Lo que no te mata te hace más fuerte XD /Ike/

Las últimas semanas habían sido...perfectas, no había otra forma de ponerlo, tenía en mi vida a una persona que me hacía muy feliz, una persona que había despertado otro lado de mí y que hacía que no pudiera borrar la sonrisa que ya de por sí tenía tatuada todo el tiempo en mi cara.

Era mi secreto, solo mi mejor amiga sabía de él y eso me daba una sensación muy a lo Romeo y Julieta que hacía de mis perdidas por la nebulosa algo realmente loco y porque no decirlo? romántico, me estaba enamorando cada vez más de él.

Ike se había convertido en una parte muy importante de mi vida y quería mostrarle cada parte de ella, y por eso hoy le iba a jugar una pequeña bromita, lo había citado en un lugar para que fueramos juntos a los acantilados con la excusa de mostrarle La Push como habiamos quedado el día que nos conocimos.

Llegamos a el lugar y yo tenía una expresión algo pícara, lo sabía mis expresiones eran demasiado obvias pero él no se imaginaba lo que iba a pasar, ya comenzaba a tener remordimientos y todo; Parqueé a una orilla de la caretera y le mostré las rocas y el mar que se alcanzaba a ver desde allí mientras nos acercabamos tomados de la mano.

-¿que te parece?

(Me estás empezando a asustar con eso de tu sorpresa xD)

Finalmente, me darían la casa en menos de un par de días, así le ahorraría la molestia de irme recogiendo a cada rato del hotel, pues dentro de pocas horas recogería mi Jeep, quien sabe, si Anne gustaba, podría llevarla de nuevo a la plaza.

Una vez tomé su mano, no la solté.

-Diría hermosas como tú, pero eso no te haría justicia- Le di un beso cariñoso justo en la sien.

Mis mejillas estaban permanentemente rojas cuando estaba con él, aún no me acostumbraba y esperaba nunca hacerlo, seguir sintiendo mariposas en el estómago por siempre era lo que quería.

-Tal vez porque las rocas son más viejas que yo-reí - pero no soy más que una chica promedio, que tu percepcion está parcializada es otra cosa bobito...-dije abrazandolo por la cintura.

-Nunca dije tuviera la mejor percepción, hay rocas más viejas que Matusalén y también bonitas, pero no hay nada que te supere, o bueno, para mí no hay nada más- Reí. -Además, eres un ángel, no eres una chica promedio- Le di un beso con suavidad.

-Con eso me das la razón de lo que acabo de decir!!-le dije riendo.-Cierto...soy un ángel, se me olvidaba ese pequeño detalle-sonreí antes de besarlo y rodear su cuello con mis brazos empinandome un poco, sus brazos alrededor de mi cintura me ayudaron sujetandome fuerte contra él.

-Sabias que te estás convirtiendo en mi tercera adicción?-le pregunté sonriendo cuando nos separamos.

-¿Llegar a ser tan importante para tí como el chocolate y el café? Oh vaya, nunca pensé llegar tan lejos en mi vida, ni siquiera puedo creer que tengo posibilidades de ser comparado con ellos - Bromeé y después reí. Volví a sujetarla de la mano, balanceandolas un poco mientras caminabamos.

-Para mí, eres mi primera adicción- Le dije en tono casual.

-Dale tiempo...si me sigues besando por mucho mucho tiempo puede que los superes-también reí, ya nos acercabamos al lugar que había planeado, una saliente bastante grande de la que era usual tirarse, Ike no sabía nada de ese pequeño pasatiempo mio...

-mmm asi que no puedes vivir sin mi?-apreté su mano.-es lindo ser tu adiccion..

(Dale, suicidate XD)

-Sí lo dices así, no te voy a soltar jamás de la mano- Bromeé, pero luego vi el acantilado...había recordado algo sobre el estúpido folleto que me dieron cuando llegué aquí, decía algo sobre un deporte o quien sabe, seguramente estaba más dormido que despierto en ese momento.

( tu lo pediste...)

Hora de sacar mis mejores cualidades actorales...virgencita del agarradero, agarrame a mi primero y que se lo trague todito... rogué en mis pensamientos.

Solté su mano, me adelanté unos pasos y lo miré seria.

-¿Me seguirias donde yo quisiera ir, me acompañarias a cualquier lugar al que quisiera escaparme?

Cuando se separó de mí, algo parecía mal en la escena, como si no debiera estar ahí, pero no sabía que era.

-Claro, no te dejaría por nada, excepto por tu mismo deseo, aunque creo que ni siquiera de esa forma te dejaría, sabiendo si vas a correr peligro- Me percaté que estaba a nada de la orilla. -¿Qué intentas hacer?- Pregunté con el ceño fruncido, me estaba poniendo de nervios.

Me giré, estaba de espaldas al precipicio, había calculado bien la distancia y hacía un esfuerzo sobre humano para no reir. Mi expresión seguía seria.

-El problema es que quiero huir de este mundo tan cruel-mi voz se quebró convincentemente- Te quiero, demasiado Ike-dije en un susurro, cerré los ojos y me dejé caer de espaldas, ya tenía práctica y por eso no grité, me preguntaba cómo habría reaccionado a eso mientras caia.

Definitivamente no me lo tragaba, o no quería hacerlo, me importaba poco la diferencia entre eso. Mi cerebro tenía una batalla interna, pero lo único que pude hacer es adelantarme dos pasos más y lanzarme con ella. Hasta entonces, no me había fijado en la altura, no era más grande que la del trampolín de una alberca profesional...¿era una broma? Demasiado tarde, ya estaba directo hacia el agua que amenazaba congelarme entero, pero más que nada a ella.

