Archivos, robos y donas desaparecidas (Anna Rathbone)

Tercer día de servicio comunitario...hurra, solo faltan como 7 semanas y media más Me habían mandado a la estación de policía para organizar archivos, pero nadie me había dicho que uno de los que estaban a cargo mío era un cascarrabias. Tuve un desagradable encuentro con él, puesto que "misteriosamente" había desaparecido su dona, a lo cual me echaba la culpa.

No terminé mejor, me pusieron a limpiar las armas, tenían seguro, pero asomar la mano cerca del gatillo o del cañón no lo hacía más bonito. Escuché un grito por fuera del edificio, y un tipo pareciendo amenazar a alguien...miré hacia los lados, ¿¡Donde demonios se encontraba la policía?!

Estaba caminando por la calle, cuando sentí que tirabán de mi bolso que llevaba colgado al braso.
Me di vuelta y era un tipo quien intentaba arrancarmelo.
En ese momento no se me ocurrio nada más que gritar y aferrarme a él...

Otro grito. Tomé una escopeta sin balas y me dirigí hacia donde estaba todo el lío, agradecí que la chica peleara por el bolso, sería una fuente de distracción eficaz. Salí por la escalera de incendio, con total sigilo me acerqué por detrás, pedí con señas que no dijese nada de mí, fue entonces que no sé como, que el ladrón se dió cuenta y se abalanzó hacia a mí, peleabamos por tener el arma, sujetandola con todas nuestras fuerzas.

De una patada en el estómago, logré hacer que dejara en paz, mientras se sujetaba el torso por el dolor, aproveché para darle un golpe con el mango de la escopeta. El corazón me latía con suma rapidez, miré a la chica.

-¿Se encuentra bien?- Pregunté, intentando recuperar el aliento.

No me lo podia creer, un chico habia salido de la nada y habia golpeado a el ladrón. Menos mal que habia aparecido.
-Si...-dije miesntras me tocaba el cuerpo con las manos, como corroborando que todo estuviera en orden- ...muchas gracias.

-No hay de que- El ritmo cardíaco había llegado a su punto normal, lancé una mirada asesina hacia el edificio de la policía. -Ni siquiera pueden atender un asunto importante aunque esté en frente de su cabeza...-No pude terminar la frase, pues sentí que algo me agarraba por detrás del cuello de la camisa. Era el policía, observó al tipo y me esposó sin preguntar.

-¡Oye! ¡¿Qué demonios te ocurre?!- Exclamé, pero el no hizo caso, me trajo como vil animal. Me quitó las esposas con agilidad, para empujarme hacia una de las patas de su mueble y ponerlas de nuevo...genial, estaba atado a un escritorio, y todo ante mis narices...que humillante.

Un policia se acercó y esposó a este chico.
La verdad es que en un primer momento no supe que ahcer, pero luego salí corriendo hacia el edificio de la policia, devia de haber visto mal el policia, ese chico no devia de estar esposado. Lo unico que ahbia hecho era evitar que me robaran. Entré y vi que el chico estaba esposado contra el escritorio. Que humillante. Busque al policia con la mirada...

Bufé, me encontraba en una posición sumamente incómoda, y para variar, si trataba de levantar la cabeza, me iba a dar de lleno con la punta del escritorio. El policía se limitó a irse, a quien sabe donde. No sé como, pero me puse de piernas cruzadas y logré descansar la espalda contra la pata sin lastimarme de alguna forma.

-Si de por sí odiaba a la policía, ahora la detesto aún más- Ahora si que no había razón alguna para eso.

-Por lo que te acaban de hacer, te entiendo - dije mientras iba a su lado y me agachaba- Soy Anna, y no te preocupes, te voy a sacar de aquí, hablaré con ese policia.

-Gracias Anna, soy Elliot- Respondí con una sonrisa, había pasado por cosas peores, así que no debía comportarme como un quejica. -No te preocupes por mí- Saqué una llave de lo que era debajo de una tabla del piso.

