Sentidos, Mareos y Coca-Cola bien fría (Sasha)

Estaba en la misma habitación dónde habíamos pasado nuestra primera noche como pareja, si todo salía como estaba calculado, para este momento Sasha ya debía saber a dónde seguir, así que la esperaría en este lugar... estaba hecho un manojo de nervios y miraba el reloj cada poco, con aprehensión.

Había llenado el lugar de flores y había hecho algunas adaptaciones, como por ejemplo mover la cama hasta un rincón para dejarnos espacio justo para poder bailar un poco; quería que fuera algo especial y seguro que así sería ¿iría a tacharme de loco? ¿pensaría que bromeaba con ella? ¿se asustaría por las dos cartas que tenía ocultas en el bolsillo interior del saco de mi traje negro?, sólo lo sabría en cuanto la viera llegar.

Dejé todo listo y en cuanto pasara a la habitación en recepción me harían saber de su llegada, tal como les había indicado.

Llegué al hostal donde habíamos dormido la noche en la que había empezado todo. Mi corazón empezó a latir con más fuerza en mi pecho al oír que me anunciaban. Pasé a las escaleras y subí a la habitación, sintiendo que caminaba en las nubes. O tal vez algo más suave y mullido, y mucho más lejano a la tropósfera que las nubes. Sonreí, estaba casi segura que aquí, al fín, vería a Drew. De lo contrario, mi salud mental estaría en serio peligro.

Toqué a la puerta un par de veces, y ésta se abrió sola.

Respiré profundamente y dí un paso hacia dentro. Lo primero que noté fue el aroma floral que llenaba la estancia, que estaba decorada con muchas, muchísimas flores. Sonreí, y al fin lo ví. Estaba parado junto a la cama, que había corrido a un lado para dejar más espacio en la habitación. Le estiré la mano a medida que me le acercaba y empecé a reír; así como a llorar. Era demasiado hermoso, demasiado especial, demasiado único, o al menos así lo veía yo. "Caballeros así, no se ven ya," solía decir mi abuela Sonja de los hombres actuales, y sí que tenía suerte: Una de la excepciones a la regla estaba conmigo. Llegué al lugar en el que él estaba e intenté hablar, pero la maldita voz no salía de mi laringe. "I'm stuck!" maldije mentalmente, pero mi sonrisa se hizo aún más grande. Le pasé los brazos por el cuello, aún sin ser capaz de decir nada, y lo abracé. Respiré un par de veces y al fin sentí que mi laringe cooperaría.

-Bastardo, me tienes en ascuas desde las cinco de la mañana -le reclamé en un susurro, con mis labios a milímetros apenas de su cuello.

Los deslicé un poco más hacia arriba, y él cooperó bajando la cabeza un poco. "Menos mal," pensé. Yo era un poco baja comparada con él. En últimas, mis labios quedaron justo en la comisura de los suyos.

-Gracias -susurré, ahora con la voz un poco más ahogada- ¿Harías los honores? -pregunté, ahora enarcando una ceja, sin moverme ni un milímetro.

¡No podía creer cuánto me estaban sudando las manos! y una vez más, todo el nerviosismo desapareció una vez que la ví cruzar la puerta y avanzar hacia mí, con un gesto que rayaba entre la incredulidad y la sorpresa... era simplemente hermosa.

Llegó hasta mí y me echó los brazos al cuello, no pude más que reír cuando escuché el reclamo -tranquila... tranquila, se acabó, no más búsqueda del tesoro pequeña impaciente- le besé la coronilla y luego bajé el rostro adivinando sus intenciones y mientras comenzaba a besarla suavemente, pasé mis manos por su estrecha cintura, comenzando a balancearnos al ritmo de una canción que sonaba en mi cabeza y que terminé cantándole al oído una vez que terminé de besarla.

Spoiler:

Bailamos hasta que terminé de cantar y le susurré al oído -Feliz Cumpleaños, amor... auguro que este será el primero de muchos que pasemos juntos- y la besé nuevamente.

No sabía que melodía se suponía que bailábamos al principio, aunque no me importaba. Si antes estaba lejos, muy lejos de la tropósfera, ahora estaba más alto aún. Pronto, él empezó a cantar y yo no podía menos que sonreír cada vez más y más al escuchar la letra. I love you 'till the end, repetía una y otra vez su voz en mi cabeza. Aún no me acostumbraba a que alguien fuese tan especial conmigo, era inusual -tal como me había dicho la abuela- pero me encantaba. Ahora, no podía imaginarme la vida sin él, si él no estuviese o si a él le pasare algo. Hundí mi cara en su pecho, ahogando los pensamientos oscuros y escuché su último comentario, alzando la cabeza. Sonreí, y antes de poder replicar nada, él ya se había encargado de ocupar mis labios.

