::What if???::

Los recuerdos se aglomeraban en mi cabeza, recuerdos que pensé había dejado atrás...a los que había renunciado hacia tantos años y no entendía porqué volvían ahora que ya no los quería ni los necesitaba.

Los recuerdos de mis ultimos dias como humana, del sufrimiento, de la traicion...

Pensé que había superado todo aquello, había tenido más que tiempo suficiente para dejar de pensar en todo lo que había pasado, pero mi mente me hacía esta jugarreta y yo quería dejar de pensar.

No fui hasta el dormitorio, no quería que Sasha se preocupara por mi expresión zombie, se me quitaría, como siempre lo había hecho, volvería a enterrar cada trozo de mi pasado que quisiera volver a la luz, porque no podía permitirmelo...permitir que más que los recuerdos, el instinto volviera.

Me quedé oculta, entre los jardines de la universidad, detrás de uno de los edificios, donde ya era mi costumbre pasar el tiempo.

(OFF: ¿Se puede? Ah, y supondré que el sol acaba de ponerse).

Esto era ridículo. ¡¿Cómo era posible que tuviera que irme del hospital en la noche?! A veces eso de fingir ser humana se me antojaba ridículo... ¿Qué hay mejor que un médico que jamás se cansa, jamás necesita hacerlo? Es lo ideal, un ser casi perfecto, con un margen de error mínimo... Pero por culpa de las convenciones me veía obligada a descansar. O fingir hacerlo, porque yo jamás descansaba. El sol -o lo que veíamos de él a través de la densa capa de nubes en Seattle- había acabado de ponerse, el cielo se tornaba ya de un color azul oscuro, purpúreo. Los estudiantes estaban yéndose ya a sus dormitorios o casas, y yo divagaba por el campus. Llegué a uno de los edificios más viejos y alejados del campus, donde solía sentarme a pensar cuando lo sentía necesario y mis sentidos se alertaron de sobremanera.

Alguien más estaba en ese lugar. Otro vampiro.

Reprimí con maestría el gruñido que iba a salírseme, no pretendía causar una pelea. Y menos en el campus de la Universidad. Olisqueé el aire con más cuidado esta vez, con mi musculatura tensada y en posición defensiva. El efluvio se me hacía conocido, aunque no lo suficiente para saber con certeza de quién se trataba. Un frío viento sopló en la dirección contraria a mí, trayéndome el efluvio de este vampiro. Era una hembra, era una de mis alumnas. "¿Roncarati? No, no es ella... Volturi se fué de la Universidad... ¿Fredorovich?" pensé, frenética.

-¿Allysa? -la llamé por su nombre.

El tiempo parecía correr de modo ilógico para mí mientras el cielo sobre mi se tornaba cada vez más oscuro y podía sentir como la vida se iba apagando con la llegada de la noche.

Sentí la escencia de otro inmortal cerca de mi. Esperé. No era prudente reaccionar de manera impulsiva en este lugar. La espera dio frutos para ambas, era Blanchard, mi profesora de la facultad, relajé mi postura y respondí a su llamado desde las sombras.

-Marion.

No prentendía ser fría, estabamos fuera de los límites del salón de clases, por lo que las formalidades probablemente quedarían de lado...

Escuché el inconfundible timbre de su voz y relajé mi musculatura. Miré a mi alrededor, estábamos solas. Caminé a paso ligero hacia donde ella estaba sentada, y me dejé caer sobre el suelo junto a ella. Su rostro reflejaba preocupación, angustia, tristeza... Emociones potencialmente peligrosas en uno de mi especie, pues la más mínima sensación o recuerdo podía traer los instintos de vuelta... Lo cual, definitivamente no era prudente para Allysa. Miré al ahora oscuro cielo antes de empezar a hablar.

-Alguna cosa te está inquietando -declaré.

Hoy no estaba en mis mejores condiciones para andar cerca a humanos, como usualmente hacía -y me gustaba hacer-. Llevaba ya tiempo sin cazar, y ahora que había salido del hospital, mi lado profesional había quedado de lado, dejándome ligeramente más vulnerable a lo usual. Debía salir de caza, y pronto.

-¿Mucho tiempo sin ir de caza?

