En busca de una manada -Lucrecia-

Muy bien Coyote, esta noche me has echo visitar un acuario, un aereopuerto, despues me has echo correr detras tuya durante treinta minutos para despues decirme, "olvide decirtelo, ahora no tenias que seguirme, estaba dando mi paseo nocturno", como no sea este el sitio en el que aparecera, te juro que me ocupare de...

El olor me ico cesar mis murmullos de golpe, y el viento trajo un murmullo parecido a una risa.

-Gracias bicho pulgoso.- Dije malhumorada en voz alta, despues me gire hacia la cambiaformas que se aproximaba. -Te estaba esperando.-

La observe con expresión tranquila. -Alguien me aviso de tu llegada, no importa, es irrelevante, si no me equivoco, tu has iniciado una busqueda, y mi familia podria suponer tu meta.-

Si coyote me habia gastado otra de sus bromas y la información que habia averiguado sobre la chica era falsa, deberia aprender a estrangular espiritus, porque ese condenado se iva a enterar.

La observe decepcionada, "en la que estar a gusto", parece que carecia de espiritu para nada, como si buscara un sillon comodo en el que tumbarse.

-Ven, demos una vuelta.- Le di la espalda y comence a caminar.

-¿Cual es tu origen? en esta zona ahi muchas manada, y por tu olor apostaria a que ya has encontrado alguna, que es lo que buscas para... estar a gusto-

Eso podia ser un inconveniente, no entendia que esperaba el coyote que sacara en claro con esta mocosa...

-Ese es un mal punto entonces... nuestra manada esta en aumento, y actualmente no somos pocos para el estandar actual de las manadas, en esta zona ahi muchas sanguijuelas, y se ve reflejado en nuestro numero.-

Omiti su pregunta sobre nuestro numero.

-Ya, digamos que tienes ganas de entrar como acabas de preguntar, ¿que podrias aportarnos?, no pareces mas que una niña malcriada que busca una guarderia que la convezca.- Camine con tranquilidad saliendo de la plaza y de cualquier oido que pudiera escuchar de mas.

-Si deseas unirte a nosotros tienes que mostrar una serie de compromisos, esto no es como unirte a un grupo de lectura.-

-Bueno, e el momento en el que entraras a la manada, tendras la misma responsabilidad hacia ella, que ella hacia ti. Ademas tenemos algunas normas que deberas acatar, en cuanto al contacto con la gente de fuera. incluidos aquellos que son como nosotros, y nuestros enemigos.-

Ahora caminabamos por la calle principal, que pese a estar concurrida de gente era un lugar de una gran privacidad, nadie se preocupaba por lo que hablaramos, cada uno iva encerrado en su mundo, ajenos a la aveces paralela realidad que se forma a su alrededor.

Negue con un gesto con la mano. -No te preocupes, si estas dispuesta a entrar las aceptaras sin problemas... no son mas que meras cortesias.-

Verdaderamente su espiritu parecia carecer de ninguna fortaleza, no sabia hasta que punto podria ser una ayuda. No parecia verdaderamente mas que una niña que quiere crecer deprisa, y un cachorro en la manada solo seria una carga.