Viaje Exótico (Brody)

yo era la única con lagunas entonces, me senti un tanto mal, pero ya era hora de dejar atrás mis estúpidas inseguridades, Laurent no se merecia nada de esto.
estamos en Brasil ¡¡¡maldita sea!!! pensé mientras me aferraba a su cuello.

Sus labios en mi cuello hicieron estremecerme completa, cerré los ojos para disfrutar de su aroma combinado con la espesa brisa marina y el salado mar.

-Me asustan cientos de cosas, pero lo importante es que aqui estas, abrazándome y regalandome los besos que tanto me encantan- sonrei como no lo habia hecho ultimamente, deseaba que ahora todo girara bien, que los problemas y el pasado se quedara atrás.

estamos en Brasil maldta sea!!! volví a pensar y otra enorme sonrisa se escapó de mi boca ardiente.

-Me gustaría saber cada una de esas cosas que te asustan para ir eliminándolas una a una y ya no sientas temor por nada… mis besos, no son regalos, te pertenecen… - susurré mientras la miraba de nuevo, una mirada resplandeciente cambio, sonreí de una manera divertida, la tomé de la mano y la llevé dentro de la casa…
-Estamos en Brasil, ¿Qué es estar en brasil sin escuchar música brasileña –reí como un tonto, la dejé un momento para poner música y luego regresar donde está ella para tomarla de la cintura y mirarla hasta nunca cansarme, mientras esa melodía sonaba -

La luz en todo mi ser regresaba, ya no tenia caso seguir con extrañas dudas, sonrei y le miré desbordando mi infinito amor.

-Por ahora tengo miedo de perderte- sonreí- pero sé que no pasará.... entonces, un temor menos- le guiñé un ojo.

Él desapareció y la casa se llenó de una exquisita música, comenzé a mover el cuerpo al compás de aquellas notas, repletas de amor y alegria, lograba entender gran parte de la letra, con cada palabra mi sonrisa se ensanchaba y mi mirada se tornaba del color acostumbrado que me provocaba mi Laurent, ambar con ligeros rayos azules.

Me tomó de la cintura y junto conmigo se movió al compás de la música, no dejé de mirarlo y sonreir.

Canté algunas estrofas de aquella canción, él me ayudó con la pronunciación de algunas.

Cuando la música terminó besé sus labios de manera tierna y acaricié de nuevo ese necio cabello suyo. Utilizé algo de fuerza y nos lancé de nuevo a la piscina.

Disfrutamos de la música lentamente, mientras cantábamos y sonreíamos. Me perdí en su mirada, me reflejé en sus ojos…
De nuevo sentía que no todo estaba perdido, aun estaba esa llama encendida. El beso selló el momento, uniendo un poco más nuestros cuerpos, y de nuevo nos encontramos en la piscina, caímos como dos piedras dentro del agua…
La seguí para volver a rodearla con mis brazos y le dije:
-Esto será el principio de una nueva etapa… ¿Estás preparada para todo lo que sigue?

De nuevo mostraba mis incisivos, las sonrisas estaban aqui de nuevo, ¿cómo diablos las habia perdido?, mis labios se torcieron de aquella manera en que solia hacerlo, jamás supe sonreir del todo, pero eso que hacia con mis labios era único y lucia mas que encantadora.

Junté mis manos detrás de su cuello y mis piernas se enredador de nuevo en él, cual sanguijuela.

-estoy mas que preparada cielo- me acerqué a su cuello juguetona y lo mordi ligeramente

-Opss, lo siento, pero estoy hambrienta y hueles taaaan bien- me rei un poco mas y escondi mi cara entre su cabello.

-Te amo- dije con los labios pegados a su piel

El cuerpo se me estremeció al sentir sus dientes sobre mi cuello.
-Creo que lo mejor es que vayamos a beber algo… porque solo por probarnos quedaríamos descuartizados –dije en un tono sarcástico-
Lamente nuestra condición de vampiros, por no poder beber algo más fuerte..
-Yo también pequeña –le dí un profundo beso que hizo perderme en sus labios- vamos…

De ser humanos seria agotador entrar y salir de la piscina tan seguido. De un salto estabamos fuera, jamas solté su mano, no lo haria en todo el viaje.