Voltee a mirarla a los ojos dejando ver el color dorado brillante que aún había en ellos a pesar de lo ocurrido ese día en clase de psicología.

-¿Crees que la gente puede cambiar?-le pregunté sin ocultar lo consternada que estaba en esos momentos, mi voz me delataba.

Yo lo creía, confiaba en ello, me aferraba a esa esperanza cada día que pasaba, pero...aún así tenía miedo de convertirme en una amenaza para las personas a mi alrededor.

¿A qué tipo de gente se estaría refiriendo ella? ¿A los humanos, a los cambia-formas o a nosotros mismos, los vampiros? Todo en la vida era cambio, aunque en seres como ella y yo el cambio era mucho más lento, si bien era más radical, una vez completado efectivamente. El color dorado de sus ojos me hacía pensar en su debate interno, o el que yo creía que ella debía llevar dentro.

-¿Por qué no habríamos de cambiar? -respondí, refiriéndome más que todo a nuestra especie- En la vida, todo es cambio, y éso aplica incluso a seres que en teoría son inmutables, como nosotros -dije, usando el plural de la especie- Si bien el proceso de cambio es más lento.

Hice una pausa, organizando mis pensamientos.

-El mayor miedo que podríamos tener es perder el control, destruir esa fachada que se ha construido, la pantomima de nuestra "vida humana"... Y eso por sí solo demuestra el cambio. Si los vampiros no cambiásemos... Bueno, imagina el mundo poblado de neófitos

La escuché Si bien el proceso de cambio es más lento tan lento, que era dificil saber si en verdad había ocurrido.

-Yo...he cambiado de formas tan radicales...que ya no sé en qué lugar estoy, pasé de ser una humana estupida e ingenua a un monstruo asesino y sin compasión por años y hace poco decidí tratar de recobrar un poco de humanidad....pero no sé si en verdad...no sé si...-las palabras se atoraban en mi garganta- A veces aún deseo poder ver el miedo en los ojos de un humano mientras siente como la vida se le desvanece lentamente, y al mismo tiempo, la idea me produce remordimiento, porque sería tan fácil tirar a la basura todos estos años de autocontrol.....

Blanco....Negro....¿En verdad existía un gris para nosotros? nuestra naturaleza nos permitiría llegar a un término medio? no lo sabía, y sentía que iba a perder la cabeza si mi mente no se decidía pronto.

-¿Te soy sincera? -pregunté, aunque sabía de antemano la respuesta de mi alumna- Siempre vas a sentir eso, no importa cuántos años de práctica tengas -le advertí, a modo de confesión.

No es fácil ser vampiro y médico a la vez, es cierto, pero es posible. Yo misma era el ejemplo de ello, y eso queriendo atender los casos más sagrientos... Una vampiresa normal podría arreglárselas en otra carrera, en vez de dudar tanto.

-¿Qué sentimiento es más fuerte, Allysa? ¿El deseo por la sangre humana o el remordimiento por la pérdida del autocontrol? No puedes tomar una decisión que cambiará toda tu vida sin empezar por poner tus opciones en la balanza.

Siempre. Esa palabra encerraba eternidad en mi caso, lo sabía muy bien, pero si el sadismo de décadas pasadas siempre iba a estar ahí...¿Qué me garantizaba que no iba a ser más fuerte que yo en algún momento? Ese era el miedo y el riesgo con el que vivía permanentemente

Ella me preguntó qué sentimiento era el más fuerte...una balanza...tendría que realmente pensar en cada una de mis opciones, y tendría que ser ahora mismo, no quería y no podía cometer más errores.

-Hace unos años...-comencé- realmente hubiera dicho que el remordimiento era algo con lo que podía vivir y que eventualmente lo superaría, pero no ahora, mucho ha cambiado desde que decidí tomar este camino. Ahora, hay cosas que me atan al mundo humano, personas que no quiero decepcionar incluso si no están aquí desde hace mucho...ahora tengo sentimientos humanos que nunca podré sacar de mí.-Hice una pausa, considerando la otra cara de la moneda- Pero siempre estará en nuestra naturaleza desear la sangre, y esa parte de mí, más que desearla, desea el miedo, desea volver a sentir la fuerza y el poder que ahora siento perdidos, porque la verdad, creo que al estar tan atada a los humanos he perdido una parte de mí y me he vuelto débil.

