Antes de correr al Carnaval.

Llegué lo más pronto que pude al edificio, llevábamos casi medido el tiempo y el tráfico había cooperado muy poco... estúpidos semáforos de Seattle.

Estacioné el auto en el garage, fui a abrirle la puerta del auto y luego bajé los paquetes del maletero ~por aquí, afortunadamente este lugar tiene ascensor, así es más rápido, si no serían cinco pisos a pie~ resoplé un poco pensando en la pérdida de tiempo que eso supondría, llamé el ascensor y pronto llegó hasta el piso de estacionamiento; le cedí el paso a Lucita y luego entré marcando el 5 en el tablero.

Lo suficientemente rápido como para que no pudiera refunfuñar, llegamos al piso, una vez más le cedí el paso y salí, tomando hacia la izquierda; señalé la primera puerta a mi paso ~ese es el bunker de Willow~ llegamos a mi puerta, el 504 y mientras sacaba las llaves le señalé la puerta del 505 ~y ese el bunker de uno de mis mejores amigos: Andrew Brooks~ abrí la puerta y le cedí el paso.

Sonrei ante la mención a su hermana, la cineasta, tenia ganas de conocerla. Observe unos segundos la puerta como si ella fuera a salir en cualquier momento. Despues mire a la otra puerta que me indico, pero aquel nombre no me decia nada aunque trate de hacer memoria en busca de alguna referencia.

Me cedio el paso, como siempre demsiado caballeroso. Y por primera vez me asome al hogar de Dick, se veia amplio y cuidado, parecia una imagen sacada de una revista de muebles, mas que un verdadero hogar, todo tan... reluciente... ¿de verdad el vivia aqui? La idea de que fuera un psicopata de verdad comenzaba a formarse en mi mente. Mire a mi alrededor, y pense que mi casa deberia haberle parecido una pocilga.

-Vaya... no esta, mal- Hable sorprendida y para disimularlo añadi. -para ser la casa del niñito de papa- Me volvi y le sonrei dandole un puñetazo flojito en el hombro, aunque el estar con el hacia que todas mis inseguridades me asaltaran de golpe, y mas en aquel lugar.

Reí con ella ~la verdad es que está más en orden de lo normal, últimamente paso más tiempo en el dormitorio de la fraternidad por cuestiones prácticas, pero este es mi hogar y eres bienvenida~ le dije aún pensando en su frase que me recordaba indudablemente a Michael y Gabriel, que siempre se burlaban de mi afán por el orden; estaba por ponerme a decir algo justo cuando se oyó un golpe seco en la cocina, plástico chocando contra el piso y luego otro golpe fuerte de algo que era pesado y había calculado el salto ~ay no... no otra vez~ me volví a ver a Lucita ~el baño y la habitación están escaleras arriba, totalmente libre de ocupar ambos espacios si así lo deseas, mientras tanto, voy a asesinar a un metiche ¿te interesa un tapete de piel de gato para tu casa?~ pregunté en tono medio hostil, ese gato había rebasado todo límite; anduve con amplios pasos hasta la cocina y pronto se escuchó al gato bufar y lanzarme un maullido de advertencia.

Escuche sus palabras y pense si seguirle a la cocina no seria maleducado, pero no pude evitar mi curiosidad y me asome desde el marco de la puerta.

-Anda! tienes un gato- Vi que el gato parecia ligeramente hostil, y pense que si era su gato, debia tratarlo realmente mal para que se pusiera asi.

-¿Que le haces para que se ponga de esa manera?- La escena me divertia y observe atenta, al gato que parecia un mapache mas que un gato estando erizado.

Miraba con ceño al gato, Skyy era una de esas criaturas que no por su aspecto perezoso y enorme pudieras tomar a la ligera; respondí a Lucita sin dejar el concurso de ceños con el obeso felino que tenía enfrente y entornaba los ojos preparando sus patitas que parecían minúsculas en comparación con el tremendo corpachón de gato ~ese pequeño ladrón obeso y peludo que estás viendo enfrente, no es mío... es de Willow~ él pareció entender que nos estábamos refiriendo a su felina persona, ya que intercaló cuidadosamente la mirada entre ambos ~su nombre es Skyy, come todo lo que le ponen al frente y en su tiempo libre intenta asesinar a mi pez~ solté con cierto rencor, recordando lo cerca que había estado la última vez de comerse a Orión.

Mire el gato, parecia que abrazarlo seria como abrazar un osito de peluche, y si resisti latentaciñon de hacerlo, fue porque hace tiempo ya que aprendi que no se debe acercar a un gato cuando buffa.

-A mi me parece una monada, pero creo que esta algo sobrealimentado, aunque asi es mas bonico!-

-Bueno. voy a cambiarme, te dejo jugando con tu amigo- Sali y me dirigi a escaleras arriba, lo primero que vi fue el baño, asi que entre alli mismo tal y como Dick me habia dicho.

~Bien, mientras me ocupo de este sujeto bigotón~ la escuché subir las escaleras y me puse en cuclillas, aún sosteniéndole la mirada al gato ~tú no me agradas, yo no te agrado... hagamos esto simple, porque tu madre no va a venir a salvarte esta vez si mueves una pata en falso~ le dije al gato, a sabiendas de que me escuchaba aunque fingía no hacerlo; tomé al gato entre mis manos con un movimiento muy rápido que fue seguido de un maullido más allá de lo horrible, el tipo de maullidos que el gato soltaba pretendiendo que iba a matarlo si me acercaba de más ~lo siento amigo, no tengo tiempo para delicadezas~ fui hasta el balcón de la sala y pasé al gato al balcón de Willow, como siempre medio abierto para que el gato pudiera pasar fácilmente ~ajustaremos cuentas más tarde, cuando vea a tu madre y pueda decirle lo que has hecho~ cerré la puerta del balcón, esta vez con broche y busqué el paquete, ya no teníamos tiempo, así que levanté el frasco de comida de Orión del piso y comencé a cambiarme en la cocina... la idea no me hacía nada feliz, pero tenía que hacerlo.

Pese a tener la puerta del baño cerrada, pude escuchar un sonido abajo, que interprete del orondo felino. Pobre pense.

[...]

Me mire en el espejo por quinta vez y ya satisfecha sali del cuarto de Baño.

-¿Dick? Estoy lista, donde andas- Pregunte hablando alto aunque sin llegar a gritar.

~En la cocina... dame un momento por favor, casi estoy listo~ me ajusté el sombrero con el reflejo de la ventana y alisé la pluma, al final me calcé las botas y estaba listo, sólo debía subir por algo que me diera mejor olor que el de disfraz recién comprado; salí de la cocina y por poco se me cae la boca de mirarla, si hubiera de definir su estilo en ese momento, sólo podría ser con la palabra "sexy" ~¿y ahora quién es el psicópata aquí?~ pregunté riendo un poco y tratando de que no notara lo mucho que me gustaba verla de Harley Quinn ~sólo busco algo rápido arriba y nos vamos~ le sonreí y corrí escaleras arriba por algo de loción, volví a bajar, esta vez cogiendo las llaves del auto y un par de chaquetas ~hora de correr~ puse la chaqueta larga -mi gabardina- sobre sus hombros y fui a abrir la puerta.

Agradeci el gesto de taparme con la gabardina, tal vez el traje fuera demasiado atrevido para ir con el por el la calle.

-Siempre tan caballeroso- Le dedique una amplia sonrisa saliendo por la puerta, la verdad es que la idea de la fiesta ahora me ilusionaba tremendamente.