Registrando los alrededores.

Una sola palabra era necesaria para ubicar la casa de quien buscaba mi socio. "Castillo". Y por suerte solo habia un castillo en las 4 zonas que busque. La Push, no. Forks, no. Seattle, no. Port Angeles, BINGO!. Deje el auto a 5 minutos del jardin principal, el que habia que cruzar para llegar a la puerta principal. Saque mi celular y saque un par de fotos de este, cada foto se mandaba automaticamente a mi casilla de mail, solo por si el celular sufria algun inconveniente. Rodee el jardin principal hasta el prado que habia detras de el, saque nuevamente fotos. Es que acaso estaba en el lugar correcto? Era un castillo, pero tal vez en verdad era una iglecia vieja o o o ... no se, porque el profesor de historia, siendo dueño de una corporacion y teniendo tanta plata trabajaba de eso..? Segui sacando fotos y mandandolas al mail.

Tras recibir un comunicado de parte de la dirección de Seattle que no tendría clases ese día, volví a casa en el Enzo Ferrari, conduciendo a alta velocidad por el camino de regreso a casa. Esta preocupado, pues había desaparecido mi hermana, o lo más cercano a una, desde luego. No obstante, parecía que el día no había concluido todavía, pues encontré a un visitante merodeando en los alrededores. Me detuve junto a su auto con una brusca frenada.

Bajé del vehículo, desenfundando la espada, sin darme tiempo para recoger el sombrero o la capa. Me erguí cuan alto era, y hablé a la joven con autoridad.

-¿Puedo saber si se le ofrece algo?- pregunté algo enojado- Generalmente prefiero ser avisado que tendré visitas en mis dominios.

Me di vuelta y puse cara de sopresa, me esperaba algo asi.
-Profesor!- Exclame falsamente, tenia buenos dotes actorales, o bueno...la verdad era que mentia de maravilla-Usted es dueño de este castillo?! es increible!!! - Continue - Estaba paseando por la zona y wow.. no puedo creer que existan cosas asi en el siglo XXI!- Mire su espada y di un paso para atras, todo era una puesta en escena pensada de antemano- Porque me apunta con eso?

Fulminé con la mirada a la joven estudiante. No confiaba en ella, incluso cuando su actitud no delataba mentira alguna. Desde aquella vez que la viese en la universidad, algo me parecía extraño en ella... y no dejaba de tener esa maldita idea clavada en la cabeza... demasiada coincidencia resultaba pensar que acababa de ubicar mi hogar con relativa facilidad; aunque también podía ser que no era precisamente el lugar más discreto del mundo.

-Usted no es tan inocente como trata de darme a entender, señorita- declaré con ecuanimidad, inexpresivo tanto en la voz como en el rostro, una de mis más grandes armas- Y este sable es prueba feaciente de ello- concluí con frialdad esta ocasión

-Profesor, usted tiene un gran "hogar" en Port Angeles, no crea que eso es lo mas discreto del mundo....- Comence a caminar camino a mi auto, ya tenia lo que queria- La verdad, no se de que me esta hablando, y en adelante tendria cuidado, parece que tiene una gran fortuna... y ser tan poco discreto podria traerle problemas- Sonrei con serenidad, pese a que mi cabeza carburaba a mil sobre las cosas que deveria hacer en adelante- Buenos dias...- Salude al fin y segui mi camino.

Por alguna extraña razón, mientras veía a la joven estudiante de la universidad alejarse, mi mente supuso que la hora final de combatir se acercaba. Tenía la sensación de que ella era un emisario de Alexander, o mi hermano... quizá solamente se debía a mi maldita paronia, quizá era cierto, pero de cualquier modo, ya que no disponía de la ayuda de Patsy, tendría que enfrentarme yo solo a la tempestad que venía... aunque, el asunto de los Volturi no estaba descartado, aún existía la posibilidad de que en mi viaje a Volterra pudiese conseguir que la fortuna me sonriese.

Levanté la espada, observando un minúsculo brillo recorrer la hoja de plata. Retorné el arma a la vaina, sintiéndome vivo gracias a la tenue brisa que soplaba en dirección al castillo.

-Sin embargo, ahora mismo eres tú sólo contra el mundo- murmuré, tras lo cual volví a subir a mi Enzo, adentrándome finalmente en mis dominios donde, esperaba, disponía de algo de seguridad.