Entré al agua fría sonriente y escuché otro chapoteo cerca de mí, !!¿ en serio se había tirado despues de mí???!!...no sabía si reir o llorar, nadé rápidamente hasta la superficie respiré y al verlo me lancé hacia él para abrazarlo y besarlo.

-Te tiraste despues de mí pedazo de maniatico!!-todavía tenía cara de pánico y estaba segura de que ahora yo tambien la tenía.

-¿Eso...eso fue una...broma?- Pregunté entre jadeos, estaba enojado, bastante, pero me agradaba que no hubiese elegido un acantilado más grande. Suspiré, aunque me arrepentí después de eso, ya que por más que intentara hacer llegar el aire a mis pulmones, no podía, o simplemente no lo sentía. -Porque no fue graciosa- Respondí a la pregunta en un susurro mientras veía el mar cabizbajo.

Lo abracé más fuerte y empecé a parlotear un monton de disculpas a velocidad supersónica

-...disculpame,Perdoname,losientomucho...noestésenojadoconmigosoloqueríadarteunsusticoes quetengounhumormacabroyavecesmepaso,lavespasadalemetíunratonenlacamaaClairenolovuelvoahacer...peroquerayosestabaspensandoentirarteconmigo!!!pormuchopenséqueibasagritarunpoco....PERDONAME!!- me separé un poco para mirarlo - Ike respira, me estas asustando.

-Creo..creo que debemos ir de una vez a playa- Empecé a nadar en dirección a esta, no sabía porqué, pero me encontraba mareado. No sé ni cuánto tiempo pasó cuando finalmente llegué, fue cuando me tiré sin pensar a la arena, tratando de respirar de nuevo. Escupí un poco de agua, sentía el pecho caliente, tal vez por la súbita expulsión del líquido que tragué al caer, fue cuando me sentí mejor, respiré un poco más, sintiendome liberado. Tenía ganas de dormirme un rato, pero me estaba congelando. Cerré los ojos mientras tanto.

El no me respondió, tenía una expresión de zombie, y yo estaba entre asustada, arrepentida y aterrada, lo seguí de cerca, sin atreverme a decir o hacer nada, solo me senté a su lado, calladita, pensando en que una de dos, o yo me había pasado de estúpida y el estaba muy enojado o la caida no le había sentado bien y estaba muy enojado....

Mis ojos comenzaron a humedecerse....me sentía fatal...

Volví a respirar de nuevo, me sentía como si nada de eso hubiera ocurrido, en mi delirio mental, yo era el histérico, solo fue una broma. Me levanté lentamente para sentarme a su lado. La abracé y le besé cada párpado.

-No te preocupes, solo fue la cantidad extrema de adrenalina- Sonreí mientras la veía. -Y no, no estoy enojado contigo- Ahora la besé en los labios.

Sus tiernos besos me tranquilizaron, pero igual me sentía culpable, me escondí entre sus brazos y oculté mi cara entre su pecho mientras el se explicaba, mi corazón volvió a latir a su ritmo normal, y luego se aceleró de nuevo con su beso, que recibí y respondí gustosa, definitivamente era mi tercera adiccion...

-Perdóname por ser una loca desquiciada-le susurré en el breve momento que me separé de él para respirar.

-No hay nada que perdonar, después de todo tú eres mí loca desquiciada- Dije con énfasis en propiedad. Volví a abrazarla, besando el nacimiento del pelo como solía hacer.

-¿No tienes frío?- Noté unos pequeños temblores, como no, siendo que nos habíamos tirado de un acantilado, mojados y con mucho aire. -Preferiría que fuéramos al hotel, no quiero que te enfermes- Añadí.

Reí por la propiedad que ese "mi" implicaba, tirité, inevitablemente, él lo notó.

-Puessss todo el tiempo, es como el estadddo natural de aqui, esn especial despues de que te tiras por el acantilado, tienes suerte que no lo hice de uno más alto que me gusta tirarme.-reí- Si me qqqquieres cuidar yo me dejo.-le di un beso en la barbilla y me abracé más a él.

Reí y la sujeté de las piernas y de los hombros, como en una boda el novio carga a la novia para salir. No era muy ligera, aunque podía cargarla sin lastimarme o lastimarla a ella. Terminamos en frente del auto y la coloqué en el asiento de copiloto, yo iba a conducir, lamentaba sin embargo el mojar los asientos. Prendí la calefacción como la vez anterior y empecé a conducir directo a Forks. Ansiaba una ducha y cambiarme de ropa.

Solté un gritito cuando me alzó y luego sonreí, la imagen era...interesante, lo iba a dejar en ese adjetivo para que mi mente no comenzara a ir más allá de la realidad con sus novelas mentales.

Lo dejé conducir, este pobre carro ya había aguantado mucho de mi conduccion, aunque nada los salvaba de mojarse y ensuciarse cada vez que lo tomaba prestado.

-Me asustaste mucho, sabias?-le reproché recostada en el asiento, mirandolo conducir.

-Al igual que tú cuando te lanzaste- Apunté, después le hice un guiño con el espejo retrovisor. -De todas formas, te pido perdón por eso, lo que menos quiero hacerte es incomodarte o hacerte daño, tenlo en cuenta siempre- Añadí una sonrisa después...

De eso estaba segura, no me había dado cuenta hasta que empecé a salir con él que tenía un serio miedo al compromiso, por miedo a salir herida, pero cada día a su lado me afirmaba que estar con él era lo correcto, que algo que se sentía tan bien en mi corazón, nunca estaría mal.

Sonreí y le contesté.

-Lo sé niño feo...de todas formas, lo mío fue una bromita, lo tuyo fue pánico-reí, pero una curiosidad me seguía atormentando- ¿ En serio te hubieras tirado por mi?