lagrimas secas

Había pasado exactamente un año de la vez que no venia al cementerio a visitar a mi padre, intente bloquear todo recuerdo de el cuando era humana, para no sufrir tanto, pero cuando me convertí en vampiro tenia tanto tiempo libre que no podía evitar pensar en el.
Camine lo más lento posible hacia su tumba, no sabia si lo soportaría o no, cuando llegue me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. ¿qué diría el si me viera convertida en lo que soy ahora?. Cuando llegue a su mausoleo me derrumbe.

-hola, dad- susurre. Me arrodille frente a la tumba de mi padre.

-Quería que supieras que estoy bien..... sigo tus pasos estoy estudiando arquitectura... las sombras ya no me invaden, después de todo el siquiatra tenia razón- trate de sonreír, pero fue una sonrisa dolorosa. Acaricie el mausoleo y comencé a sollozar, mi rostro mostraba mi pesar, quería poder llorar, para sacar aquel dolor tan terrible pero siendo lo que era resultaba imposible.

Seguí a Freda desde que salió de la casa, era una costumbre para cuidarla y no cometiera una locura. (Soy un padre sobreprotector lo sé y me vale xD). Vi que se detuvo en el cementerio y mis recuerdos volaron en aquella ocasión terrible que tuvo que pasar aun siendo humana y sobre todo que su destino haya sido el mismo que su padre. Casi morir destrozada por su automóvil. Estaba cerca y la escuché, sus palabras me causaron tristeza, el sufrimiento de mi hija me dolía. Pero su padre siempre será su padre aunque esté muerto. Ahora tenía otra vida y aprender a vivir en ella le iba a resultar difícil.

No me había percatado de la presencia de laurent, hasta que escuche sus sigilosos pasos a unos metros, no quería que me acompañara a aquel lugar, no me gustaba que me viera sufrir así, el ha sido un padre como ninguno, pero son 17 años que pase con mi verdadero padre.
Voltee mi rostro para mirarlo a los ojos. Vi que sufrían por mi dolor, me pare y corrí hacia el, lo abrasé.

-lo siento dad- susurre entre sollozos mientras lo abrazaba.

-no quería que vieras esto- le dije al oído mientras intentaba calmarme, no quería despegarme de el, necesitaba sentirme una niña nuevamente.

La abracé y traté de consolarla.
-No te preocupes. Los recuerdos si los conservas, siempre estarán contigo, es normal que lo extrañes, petite.

¿Estaba llorando? Me pregunté al escuchar los sollozos. La abracé de nuevo y la cargué como si fuera una muñequita entre mis brazos.
-Si quieres puedes quedarte hablar con aquella tumba toda la tarde. Te esperaré.

La mirpe a los ojos y sonreí a medias, hasta creí que fue divertido, esperaba que superara esto, aunque perder a un ser querido suele ser tan doloroso que es difícil de olvidar aunque pasen décadas y décadas. No podía dejarla sola, ella lo sabía sobre todo ahora que necesitaba controlar su sed, debía ser supervisada constantemente.

-lo sé, solo espero que recordarlo con el tiempo no sea tan doloroso- respondí con un suspiro mientras me acomodaba en sus brazos.

No sabia si era muy adecuado seguir hablando con mi padre muerto estando el hay, pero mi cuerpo me pedía que me quedara en aquel lugar.

-me gustaría que le contaras como me he portado- le dije a laurent nerviosa, no sabia que percepción tenia de mi. El dolor seguía hay en mi pecho pero de alguna manera laurent lograba que me controlara y que todo esto me resultara más fácil.

Entorné los ojos mirándola, negué con la cabeza sonriendo y de nuevo la bajé al parecer estaba más tranquila. Pero no podía decir no, esperaba que eso no sea un problema más adelante por ser muy consentida.

Tomé una bocanada de aire y comencé:

-Oke, Señor Gidotty, su hija se ha portado tan bien que no la reconocería, se ha vuelto una mujer y hasta se ha matriculado en la universidad de Seattle, estaría muy orgulloso de ella y será arquitecta, porque estoy seguro que sacará las mejores notas. Está en buenas manos la cuidamos como si fuera nuestra hija y no la dejaremos sola.

Sonreí débilmente ante lo que dijo laurent, luego sollocé secamente, tenia una mezcla de tristeza y felicidad.

-estoy segura de que nunca me dejaran sola- hable a la tumba de mi padre bromeando a laurent que me seguía a todas partes como mi sombra. No pude sonreir ante mi broma, pero estaba segura de que laurent lo entendería. Acaricie el bello rostro de mi padre vampiro.

-gracias- susurre. –gracias a ti y a brody soy lo que soy ahora- le bese una mejilla y lo mire tiernamente.

Le sonreí dulcemente a Freda y le tomé de la mano. Esperaba que entendiera mi posición de vigilarla ahora que era una neonata. Sabía que podría ser molesto ser su sombra pero debíamos vigilarla y ella debía aprender a superar la sed.

-No tienes nada que agradecer. Te cuidaremos como lo hemos prometido.

Respondí la dulce sonrisa de laurent.
-¿crees que lo podré controlar pronto?- le pregunte a laurent olvidando momentáneamente la tumba de mi padre, el sabría a que me refería.

-¿y que pasaría si no lo logro?¿qué sucedería si matara a alguien sin querer?- mire al piso abrumada ante esa idea.

-No lo dudo linda, a tu madre le costo mucho trabajo y llevó muchos años soportando el dolor que le causaba y estoy seguro que tu lo lograrás.

Le dí un beso en la frente. Necesitaba hacerle creer esto, y esperaba que así fuera que ella creyera que lo lograría.

-Eso no sucederá y si llega a pasar pues tendríamos que buscar una solución a ese enorme problema. Recuerda que estarías matando, te convertirías en una asesina y no queremos eso para ti y tu tampoco. O ¿Sí?

-cada vez que piensas que estés a punto de flaquear piensa en tu padre, no en mi. Recuerda que el también fue un humano y que al quitarle la vida a una persona, es probable que esta hubiera podido ser tu familia, incluso tu padre.

Hasta el momento lo había hecho bastante bien, pero no me he acercado a humano alguno para probar que así fuera.
-no quiero ser una asesina- dije dándome valor a mi misma.
-jamás matare a nadie, te lo prometo laurent- respondi dándole una cariñosa mirada.

No seria capaz, amaba demasiado a los humanos, mire la tumba de mi padre y suspire.

Me tranquilizaba las palabras de Freda, pero habia que ver hasta donde podría aguantar.
Asentí.
-Estoy seguro que podrás superar la sed, siempre debes saciar la sed antes de salir de la casa.

Su promesa significaba algo, pero a la vez no, no sabía si caería en la tentación algun día.

-si ya lo sé, me sirvo sangre hasta que ya no puedo más antes de salir de casa- le dije a laurent tranquilizándolo.

-además no puedo ni matar a un animalito por pena, ¿como seria capaz matar a un humano?- me reí de mi misma. Era demasiado sensible como para matar a alguien, me pesaría en la conciencia hasta la eternidad si algún día llegara a hacerlo.