¿Qué no se daba cuenta que me derretía? ¿Qué no se daba cuenta el nivel de locura en el que me econtraba, sólo por él? Nos habíamos quedado sin aire -lo cual solía suceder más bien a menudo- y como siempre, reímos bajito al descubrirnos sin aire ya. La sensación era tan intensa que ni él, deportista, quedaba con aliento. Y nos daba risa, era como parte del ritual.

-Así será -le respondí, sonriendo- All I can say, I love you 'till the end -canté.

Así me sentía en ésos momentos, y era todo lo que podía decir... O más bien, esa era la parte expresable de manera verbal, porque lo otro era imposible de describir.

Esa parte insalvable en que nos quedábamos sin aliento finalmente había llegado, adoraba verla sonreir, era uno de los motivos de mi vida y ahora sabía que esa era el rostro que quería contemplar hasta que el creador decidiera que había terminado mi tiempo por aquí; acaricié su rostro con una de mis manos y le sonreí en respuesta, para después apretarla contra mi pecho -I want to catch you if I can- repetí bajito sin soltarla.

Besé nuevamente su coronilla y apoyé con cuidado mi barbilla -ahora... tengo algo así como dos mensajes de cumpleaños para tí, el primero de tus regalos y pocas ganas de soltarte ¿qué es lo que quieres primero?- pregunté con una sonrisa transparentándose en mi voz.

Adoraba que apoyase su barbilla en mi coronilla. Cuando él hablaba y estábamos así, las vibraciones de su voz retumbaban en mis oídos, como el ronroneo de un gato a gusto. Ése gesto era más que genial. Sonreí, era algo inconsciente al estar con o pensar en él. ¿Qué quería primero? No lo sabía, estaba tan obnubilada que podría caerme un camión encima y yo ni cuenta me daría. Suspiré.

-No lo sé -admití- ¿No tienes planes malévolos? -pregunté, besando el hueco de su clavícula.

-Hay más de una idea en mi cabeza, aunque por ahora creo que la peor parte ha pasado, sobreviviste al Rally- reí por lo bajo y no pude más que estremecerme al sentir sus labios en el punto exacto en que mis clavículas hacían un pequeño deprimido -si insistes en hacer eso, me temo que voy a tener que olvidar que es tu cumpleaños el motivo de que estemos en este lugar y a solas- dije en tono seductor y luego nos llevé a ambos hasta la orilla de la cama, la sujeté contra mi costado.

-Creo que sé por dónde voy a comenzar- sonreí para mí mismo y saqué las dos cartas que estaban dentro del bolsillo interno de mi saco -Devon y Liam quisieron desearte un feliz cumpleaños por sí mismos... pero para ahorrarte la escena de ese par de ingleses borrachos cantándote por el teléfono, les sugerí algo por escrito- le mostré ambas cartas -aún desconozco lo que dicen, pero aceptaron escribirlas con la condición de que yo te las lea... imitando sus voces, por supuesto- reí un poco más alto.

Empecé a reír bajito ante su tono seductor. La situación me producía un extraño cosquilleo por toda la espina dorsal y una risilla nerviosa. Si él se olvidaba el motivo, tampoco me importaría mucho. "Siempre y cuando esté conmigo, no importa el motivo," pensé, dejándome arrastrar por él. Entonces, la mención de Devon y Liam puso a mis neuronas a trabajar -de nuevo-. ¿Habían escrito cartas? ¿No era eso mucho? ¿Y qué pensarían de su hermanito con una virtual desconocida en Seattle? Sonreí de nuevo y asentí.

-¿Vas a imitarles? -rectifiqué- Eso es genial -dije- Necesito algo de comedia ligera después de haber pensado desde la madrugada.

Empezamos a reír a coro, yo deleitándome en su sonrisa. ¿Había un sonido más hermoso que ese? ¿Había algo más placentero que verlo sonreír? Porque para mí, en estos momentos, no había nada que se le comparase.

-Por supuesto que voy a imitarles- 'eso y más se merecen por metidos... ya puedo imaginarme lo que dicen esas cartas' completé para mí mismo -¿será que perdonarás a este loco por sacarte de la cama a deshoras de la madrugada y hacerte pensar cuando ni siquiera habías terminado de despertar?- inquirí, poniendo mi mejor mirada de borreguito degollado.

