos con autos, y demaciada seguridad en el fuerte, dije mirandolo a los ojos

Una vez entregué los llaveros y escuché las palabras de Bianca, sin recibir comentario alguno de parte de Francesca, negué con la cabeza. Su sentido de seguridad parecía inexistente... tanto como el mio se encontraba elevado a un nivel notablemente estratoférico... quizás... ¿paranoia? Me daba igual, eso me mantenía vivo después de mil años, y eso mismo me mantendría deambulando por la Tierra hasta la aniquilación de los vampiros... o una muerte digna.

-Necesitamos estar preparados en caso de ataque y tener medios para desplazarnos más velozmente que nuestra forma guerrera- respondí finalmente, cruzándome de brazos- No pienses que es porque me simpatizan- añadí con indiferencia.