-Es un cabeza hueca, no recuerda que él me obligó a esconder llaves de esposas para este tipo de situaciones, pero de igual manera, no se librará fácilmente por lo que me hizo- Fruncí el ceño. Me quité esa tortura de las muñecas y me frotaba ahí mismo, me había puesto las más ajustadas, era un horror.

Me reí ante la situacion, que clase de policia se olvidaba de cosas como esas. Perp luego pensé en otra cosa..
-Cómo es que te ha arrestado si trabajas para él?

-Me gusta desquitarme con la policía de varias maneras...y sobre lo de arrestarme, contando esta, sería tres veces, y dos en este mismo día- Reí. -La primera fue más seria...terminé en un reformatorio, pero no tuve la culpa- Esperaba con toda el alma que no juzgara antes de que le contase la verdadera historia.

-jajajjajja- me reí fuerte- ¿me lo dices en serio?. Bueno, no importa, pero de ser así, por quietarse esas esposas están en un gran lío. Y cómo que no tuviste la culpa de que te arrestaran antes?

-Fue cuando cumplí los quince años junto con mi hermano, mi gemelo más bien- Reí- Él me llevó a la fiesta de un "amigo", que no resultaría más que una farsa, pues era un club ilegal, como era de esperarse, a la hora de regresar, hubo un accidente, mi hermano quedó en coma desde entonces, sus amigos me echaron la culpa de todo, yo no sabía nada, así que me enviaron al reformatorio...no les importó investigar más, así que me llevaron directito ahí, y ese policía fue el que me "cuidó", después de pasar dos pésimos años ahí tengo que hacer trabajo comunitario para ya librarme de todo esto- Aventé las esposas al escritorio.

- Si que deve de haber sido feo, y lo sigue siendo, supongo, ya que tienes que hacer todo esto por algo que tu no hiciste. Que injunsta que es la vida, no? -suspiré.

-Sí, desde entonces, no tengo confianza en nada de la ley, o sus parecidos...y tengo que pasar un mes y medio haciendo estos trabajitos...- Caminé hacia un librero, detrás de unos cuántos que trataban de la política y reglas; todo enpolvado, saqué una caja de donas, las abrí y le ofrecí- ¿Gustas? Esas las compré yo, pero las escondí en donde nunca revisaría- Que terrible ironía.

-Claro - saqué una y me apoye contra la pered a comerla, mientras pensaba en la historia de Elliot, muy triste la verdad. Me quede un rato así hasta que me di cuenta de la hora, me fijé en el reloj- oh... que tarde... Hey, Elliot, me devo ir,o llegaré tarde a la Universidad. Muchas gracias por tu ayuda y por impedir que me robasen, y espero que te vaya mejor y no te espocen tanto... - sonreí-

-No hay de qué- Reí. -Lo intentaré, pero si amanece en su propia celda y humillado, recuerda que tuve una buena razón para hacerlo- Reí.

- Por supuesto que sí, tu eres un angel - dije sonriendo. Me acerqué y le estiré la mano para saludarlo- su´pongo que nos volveremos a ver..., Forks es un lugar pequeño.

-Si, es muy pequeño, sería como una familia grande por así decirlo -Volví a reír. -En fin...buena suerte, y si puedes, compra un spray pimienta o un aparato de esos que dan descargas eléctricas- Le guiñé el ojo.

-definitivamente prefiero esos aparatos que dan descargas electricas - dije riendome, pensando en mi misma usando uno de esos-bueno, y procura que no te arresten más de una vez al día... - dije tambien guiñando el ojo-

-Insisto, no es mi culpa si algún día amenece preso él y yo no- Volví a reír. Terminé la dona y tiré la servilleta al bote de basura, ¿sería tan tonto como para no fijarse esa anomalía?...si, sí lo sería.