Va, esta es otro relato de la niña bobosa, sé que a veces puede ser un poco novelero pero creo que queda bastante bien ^^
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Se habían encontrado de nuevo en un café europeo, ella solo estaría allí por esa última noche, al otro día un vuelo la llevaría a continuar su viaje…simplemente no estaba en ella apegarse a los lugares.
Él se había convertido en un fotógrafo, su exposición había llegado a ese país, el sueño de su vida, se suponía que estaría feliz por haber logrado todo lo que quiso. Se suponía.
Pero cuando sus ojos se encontraron en medio de todas esas agitadas y ocupadas personas, de alguna forma todo encajó, se acercaron, se saludaron como buenos amigos, sin advertir el alivio que sus corazones sintieron por volver a verse; de alguna manera lograron hablar amenamente, evitando todos los temas que hubieran llevado la conversación hacia lugares dolorosos, no importaba cuanto desearan tener respuestas, o todos los sentimientos que afloraban con cada palabra que pronunciaban, incluso el recuerdo del dolor que habían sentido al separarse…Sin embargo no se puede retener por mucho tiempo algo que te has guardado por seis años, y en una pausa que ella maldijo por dar paso a que él preguntara:
-¿Qué hubiera pasado si nos hubieras dado una oportunidad?
Definitivamente él no había cambiado, siempre haciendo las preguntas menos oportunas en los momentos correctos.
-Nada, nos hubiéramos cansado de jugar a amarnos
Siempre tan fría, ella no había cambiado e igual que en esos días lo lastimaba sin piedad, y sin darse cuenta de ello.
-¿Fue un juego para ti?-preguntó
-Solo digo que éramos demasiado jóvenes para entender y sentir muchas de las cosas que dijimos…-le contestó ocultando su mirada.
Él se levantó de la mesa, enojado y herido, porque para él había sido bastante real y honesto, y no había podido sacarla de su mente en todos estos años.
-Tal vez para ti fue un juego, y no tengo nada que hacer aquí-Dejó un billete sobre la mesa para pagar el café y salió apresuradamente de allí, caminando por las frías calles que ya comenzaban a llenarse de niebla, sintiendo todo el peso del mundo sobre sus hombros.
En el segundo que lo vio salir por esa puerta, sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas, todo lo que había dicho lo hizo para resistirse al pensamiento de que aún lo amaba y que aunque sabía que él nunca la encontraría lo siguió esperando. Salió corriendo del café con lágrimas en los ojos, corrió tras él, no podía perderlo, no de nuevo, no de esa manera; Al alcanzarlo no le dio tiempo de decir una palabra, tomó su rostro entre sus manos y lo besó con fuerza, él le respondió y la abrazó por la cintura, aferrándola contra sí. Volver a probar sus labios y descubrir que aún los sentían suyos, que era igual de profundo que el primer beso, que el tiempo no había logrado cambiar la forma en que sus corazones se sentían al estar cerca.
Al separarse para respirar ella mantuvo sus cabezas unidas y con la voz quebrada le susurró:
-Ya no somos unos niños…y no puedo seguir negándome la verdad, todos estos años solo han hecho que lo que siento por ti sea más fuerte…y por eso duele mucho más, como si tuviera miles de navajas en mi corazón…- Se le escapó un sollozo, pero esto tenía que parar, había tomado una decisión- Regalame esta noche, regálame una noche en la que puedas fingir que aún me amas, una noche y podré olvidarte.
Eso era todo lo que podía darle y lo único que podía pedirle, ella no podía cancelar su viaje, de eso dependía su futuro; en verdad no creía que él aún la amara, era conciente de todo el daño que le había hecho, no lo merecía, nunca lo hizo, y tenía que dejar de torturarse pensando en él.
Él se quedó atónito, ¿fingir que la maba? si para él ella era su todo, la miró con ternura, besó sus lagrimas y la apretó contra su pecho, ella nunca le había parecido más frágil y hermosa que en ese momento. Besó su cabello y le dijo al oído:
-Si me aceptaras te daría mi vida entera
Esa noche fueron felices. Él intentó darle todo lo que siempre quiso que ella aceptara y ella por fin derrumbó el muro que le había puesto a su corazón, se permitió reír, sentir, amar sin restricciones.
Contemplaron el mar, bailaron bajo las estrellas, jugaron como dos niños sin preocuparse por el futuro; Si solo tenían una noche iban a vivirla sin pensar en el mañana. Él pensaba que si le mostraba lo feliz que podía ser a su lado ella se quedaría, pero no sabía que no podía ser tan sencillo. Nunca lo era.
La noche los llevó a su hotel, exhaustos, durmieron abrazados; ella durmió sobre su pecho, escuchando los latidos del corazón que le pertenecía desde que tenían 15 años, perdida entre su abrazo, A salvo, por fin estaban completos.
Ella despertó antes que él, no quiso perturbar su sueño, era más fácil de esa manera, quería recordarlo así, de la forma en que lo había sentido esa noche. Presurosa tomó sus cosas y buscó un papel, su despedida, solo eso.
Gracias por todo. Sé feliz, hazlo por mí, yo intentaré hacer lo mismo.
Te_
No. No podía escribir esas dos palabras, no podía dejar que esas dos palabras salieran de ella de nuevo, la última vez que lo hizo todo había acabado en una tragedia. Salió de la habitación conteniendo el llanto, apenas alcanzó a tomar su vuelo, se rehusó a pensar en una tontería como el destino, ahora podía olvidarlo, quería hacerlo. Pero las cosas nunca son tan simples, ella debió saberlo.
Él despertó al no sentirla entre sus brazos, vió su nota y lo que había estado a punto de decir. No, no de nuevo, ella se le había escapado de las manos una vez mas.
Aún te amo**********************************************************************************
Acepto críticas de toda clase...
Tema: La niña Bobosa II 
Sáb Mar 28, 2009 6:49 pm
en vez de ser feliz! 
me enkntaa! Anne por favor siguelo!!!!!! 