Le besé nuevamente, en realidad podía pasar la mayor parte de mi tiempo besándola, era algo incomparable... sí, había besado a otras chicas antes, pero ninguna me había provocado una cuarta parte de todas las cosas que Sasha provocaba en mí -entonces... ¿a qué grandulón quieres conocer primero?- pregunté todavía con mis labios en los suyos y una de mis manos enredada entre sus cabellos.

-Podría pensarlo un par de veces... -comenté antes de sentirme atrapada, de nuevo, entre sus brazos y con mis labios ocupados.

Era como una adicción. Una seria adicción a sus labios y a su manera de ser, y a sus ojos, y a su sonrisa, y a él. "Jamás pensé decir que llegaría a ser adicta," pensé, mientras nuestros labios se movían en sincronía. No había manera de comparar ese one-night-stand de vacaciones con esto, empezando porque había estado más que borracha y realmente no había querido hacerlo, y terminando con el mero hecho de la comprobada compatibilidad entre Drew y yo.

-Hmm... -mascullé, besándolo por momento corto- ¿Devon? No lo sé, la carta que saqué del bolsillo...

Deslicé mi mano hacia su pecho, sintiendo el papel que parecía estar en el bolsillo interno. No me equivoqué al respecto y tomé uno de los dos papeles, ahora poniéndolo a modo de pantalla entre él y yo.

-¿Qué carta saqué? -pregunté.

Había querido conocer a los hermanos de Drew desde hacía ya rato, y tal vez esto de las cartas sería un buen sucedáneo mientras llegaba a conocerlos realmente. Pasé mi brazo por su cintura y lo presioné para que nos sentáramos en la cama, yo impaciente ya por empezar a escuchar lo que decían las cartas.

Volví a estremecerme al sentir su mano en mi cintura ¿cómo hacía para hacer a una corriente eléctrica recorrerme por completo en cuanto me ponía una mano encima? Química... claro está, eso es lo que habría dicho mi madre y el par de hooligans también por añadidura; miré el sobre frente a mis ojos e imité un redoble de tambores con la voz y una de mis manos -y la carta elegida es... Devon Brooks- tomé la carta con mi mano libre y abrí el sobre, rompiéndolo con uno de mis dedos, extraje las hojas -¿lista?- le guiñé un ojo y extendí el papel frente a mis ojos.

Comencé a leer la carta, usando un tono de voz profundo pero a la vez suave y con marcado acento inglés, acento del cuál yo me había deshecho al liberarme del yugo de papá.

Devon Brooks escribió:

Sasha:

Es un gusto saludarte aunque sea por este medio, yo soy Devon, el más grande de los hermanos de esa criatura de tres ojos, dedos palmeados, labios de ventosa y ojos de sapo, con la que aún no entiendo por qué accediste a estar. No lo tomes en serio, pero creo que debía desquitarme un poco después de que le preguntara a mi hoy esposa cuando la conoció "¿y no te da asco que te deje llena de limo cuando te toca? todos por aquí sabemos que es un alien"; lo cuál me recuerda Andy Pandy, deuda saldada jajajajajajaja.

Ahora sí, volviendo contigo Sasha, en realidad estoy muy contento de saber de tu existencia -comenzábamos a dudar de la honorabilidad del más joven de la familia al llevar algo así como casi veintidos años sin una novia formal de que la familia tuviera noticia-, en especial porque sé que lo estás haciendo feliz y si él no te hace feliz... una llamada lo arregla todo; Liam y yo podemos ponerlo en su sitio si es desagradable contigo.

Andrew me dijo que hoy es tu cumpleaños y a falta de poder cantarte el feliz cumpleaños por el speaker phone, tendré que contentarme con levantar una copa de whisky y brindar a tu salud, porque cumplas muchos años más, que sigas siendo tan encantadora como lo eres ahora -lo demuestra totalmente tu paciencia de tolerar a Andrew- y sobre todo, que el altísimo siga llenándote de dicha y colmándote de bendiciones, una buena chica como tú lo merece.

Quizá no sea la forma más ortodoxa de conocernos... vamos, ni siquiera estás viendo mis garabatos de puño y letra, pero quiero darte la bienvenida a la familia, sé que quizá papá termine por conocerte por ahí del día en que tú y Andrew le digan que su nieto se casa (¿porque quiero suponer que tendrán niños?), y eso si el viejo tiene suerte -yo le dije que me casaba dos días antes de la boda y por insistencia de mi mujer, así que no te espantes-, por lo menos a nombre de los Brooks-Myers eres bienvenida a la familia y puedes contar con nosotros para cuanto se te ofrezca. Ya sé que te estarás preguntando ¿por qué habla de contacto si ni siquiera sé si usa señales de humo para comunicarse? y bueno, la respuesta es simple, en este sobre viene una tarjeta mía, con todos los números, direcciones y correos electrónicos en que puedes contactarnos a Lisa y a mí, ya sea para saludar o cualquier otra cosa.

