De noche en la playa

Otra noche mas sin poder dormir, necesitaba salir de casa no me importaba el lugar, solo queria salir de ahi sentia que me aficciaba si segui entre esas cuatro paredes. Me vesti con mis pantalones negros y chaqueta negra, coji las llaves de la moto y salte por la ventana, entre al galpon y encendi la moto, me subi y sali de ahi sin rumbo alguno. El viento daba en mi cara y decidi ir a la playa de la push, despues de un rato llege y apage la moto, me quede sentada en ella mirando como la luna estaba reflejada en el agua

Las tinieblas de la noche, acompañadas del sepulcral silencio reinante en La Push, eran mis guardianes y vigias intangibles, fieles, poderosos. Había empleado el día entero encontrando un medio seguro y adecuado para crear una red de información, sin mucho éxito concreto. Por tal motivo, decidí pasearme por la desierta playa, observando la majestuosidad del mar y el imponente aire de grandeza que se reservaba, ante el cual humanos e inmortales sintiesemos temor y respecto por igual.

La fina arena volaba en ocasiones como pétalos de rosas ofrecidos al viento en ofrenda por su existencia, golpeando mi rostro con curiosa suavidad. Me detuve un instante a mitad de mi paseo, reduciendo mi talla total al poner en cuclillas.

-Como me encantaría estar contigo- murmuré, con la firme esperanza de que mis palabras llegarían al cielo y Sonja las escucharía.

Una ráfaga de aire fue la respuesta que recibí. Sabía que ella cuidaba de mi donde fuese que se encontrase. Me reincorporé con una sonrisa en mi rostro. La alegría me invadía un fugaz momento... tras lo cual mi olfato me indicó la presencia de alguien semejante a mi. Moviéndome como una sombra al compás de las olas, apenas iluminado por la débil luz del lucero nocturno sobre mi. Di un agil salto y logré estar próximo, al menos lo necesario para ser escuchado

-Que fascinante es ver transcurrir mil y una noches y que la luna jamás cese de brillar- saludé con una cordial reverencia a la chica frente a mi.

Estaba metida en mis pensamientos sin dejar de mirar la luna tan hermosa como siempre, una pequeña sonrisa aparecio en mi rostro al recordar cosas del pasado, ver a mi madre conmigo sentadas delante de aquella fogata que siempre haciamos con los demas contando historias, una voz que no conocia hizo que girara la cara.

-Y siempre tan hermosa

Asentí con un movimiento de la cabeza a aquella palabras. Ciertamente había olvidado mencionar eso, pero me daba gusto que la joven fuese capaz de notar ese detalle. Lancé una veloz mirada a la linterna nocturna que dominaba el cielo desde su ubicación: su luz influenciaba más de un mito sobre los hombres lobo a lo largo y ancho del mundo. Nuevamente observé a la joven y me presenté con absoluta cordialidad en mi voz.

-Mi nombre es Lucian- le dije extendiendo una mano.

Extendi mi mano con una sonrisa

-Encantada, mi nombre es Andy

Volvi a mirar la luna, cada dia estaba mas hermosa y brillaba mas, cosas asi no habia siempre se podian ver y cuando las podias ver quedabas embobado como un niño pequeño

El observar la luna me hacía preguntarme si tenía algo que ver el fulgor nocturno en el poder de mi especie. Seguramente no, pues siglos atrás me había transformado todavía con el sol en sobre el cielo. Exhibí mis dientes al sonreir.

-Después de tantas centurias, todavía puedo observar con admiración la luna, como si cada vez que saliese fuese una nueva, completamente distinta

-Yo pienso lo mismo, nose porque, pero siento que cada noche la luna es diferente a la del dia anterior y no solo porque brille mas talves seran imaginaciones mias pero haveces la noto diferente

Lo mire de reojo por un momento cuando sonrio, parecia que el tambien disfrutaba de momentos asi, cerre los ojos un momento respirando el aire caliente con el olor del mar

-Cada noche de cada día es diferente, Andy- dije con ecuanimidad- Podría sonar un poco desquiciado, quizá anticuado, pero los siglos me han enseñado que jamás verás una puesta de sol igual, o, en este caso, la luna brillar de la misma forma. Y eso es porque el mundo cambia cada día, incluso los granos de arena de la playa no serán los mismos mañana, mucho menos en una semana. Además, nosotros también cambiamos pues cada día adquirimos nuevas experiencias, haciéndonos diferentes, creando un aura distinta en el momento en que nos ponemos a observar el mundo otra vez.