Caminamos hacia el interior de la casa, busqué un refrigerador o una gabeta con candado, no vi ninguna

-Y a donde iremos a cenar? qué maravillas nos ofrece Brasil? me muero por probar su cocina- enarqué una ceja y me quedé mirándolo llena de deseos, despues senti algo en mi piel, era el aire que entraba por la gran puerta

-Bueno antes déjame buscar algo que ponerme- solté su mano casi a la fuerza

Salimos nuevamente de la piscina, parecía un juego interminable. Caminé detrás de ella mirando su cuerpo de mármol mientras ella buscaba en las maletas algo que ponerse, yo opte por colocarme un pantalón cómodo de jareta y una playera de alguna banda de rock desconocida de los 70’s.

Brody se fue a la habitación y le dije que me esperara ahí. Después de unos minutos, llegué con nuestra cena. Lo que acostumbrábamos a beber en Forks, pero ahora eran diferentes especies de la región, frescas y en unos botes metálicos para preservarlas aun con el sabor acabado de extraer.
Dejé la bandeja sobre la mesa y le serví una copa de esa deliciosa sangre.
-Por la nueva época, mon amour…

Entré a la habitación quedándome con la boca abierta por un rato, los colores de la habitación me fascinaban, el blanco siempre habia sido mi favorito en la decoración, y él lo sabia...

-apuesto a que mando a redecorar todo- me dije dando unos breves pasos en busca de las maletas.

Opté por una blusa ligera que dejaba ver gran parte del tronco, unos pantalones de una tela parecida a la seda, preferí permanecer descalza.

Laurent entró con la cena, los ojos me brillaron al percibir el aroma a sangre ¿fresca?

Tomé la copa y me mordí los labios.

-Por la nueva época cielo- choqué mi copa con la suya.

Al otro día....

Un letargo de por vida, el cual siempre nos perseguirá la eternidad, la maldición de no poder dormir nunca, recibimos el amanecer. Miré a mi esposa y le di un beso en el hombro aun tirado a su lado sobre aquella cama que fue cómplice de nuestra locura.

Me puse de pie para poder ir a cambiarme de ropa. Ella se quedó sobre la cama con los ojos cerrados aunqe nunca dormia.
-Vamos, que hoy empieza otro día… -le dije a Brody para que se pusiera de pie, porque era muy perezosa, la tiré de un brazo para ayudarla a levantarse- Te espero en el muelle… -le dije, le di un beso en los labios y me encaminé hacia la puerta colocándome la gorra sobre la cabeza y unos lentes obscuros.

Sentí la ligera brisa caliente de la mañana, no dormia, pero a veces lograba sumergirme en una especie de profundo letargo, desconectaba la mente del cuerpo, el beso de mi esposo hizo que reaccionara, aunque no abri los ojos, podia haberme quedado ahi todo el dia, con él a mi lado, perdiéndonos entre sábanas y almohadones, pero ¡demonios estamos en Brasil!.

La cama se aligeró cuando él se levantó, no me moví ante su tirón, pude haber dicho "5 min mas", me giré sobre mi cuerpo y jalé una de las sábanas para taparme la cara.

"vampira perezosa" me recriminé, pero ni asi me dispuse a levantarme pronto.

Unos ligeros sonidos, era Laurent preparándose para salir, escasos fueron los minutos cuando me dijo que me esperaba en el muelle.

Hasta que escuché la puerta abri los ojos.

-¿Laurent?- susurré, de un salto me levanté de la cama, me habia dejado -¡demonios!- corri hasta donde las maletas, me puse lo primero que encontré, unos pantalones cortos, una ligera blusa de algodón de un rosa chillón, pensé en ponerme los Vans desjastados, opté por los pies desnúdos de nuevo.

A un lado de la puerta habia una mesita con un gran espejo, un rayó de luz se coló por uno de los ventanales, mi piel refulgó como diamantes, me quedé mirándome un tiempo, busqué una gorra y unas grandes gafas rosas.

Salí apresurada, casi corrí por la orilla de la playa en busca del dichoso mueble, bastó con captar el aroma de Laurent.

