Ha pasado un año desde que los Volturi salieron de Washington con la cola entre las patas, un año en que amistades, alianzas y relaciones han seguido creciendo y fortaleciéndose, un año en que no he conocido nada más aparte de una absoluta felicidad.
Edward, Nessie y yo seguimos viviendo en la pequeña cabaña oculta en el bosque, la casa grande sigue igual que siempre, con nuestra familia, esperando por nosotros que retrasamos un año la inscripción a la universidad, para poder disfrutar con tranquilidad de nuestra familia y sobre todo, de Nessie que no ha parado de hacernos cada día una nueva experiencia, especialmente ahora que tenemos la certeza de que no vamos a perderla. Hemos permanecido en Forks, principalmente porque a raíz de la noticia de que los Volturi estarían aquí, muchos otros vampiros se unieron a la causa y se desplegaron hacia nuestro hogar para apoyarnos como testigos, sin embargo, muchos de ellos que han aprendido a llevar nuestro estilo de vida, han permanecido y eso no es conveniente, ya que se ha visto reflejado incluso en la población de cambia-formas en la región costera y eso pone en riesgo nuestro mundo secreto.
Alice y Jasper, ahora que tenemos más tiempo y menos presiones, han comenzado a planear su boda, mientras Rosalie y Emmett parecen cada día más una pareja de recién casados, es curioso como ellos jamás dejan de mirarse del mismo modo, de amarse con la misma intensidad del primer día. Carlisle y Esme son cuento aparte, especialmente porque se han dedicado por mayoría de cuentas a ocuparse de nuestro problema de sobrepoblación natural, Carlisle se ha sentido en el deber de regularlo, ya que oficialmente nuestro Clan, la Olympic Coven, está a cargo de este territorio y no quiere permitir que vuelva a haber evidencias tan marcadas de actividad sobrenatural, ya que aún causaba estragos el ataque de los neonatos de Victoria con nuestros vecinos en Seattle.
Y hoy... hoy comienzo a contar nuevamente nuestra historia, la historia que hemos vivido después de nuestro final de cuento de hadas, luego del punto final en el "Y vivieron felices para siempre jamás"...