Recité aquellas palabras justo como Sonja me enseñase. Tal vez no eran precisamente iguales, pero la idea se mantenía después del paso del inmisericorde tiempo. Dirigí una mirada al firmamento y añadí:

-Bueno, esa solo es la opinión de un anciano cambia formas- concluí relajadamente

-Me gusta mucho la opinion que tiene el anciano cambia-formas, no pense que a mas gente le gustaria ver algo asi todas las noches, no todos pueden apreciar la belleza y las cosas que esconde la luna

Dije con una sonrisa en mi rostro abriendo los ojos

Posé mis ojos en la brillantez de la luna. Recordé el fatídico día en que Viktor ejecutase a su hija. Un resplandor semejante contemplaba hoy, pero con varios años más encima. Torcí los labios a la izquierda mientras un gesto de nostalgia cruzaba mi rostro un instante. Si hubiese estado en mi forma cánida, seguramente un aullido lobuno escaparía de mis fauces. En cambio, me mantuve callado por un rato.

-Los años ayudan mucho a poner atención a las cosas más simples pero magistrales que el mundo puede ofrecernos- me erguí ligeramente pues comenzaba a encorvarme un poco- No obstante, a veces la experiencia no es suficiente para liderar a otros- añadí recordando a mis soldados en los Cárpatos.

Me movi dejandole lugar para que se apollara sobre la moto y le hice seña para que se apollara en ella, me quede callada por un momento

-Hablas como si supieras mucho sobre esto, como si alguien te lo conto o lo hayas leido

Hice caso a Andy y me recargué sobre la motocicleta con delicadeza. Tras escuchar sus palabras, negué con la cabeza mientras mostraba una media sonrisa. Ya había perdido la cuenta del número de años que tenía viviendo en la Tierra, conviviendo con humanos, licántropos y bebedores de sangre. Solo espero que la jauría de perros se comporte correctamente pensé ecuanimemente.

-He vivido en carne propia la insurrección, he sido parte de ella, me ha tocado comandar legiones, aplacar enemigos... hacer valer el lugar de líder... Puedes hacer cientos de cosas cuando actuas cuidadosamente a través de la historia, disponiendo de una eternidad para ello- me crucé de brazos y miré el suelo unos instantes en silencio

Me quede un poco sorprendida por sus palabras segui mirando el reflejo de la luna en el agua

-comandar legiones?-repeti-estuviste en el ejercito o algo parecido?

Tomé un poco de aire antes de responder aquella pregunta... había, y estaba en lo más cercano a un ejército, sin duda alguna. Claro, debía evitar hablar de más, incluso entre miembros de mi propia especie... las nuevas tendencias de la sociedad me resultaban rotundamente extrañas.

-Durante el final de la Edad Media- expliqué pausadamente- No era precisamente un ejército común, combatíamos hordas de vampiros... aunque sí, en ocasiones, para mantenernos, hacíamos favores a algunos señores feudales.

Parecia que estaba incomodo con ese tema, sera mejor que no pregunte mas sobre eso, me quede pensando un momento y cambie de tema

-Y hace mucho que estas aqui?

Meneé la cabeza. Por lo menos ya tendría que charlar mucho sobre mi pasado... de algún modo, tampoco de mi presente, lo cual me resultaba favorable. Sonreí complacido por ello, y luego respondí más tranquilamente.

-Llegué hace poco tiempo. De hecho, no he salido de La Push desde mi arribo a América. Aunque, espero visitar las inmediaciones pronto- añadí mientras recordaba ese detalle.

Le devolvi la sonrisa se lo notaba mas tranquilo, cruze mis brasos escuchandolo

-Yo he estado en la push y ahora estoy en port angeles ,asique si algun dia pasas por ahi y necesitas algo me buscas

-Te lo agredezco, Andy. Aunque, no soy exactamente la clase de personas que gusten de pedir ayuda, lo tendré bien presente- le dije mientras grababa sus palabras en mi cabeza- No obstante, supogo que en ocasiones pedir una mano no está demás.

-No tienes nada que agradecer, solo me gusta ayudar si puedo, aunque sea en lo mas tonto o pequeño

Me encogi de hombros sonreindole

Ayuda era un valor que siempre promovía entre mis soldados, sin apoyo constante entre nosotros, los demoniacos vampiros seguramente no habría exterminado muchos años atrás, inmisericordemente, como una peste de animales salvajes.

-Al menos en eso los cambia formas de América no distan mucho de los que habitamos en Europa- declaré mientras me miraba el suelo.

-Porque no?

Lo mire cuando agacho la cabeza, se sentiria incomodo o estaria recordando algo por lo que le dije??

-Busco mantener alto el concepto de apoyo en mi equipo de Europa- contesté esbosando una sonrisa- A eso me refería con la similitud que encuentro entre ustedes, nacidos en tierras del nuevo mundo, y aquellos que nos hemos criado en el seno de la viejas costumbres de Europa- concluí mirando a Andy esta vez.