-Ser... O más bien, fingir ser humana te hace más fuerte que otros vampiros, incluso aunque no lo veas así -le recomendé a mi alumna- La voluntad es algo que nos hace falta como raza a los vampiros, pero eventualmente algunos logramos someterla de nuevo, y llevar una vida relativamente normal.

Hice una pausa, recordando las veces que había sentido ganas de beber la sangre de mis pacientes... Hacía menos de cinco años. En ese entonces, pasaba una crisis como la de Allysa, con el pequeño agravante que estuve a punto de vencerme. Estuve a punto de matar un ser humano.

-¿Crees que no me cuesta estar en el hospital? -le pregunté- Que mi voluntad está sometida, cierto, pero eso no quiere decir que el instinto se vaya... Porque jamás se irá. Siempre estará allí, diciéndote "vamos, en pocos minutos nadie notará que murió porque bebiste su sangre". Hacemos lo que podemos, pero no somos perfectos. No lo somos, jamás lo hemos sido y jamás llegaremos a serlo.

Hice otra pausa y la miré directo a los ojos.

-Dices que te sientes atada al mundo humano... Piensa: ¿Cuánto te ha costado adaptarte a esto? ¿Realmente vale la pena volver a lo anterior? ¿Quieres hacerlo? ¿Quieres sentir, cada vez que te alimentes, que estás bebiendo a sangre de tus amigos humanos? Porque a la larga eso haces, incluso aunque tus víctimas no sean Zimmerman ni Fromm, y así lo sentirás.

Abracé mis rodillas mientras la escuchaba, analizando cada cosa que decía, escuchando con atención todo lo que me pudiera ayudar. Tal vez nuestra edad no era muy diferente, pero estaba segura que ella llevaba más tiempo viviendo de esta manera, y no podía evitar verla como "la profesora" ese concepto era poderoso en realidad.

-La última vez que me encontré con uno de nosotros, no lo vio de esa manera, le pareció un insulto a la raza superior que somos- lo ultimo lo dije con un tono burlón, me parecía que sus ideas estaban muy equivocadas- y si lo piensas para la mayoría de los vampiros...vernos a nosotros debe ser lo mismo, un insulto, aunque no me importe lo que piensen, ellos desprecian este tipo de fortaleza.-Hice una pausa, aún pensando- Aunque tal vez la fortaleza está en la fragilidad de este camino.

Mencionó algo más acerca de que nunca seriamos perfectos...incluso aunque como especie tuviéramos ventaja, y eso era algo con lo que siempre habia estado de acuerdo. Nuestra mirada se encontró una vez más y entendí varias cosas cuando mencionó a mi mejor amiga, ja, incluso a Amaltea, que no era mi humana favorita en realidad.

-Y no hay nada que no me diga que ellas no serán las primeras-completé la idea- es una decision de no retorno, sin vuelta atrás, sin la posibilidad de deshacer los errores que pueda cometer y que destruyan todo lo que he construido con tanto esfuerzo....-La obvia conclusion de todo mi dilema mental y espiritual se me hacía más clara ahora que lo había visto desde otra perspectiva.

-No. No vale la pena-respondí al fin mirandola a los ojos

-Raza superior... -espeté en tono despectivo- He oído mejores chistes en mi vida -agregué ofuscada.

Respiré profundo un par de veces, dejando que Allysa prosiguiera con su opinión. Observé como poco a poco las ideas que había tenido antes dispersas y confusas estaban concentrándose, aclarándose, y dejándole ver el camino correcto para ella con más facilidad. Esa frase de "nada me dice que ellas no serán las primeras" mostraban cuán consciente de su condición era Allysa, como vampiro infliltrado en el mundo humano.

-¿Estás segura de tu respuesta? -le pregunté, enarcando una ceja- Porque de ser así, me alegra haber sido de ayuda.

-Si, lo estoy-le contesté y las palabras sonaron tan ciertas que me sentí mucho más segura de lo que decía.-Lo fuiste Marion, muchísimas gracias, me diste perspectiva para analizar las cosas y siempre estaré en deuda contigo.