Sin más, me despido deseándote de nuevo un muy feliz cumpleaños... para como conozco a Andrew, seguro que para este momento ya te tiene más de una sorpresa... él es así, discúlpalo, mamá no pudo hacer nada para evitar su caída de la cuna.

Saludos.
Devon A. Brooks.

P.S. Drew... si ella soporta todo esto, realmente es la mujer para tí.

Reí nerviosamente con la última línea de la carta. ¿En serio su hermano pensaba éso, que Drew era insoportable? "¡Yo debo ser peor, entonces!" pensé alarmada. Drew me miraba expectante, sin saber qué decirme. Meneé la cabeza y le revolví el cabello castaño, haciéndolo reír un poco.

-Vamos, no te veo las ventosas por ningún lado -dije, riendo- Es un lindo detalle de tu hermano decir todo eso... -carraspeé- Bueno... ¿En serio así de feliz andas? -pregunté, riendo y enarcando una ceja- Porque jamás pensé que alguien fuera capaz de soportarme a mí -confesé riendome.

En el fondo, eso de los niños, y de ser, según su hermano, la mujjer para él, me tenía pensativa.

Y como era de esperarse, estaba más rojo que un tomate, habían pasado por lo menos diez años desde que Devon me había llamado Andy Pandy por última vez; no sé de donde saqué coraje para mirarla, ella reía con una ancha sonrisa en los labios y eso hizo que se me olvidara toda la vergüenza que estaba sintiendo -hablaba en serio cuando te dije que la relación entre mis hermanos y yo es algo... distinta- dije, sonriendo tímidamente y la tomé por la cintura, haciéndonos caer de espaldas sobre la cama.

-No eres insoportable, de hecho creo que eres la criatura más adorable que he visto en mi vida...- la besé brevemente -la más adorable y la más peligrosa al mismo tiempo ¿has visto que puedes hacer de mí lo que tú quieras?- comenté, dándole un beso esquimal en la punta de la nariz -te quiero Sash... no tienes idea de cuánto- susurré antes de volver a besarla.

Los corrientazos recorrían mi espina dorsal una y otra vez, cada vez que sus labios entraban en contacto con mi piel, cada vez que sentía su voz en la estancia. Quedamos a milímetros apenas, y decidí terminar lo que él había empezado, besándolo ahora yo, recorriendo con mis manos su cara, mesando su cabello. Nos separamos unos pocos centímetros, mirándonos directamente a los ojos.

-Lo que estoy sintiendo ahora... -empecé e hice una pausa, recorriendo el contorno de su mandíbula con la mano- No se han inventado palabras para ello -concluí y sonreí.

Terminé por estremecerme una vez más, tenerla cerca, el contacto cálido de sus manos y la suavidad en aquellas palabras tan intensas me sobrepasaban ¿tendría Devon razón? ¿era ella la indicada? al parecer así era y en realidad me llenaba de tantas emociones al mismo tiempo que era difícil describirlo y un simple te quiero era un total eufemismo para el torrente de cosas que estaba provocándome.

-Muy cierto, el lenguaje no da para describir lo que pasa aquí... ahora... entre nosotros- le susurré, aferrándola por la cintura y mandando al diablo todo itinerario que tuviera en mente. Profundicé el beso, dejándome embriagar por el sabor de sus labios y recorriendo con suavidad su espalda; quería sentirla cerca, aunque a esta altura de la situación, difícilmente encontraría la forma de saciar el apremio con que todo mi ser la reclamaba.

La sensación de sus labios sobre los míos, moviéndose con sincronía, con apremio era genial. A estas alturas, no encontraba manera de oponer resistencia, de controlar el torrente de sentimientos que tenía hacia él. ¿Qué importaba, después de todo, malgastar el tiempo? El tiempo era precioso, lo había aprendido a las malas con todo lo sucedido con mi familia, y ahora lo que menos quería era perder el tiempo con Drew.

