Jornada en el Amazonas

Tras el enfrentamiento del maestro Aro con los Cullen, nuestro retorno a Italia, y la meditación respecto al asunto tan complicado en que el señor Volturi se pasaba horas analizando, fui comisionado para realizar una indagación sobre los miembros que ayudasen al naciente clan vampírico de América del Norte. Específicamente, el maestro me había pedido embarcarme en una travesía hasta el Amazonas, ante lo cual no pude negarme en ningún sentido, puesto que mi lealta y existencia se debían únicamente a la bondad de los señores Volturi, siendo este medio uno de los pocos para retribuirles su excelsa gracia.

Tomó algún tiempo realizar los preparativos del viaje, pero finalmente, movido por los hilos del destino y la voluntad del maestro, emprendí mi misión con absoluta calma y confianza. El sitio era, en cuestión, plenamente distinto a lo que acostumbraba en Volterra, lleno de naturaleza y un verdor casi cegador, al menos para un mortal común. La fauna abundaba notablemente, nada que me pareciese intimidante, nada que mi condición superior fuese incapaz de manejar con efectividad y contundencia.

Los árboles crecían a ambos lados, buscando flanquearme, ponerme en una situación de desventaja en relación a los habitantes naturales de aquella zona del mundo; los animales cantaban en cada uno de sus diversos lenguajes, comunicando la llegada de un invasor a la velocidad del viento, dispersando la información por la totalidad del lugar. Seguramente ya sería esperado a estas alturas. Lo cual, sin duda, mejoraba el panorama desde mi particular perspectiva.

Me senté bajo la sombra de un árbol, apoyé mis manos sobre mi regazo y aguardé, como un muñeco de porcelana, a que sucediera algo.

Estaba en casa y decidi ir a hacer la ronda de vigilancia, tal vez tendria suerte y encontraria algo interesante, estaba aburrida y mis hermanas tenian tiempo fuera de casa, Zafrina habi decidido ir a forks y Karichi estaba en sus eternas excursiones en la selva, yo no tenia animos por ahora de regresar alla, tal vez algun dia, pense.

Mientras caminaba por la selva, llego a mi un efluvio conocido, ¡pero que hacen aqui!, apresure mi paso y me dirigi a donde provenia el efluvio, al acercarme lo comprobe, me acerque al joven y salude con cortesiaAlec, que gusto!, mantive mi distancia no conocia la razon por que estubiera solo y en nuestras tierras.

Permití que los diversos sonidos del entorno me invadiesen por completo. La selva, con su inmensa extención y amplitud, así como su infinita gama de flora y fauna representaban un inusual espectáculo del cual deseaba disfrutar un rato, pues difícilmente se me presentaban las posibilidades de permitirme semejante lujo, incluso con tantos años en mi haber.

Inmerso, tal cual me encontraba, apenas alcanzé a recibir la esencia de un inmortal acercándose. No me inmuté en lo más mínimo, pues casi estaba consciente de que se dirigía en mi dirección, anticipando lo extremadamente raro de mi visita por el lugar. Podría decir, incluso, que no sería exactamente bien recibido, al menos del corazón, por los habitantes de la zona.

Me puse en pie, apenas la vampiresa llegó. Senna, una de las partidarias de los Cullen en contra nuestra, al menos durante el breve conflicto sucitado en Norteamérica poco tiempo atrás. Esbosé una amable sonrisa, aunque en ella se encontraba implícita mi ecuanimidad. La oscura capa hondeó cuando hice una muy simple y delicada reverencia.

-Lo mismo puedo decir, señorita Senna. Que las bondades del cielo y la tierra le colmen permanentemente- respondí con elegancia.

Sonrei cortesmente, me sorprende tu presencia aqui Alec, que es lo que te han encomendado para que estes en este lugar, tan apartado de Italia, me acerique un poco mas, me sorprendia un poco la presencia de Alec, solo sin su hermana y depues de lo susitado hace algunos años atras aun era mas sorprendente.

Capté cierto matiz de asombro en la voz de Senna. Ignoraba, casi por completo, la fuente de semejante sentimiento, pero, conjeturaba, se debía a mi visita tan repentina e inusual a tan oculta parte del globo. Además, parecía querer ser directa, pues me acababa de cuestionar sobre los motivos de mi distancia de la fortaleza Volturi. Evitaría ser maleducado, evadiendo una respuesta ofreciendo una nueva interrogante a la duda de la señorita Senna.

Lanzé una mirada de análisis a mi interlocutora, buscando ahondar en sus pensamientos, sin caer en la agresividad, como exhibiendo mi infantil curiosidad a un adulto que me interroga para conocer el motivo de mis inverosímiles juegos.

-Hace usted muy bien en suponer que vengo con una meta clara en mente, señorita Senna, lo cual no hace más que reafirmar mis expectativas sobre respecto a su persona- comencé con tranquilidad y delicadeza- Mis maestros me han enviado a visitar a todos aquellos hermanos que participaron al lado de los Cullen hace un tiempo, en América del Norte- concluí, comunicando lo suficiente, aguardando su reacción o una nueva pregunta

Mire a los ojos a Alec, y sonrei de lado..

No es bueno crear expectativas, Alec, nunca se sabe realmente que es lo que susede, apesar de nuestra condicion no somos seres predecibles y eso como se habran dado cuenta, quedo claro hace algunos años.

Camine un poco mas acercandome a el un poco.

y que es lo que tus señores te mandaron investigar, no se suponia que se sabia ya todo sobre nosotros sonrei de lado.