-Me dejaste!!- mi cara hizo una especie de puchero, él permanecia quieto mirándo algo, casi corri para abrazarlo por la espalda.

En la puerta de la casa sentí el aire de amanecer que me golpeaba la cara, caminé por la orilla del mar mientras hacia tiempo de que Brody se despertara. Cuando estuve en el muelle me quité la playera de algodón aventándola dentro del yate, me quedé con el bañador y las chanclas, acomodé la gorra para poder empezar a preparar todo para irnos a navegar toda la mañana… mirando los amarres me dispuse a empezar alojar los nudos percibí la brisa se mezclo con el aroma de mi esposa, sus brazos me rodearon y le dije:
-No te deje, aun estoy aquí –reí y me volví para mirarla de frente y darle un beso suavemente en los labios, cargarla y subirla conmigo dentro de la embarcación-.
La dejé sobre la superficie mientras terminé de a soltar los amarres y encender el motor para dar marcha a nuestro recorrido en las aguas brasileiras.
-¡¡¡Mon amour, pon música!!! -dije divertido mientras avanzábamos-

Estaba tan entretenida mirándo su perfecta figura, que no noté lo que él miraba.

Fue hasta que se giró que vi el enorme (para mi gusto) Yate, rememoré y jamás me habia subido a algo asi.

"vampira ignorante" me dije mientras me dejaba tomar por las manos de Laurent para que este me cargara y me llevara al interior de tremenda embarcación.

Él hizo algo que supuse era regla básica para navegar, me limité a observar y a sentir el vaiven debajo de mis pies.

Estaba muy quietecita mirándolo , encendió el motor y no pegué un salto sólo por que escuché el click previo a la encendida.

Su voz vino a mi acompañada de un fuerte golpe de calor, duro escasos segundos, pero me sorprendió sentirlo.

Me interné en la embarcación, bajé unas pequeñas escalinatas, habia una pequeña puerta, en el interior todo era como una pequeña casa, con todas las comodidades que un humano gozaria al máximo, yo sólo disfruté el blanco en los acabados de madera.

Noté un equipo de sonido, eso jamás fallaría, habia a un lado apiladas decenas de cajas de CD's, un reproductor de Mp3, incluso noté algunos acetatos, torci los labios y comenzé con la busqueda, la mayoria de los titulos estaba en portugués, noté algunos otros idiomas, tal vez lenguas o dialectos de la región, lancé un bufido, no perderia el tiempo adivinando.

Tomé uno de los cds, el titulo de una captó mi atención.

La MUSICA invadió mis oidos, reflejándose en una amplia sonrisa, regresé hasta donde Laurent, bailoteando.

-Buena selección musical tienes haya abajo- le dije mientras me colocaba a su lado, me prendi de su brazo y besé después su brazo desnúdo.

El sol estaba al tope y la brisa del mar nos golpeaba cálida a nuestras pieles gélidas. La música estaba en nuestro entorno, Brody bailaba y sonreía, era justo como me gustaba verla. La tenía a lado de mi y sentí sus suaves labios sobre mi piel, le sonreí mirando hacia el frente lo que nos llevaba a nuestro destino.
-La música se la debemos a Don Gilberto –dije como un pequeño suspiro-
Pasamos un rato en silencio y la música cambio ambientado un poco más. Nuestras cabelleras se agitaban con el aire haciendo que estas queden peor de lo que siempre las portamos, estábamos cerca, percibí más fuerte el olor a sal…

Lleguemos a nuestro destino a una isla lejana. Donde practicaríamos una nueva caza.



-¿Estás lista para practicar deportes extremos mon amour? –le dije mientras detenía el yate y empezaba anclar, sonreí malicioso mientras la miraba, fuí al camarote y al regresar le dí unos snorquels y aletas...
-¿No me digas que no sabes nadar? -reí un poco al ver su mirada confundida- Mon étoile... cazaremos tiburones...¿Tienes hambre?

Debajo del yate aun se podía ver la profunfidad apesar que se veía la cercanía de la isla. Me coloqué los snorquels y le ayudé a ponerse los suyos... luego coloqué las aletas...
-¿Lista? -le tomé de la mano y ambos nos sentmos en el borde del yate para luego sumergirnos en la profundidad-