Sus brazos me sujetaron con fuerza, mis manos se aferraban a su cabello, mis labios y los suyos seguían en contacto; todo había desaparecido a mi alrededor. No veía nada, no sentía nada más que él, que sus manos recorriendo mi espalda y sus labios que con desespero besaban los míos. ¿Había manera de sentirme más feliz? Hasta el momento, no la había encontrado, no había sido tan feliz en mi vida... Ni cuando me aceptaron para el pre-med ni cuando me aceptaron para la medschool de la UCS, el único momento comparable al éxtasis que sentía ahora había sido ésa noche, en ésta misma habitación y lo que había pasado antes en el yate, en la bahía. Era una clase de felicidad que, ahora mismo, sólo Drew podía provocar en mí.

Era como estar en un universo alterno, en el cuál sólo existíamos ella y yo, perfectamente el mundo podía arder en ese momento y que ninguno de los dos lo notáramos, no estaba ni mínimamente cerca de ser Budista, pero creo que esto podía equipararse con alcanzar el Nirvana.

Pronto mis manos cobraron consciencia propia, comenzando a recorrerla por cada extensión de piel que tenían al alcance, y besando sus labios, su cuello, sus hombros que parecían frágiles en comparación con mi propia fisonomía; en algún punto una parte de mi mente preguntó ¿qué estás haciendo? ¡No vayas a arruinarlo! pero una parte que hasta entonces había ignorado por completo, me pedía sentirla aún más cerca... hacerla parte de mí y llevarla debajo de mi piel por siempre.

(off. aquí queda a tu consideración si se explaya, sugerimos o simplemente nos ponemos en paz)

OFF: La verdad, no tengo idea xD
¿Tiramos dados?

(off. va, 1D10, de 1-4 queda sugerido, de 5-7 nos explayamos, de 8-10 nos ponemos en paz ¿tiras?)

Ok

Sasha Zimmerman ha efectuado 1 lanzada(s) de uno D10 :

(off. creo que es tu turno de responder, queda sugerido y ya luego seguimos con la otra carta y lo que salga )

Los labios de Drew recorrían ahora con más apremio mi piel, sus manos recorrían mi cuerpo con ansias. ¿Estaría bien, es decir, tan pronto? No quería perder el tiempo, pero tampoco quería parecer una ramera... Aunque debía confiar lo suficiente que Drew entendería que con él, nada era lo usual, que con él nada de lo que yo hiciese era lo usual, que él me tenía transtornada, y que este tipo de cosas podían conseguir tumbar cada barrera que hubiese podido construir. No sabía si seguir, pero tampoco quería parar. Mis manos, a su vez, también hacían su propio camino, mis labios de vez en vez lograban atrapar los suyos.

"¿Por qué planear todo?" me pregunté en mi cabeza. "¿Qué te cuesta esperar a lo que sea que suceda?" me cuestionó de nuevo.

Tal vez era relativamente sensato eso. No todo podía ser la razón, habían más aspectos, y porque mis sentimientos me hubiesen traicionado cuando mi familia había muerto, no quería decir que fuesen del todo malos, la relación con Drew me lo mostraba. Éste tipo de atracción no era racional, de hecho era más subjetiva que cualquier otra cosa. Y esto, esto no era producto de la razón.

(ok, tira xD)

No tuve claro el momento preciso en que mis manos se abrieron paso por sí mismas, logrando más proximidad de la que habían intentado tener jamás. Su piel suave se extendía bajo mi tacto y me estremecía tanto o más que ella con cada roce y podía sentir como los corazones de ambos retumbaban dentro de sus respectivos lugares, más... mucho más de lo que hubiera esperado, de lo que hubiera podido desear.

Abrí los ojos buscando su mirada y no pude más que mirar boquiabierto aquella nívea extensión de piel que parecía ahora rosada, fijé mis ojos en los suyos y atrapé sus labios nuevamente "no mires... no mires" me repetía a mí mismo, si volvía a hacerlo, sería un punto sin retorno.

Por alguna razón, al sentirlo separado de mí, quise acabar eso. O más bien, quise continuar lo anterior. Él estaba mirándome, debía estar con el cabello hecho una miseria, pero no me importó. Mi parte racional había salido por la ventana, o tal vez estaba encerrada en el baño, el caso es que por una vez sentía que actuaban mis sentidos. Pasé mis brazos por detrás de su cuello, atrayéndolo hacia mí, buscando sus labios con apremio, ahora yo intentando sentir cada sentimetro de su piel bajo la mía, y él a su vez continuando con lo que ya había empezado.

[....]

Yacíamos sobre la cama, él acariciando mi cabello y yo recostada sobre su pecho, sintiendo el latido de su corazón contra mi oído, la calidez de su piel mezclándose con la mía, su pecho subiendo y bajando regularmente. Cerré los ojos, y sonreí: Me sentía completamente feliz, plena. Deseaba que éste instante no acabase jamás.