Una sonrisa traviesa que mostraba parte de mis pensamientos apareció en mi rostro en ese instante. Tal parecía que la señorita Senna se creía mucho más intelegente de lo que aparentaba, o al menos me consideraba más ingenuo de lo normal. Hice un movimiento a modo de negación con la cabeza, tras lo cual borré aquella sonrisa de mi cara.

-Señorita Senna, permítame recordarle que alguna vez todos fuimos humanos. Como tal, parte de nosotros sigue siendo relativamente predecible. A ello sume un poco de experiencia y tendrá un resultado por demás satisfactorio. Con ello, por supuesto- me apresuré a corregir, usando un tono más adulto a pesar de mi voz infantil-, no quiero decir que un ser sea anticipable completamente- imité un suspiro- Ahora bien, mis maestros me han enviado a indagar el estado en que se encuentran los partidarios de los Cullen- revelé sin preocuparme mucho al respecto

(off: una disculpa por el retraso en contestar el post, tuve algunos compromisos pero ya estoy de regreso..)

Enmarque una ceja, al escuchar el por que de su presencia en la Amazonas, ¿Investigar?, acaso temen una nueva Alianza, o que puntos desea investigar, mi querido Alec, sonrei de medio lado y me acuclille frente de el.

Ahí se demostraba mi punto sobre un imperfecto conocimiento de los seres alrededor de cada persona o inmortal. Mi respuesta parecía haber sido sorpresiva, aguardada por mi pero no por Senna. Ahora bien, fuera de la parte experimental que aquello supusiese, la situación demandaba una nueva contestación por mi parte. Aproveché la posición de la vampiresa para situar mi mirada con mayor facilidad en ella.

-El temor es una mala compañía de mortales e inmortales, señorita Senna. Sin embargo, la prudencia y previsión es una herramienta por demás fundamental en cualquier ámbito. Así pues, aunque no vengo buscando rastros de una nueva alianza contra mi familia, sí desearía saber el estado en que se encuentran los dominios en que moran los partidarios de los Cullen, así como el estado de ellos mismo, señorita Senna- concluí demostrando la paciencia que sentía a través de mis ojos.

Negue con la cabeza y me puse de pie, Alec, pues por el momento no hay nadie mas que yo en la selva, mis hermanas han salido de caza. , mire a alec y retrocedi un poco señalando un camino, para que me acompañara a caminar.

En lo que pueda ayudarte, lo hare siempre y cuando este dentro de mis posibilidades, en cuanto al asunto Cullen , creo que es pasado, y no conviene revivirlo, no se por que tanto interes de Volterra, tal vez sea el orgullo herido, pero no me interesa averiguarlo, comence a caminar y me detuve un poco esperandop a Alec.

Más que un orgullo herido, son medidas de precaución respondí para mis adentros, pues carecía de importancia emitir palabra alguna respecto al comentario anterior de Senna. Coloqué ambas manos detrás de mi espalda, al tiempo que comenzaba a caminar por el Amazonas, un sitio lleno de un verdoso esplendor, un jungla perfecta para jugar a la guerra.

-Me encuentro en su misma ignorancia. No soy nadie para cuestionar las órdenes de mis maestros, señorita Senna, por lo cual, de desear una respuesta, sería prácticamente incapaz de proporcionársela. Desde luego, puede estar segura que comentaré a mis señores su generoso ofrecimiento. ¿Le importaría mostrarme el lugar?- pedí mientras me ponía a su lado.

Comence a caminar por los lugare habitualkes de vigilancia, Claro, si te parece terminare mi ronda y de ahi si gustas me diras que quieres conocer o saber, conteste en un tono serio, mirando de reojo a Alec mientras nos moviamos dentro de nuestro territorio

No podía ignorar que Senna no sería, exactamente, la vampiresa menos cuidadosa del globo terráqueo. De hecho, me desilucionaría que fuese así. Por lo anterior, su meticulosa actitud representó algo perfectamente normal para mi. Me dispuse a seguirla, pues semejante acto era parte, irremediablemente, de mi expedición.

-Carezco de inconveniente alguno, señorita Senna. Mi intención no es disturbiar sus actividades diarias, sino, por el contrario, echarles un vistazo más cercano- declaré serenamente, observando velozmente el cielo o, más bien, los árboles que impedían una panorámica del mismo.

(off: lo siento se que me tarde en responder, complicaciones.. podemos seguir??)

Continue mi recorrido por la selva, Alec y que es lo que quieres saber, de nosotros despues de tanto tiempo dije mientras caminabamos, sabia que no solo era una visitade cortesia y mucho menos d observador.

Respire profundamente al sentir el efluvio de unos turistas, otros perdidos en medio de la selva, me divertia jugar con ellos, pero por el momento tenia otras cosas en la cabeza, mire de reojo a Alec, queria ver su reaccion.

Deseo saber tantas cosas... pero por ahora comenzaré con el punto principal me dije con cierto toque de malicia. Debía evitar que pensar en las preguntas irrelevantes y concentrarme en la parte que mis maestros me enviasen a indagar, a profundizar lo mejor posible con el fin de plantearnos mejores mecanismos de defensa.... aunque, antes de ello, percibí, al igual que mi guía, el inconfundible aroma de humanos alrededor. Les presté poca importancia, nula de hecho, pues mis intereses eran distintos.

-Quiero conocer los motivos concretos, profundos, de su viva voz, que le motivasen a usted a su clan a moverse en contra de mi familia hace tiempo- respondí tan directa pero cortésmente como pude.